viernes, marzo 29, 2024

ISEGORÍA: Gobernar en la transición

Sergio Gómez Montero*

La cosa desvaída
sin órganos
arrastrándose a lo largo de las calles
Baraka: “Babilonia revisitada”

Toda transición es difícil, pues de una u otra manera, en ella el poder pasa de un bloque histórico a otro –con violencia o sin ella– y por necesidad se tienen que trazar diferencias en lo que se refiere a las formas de gobernar. Todo ello, en términos de política, es muy interesante y sintomático, a la vez que complejo, por el conjunto de fenómenos que acompañan a esa transición y que dan origen a situaciones que sorprenden por el carácter inesperado de las mismas, no por las razones que las motivan.

Así hoy, entre nosotros, las sorpresas no cesan, pues por un lado los desprendimientos y ataques en contra de la 4T no cesan, a la vez que, por el otro lado, el país continúa convulso y registrando la persistente presencia de fenómenos sociales que para nada aligeran la carga de la gobernanza.

De esta manera, pues, no es de sorprender el deslinde de la 4T de dos intelectuales emblemáticos del país, quien, uno, nunca se identificó con la 4T –Roger Bartra– y hoy, en un libro –Regreso a la jaula— lanza críticas de todo tipo en contra de López Obrador, aprovechando su figura de intelectual, hoy profundamente descontento con un gobierno que él, él en lo particular, considera erróneo y equivocado (certera la crítica que Tere Gil, aquí mismo, hizo de Bartra). El otro caso es del alguien, también intelectual y miembro del Consejo Nacional de Huelga en el 68, y luego preso político de aquellos años, que inicialmente formó parte del gobierno de la 4T en el ramo educativo y que hoy, extrañamente hoy, cuando la guerra sucia y saboteadora está a todo lo que da en contra de esa 4T, lanza un escrito de deslinde de la que él califica como decepción sin esperanza que envuelve a esa 4T lidereada por AMLO, quien también merece calificativos de diversa especie. No es este escrito (por cuestiones de espacio) el sitio adecuado para hacer la crítica de ambos escritos, baste sólo señalar que ambos surgen, insisto, en momentos en los cuales se intensifican los afanes saboteadores de quienes impulsan el golpe blando en contra de la 4T, para intentar así, traumáticamente, el regreso del neoliberalismo al país (¿fin hoy prioritario para el señor Biden y su equipo de halcones?)

Desde luego, lejos se está aquí de hacer una defensa de la 4T y su forma –centralizada, egocéntrica– de gobernar al país. El estado de convulsión que prevalece, alimentado primordialmente por la pandemia y sus adláteres (vacunación, por ejemplo), a lo cual habría que añadir narcotráfico desatado y toda la violencia que lo acompaña; migración; libros de texto y todo lo educativo en general; su descuido y desatención del factor trabajo en el país; sus relaciones confusas con el poder judicial; el desprecio hacia el cuidado del medio ambiente y las energías renovables, son, en su conjunto, rasgos de un gobierno, el de la 4T, que, en efecto, hace que la transición que comanda se vuelva agreste y espinosa –en contradicción, sedosa y tersa con algunos capitalistas–, como si se pensara que sólo así puede salir adelante una transición.

Lo digo y lo repito: gobernar es difícil, y más difícil aún cuando se gobierna con tantos factores en contra. Pero echar al bote de la basura la transición para volver así al neoliberalismo, es la peor de todas las burradas que como pueblo nos puede llegar a pasar. O se detiene ya el golpe blando que está en marcha, o mañana será muy tarde… A lo mejor ni agua habrá para que navegue el buque del EZLN.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

 

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