jueves, abril 18, 2024

ISEGORÍA: El inicio de las tareas

Sergio Gómez Montero*

Un sentimiento que se baila

es lo que ya no queda

de la casa natal

M. Páez: “Cantares III”

 

Para los compas Marcos Leonel, Benito Collantes

 y Claudia Sheinbaum

 

¿Consolidar? Consolidado está el triunfo. El triunfo sobre todo de los jóvenes, que ayudaron, como perros de presa, a vigilar casillas, a repartir los días previos volantes y propaganda y sobre todo, cuando se supo del triunfo, su sonrisa y sus gritos nos iluminaron a todos. Ahora viene la parte difícil de las tareas: construir sólidamente la organización social que requerimos y la que debemos llevar a cabo desde abajo y a la izquierda, que fue la que finalmente permitió que el triunfo se consolidara. Eso nos hará diferentes, electoral y socialmente sobre todo. Darle prioridad a esas tareas es la tarea de las próximas tareas.

No es fácil conseguir y consolidar un triunfo como el del domingo; en particular un triunfo electoral en América Latina. Son muchas las fuerzas que se oponen sobre todo a consolidar esas victorias, lo mismo en Brasil que en Ecuador o Argentina; se triunfa y al día siguiente se fracasa, como si eso fuese la marca de la casa. ¿Por qué, por qué es tan difícil consolidar un triunfo electoral? Habría que preguntárselo a los chavistas, a Evo: ¿cómo se logra anular la tarea de minado de un triunfo electoral de las leves izquierdas que lo logran y que no tardan en ser boicoteadas por el gran capital criollo y la CIA? Debemos, ya, comenzar a hacernos esas preguntas, al mismo tiempo que se comienza a gobernar conciliadoramente y al mismo tiempo que cumplimos con las esperanzas de los desposeídos por un lado y cumplimos también fundando la estructura de un nuevo país más justo, más libre, más ecuánime.

La tarea es pues dura, es difícil, es compleja. Construir para dar a los más pobres sustento y poder, al mismo tiempo que evitamos los sabotajes de todo tipo de quienes no quieren que la izquierda gobierne. Un avanzar difícil se vea por donde se vea, porque, en esos casos, la revolución no está declarada y por tanto se tiene que gobernar con mucho tacto y cautela, desde el momento en que la propia fuerza que gobierna está conformada por bloques diversos y contrarios que están haciendo un esfuerzo enorme para juntos gobernar y que saben que, finalmente, al interior de ese bloque único gobernante va a dominar quien más habilidad tenga para someter a un mando único a los demás bloques que integran la fuerza gobernante. Esos, entre otros (una vez que se dé la embestida de los búfalos), son algunos de los problemas a los que, la izquierda obradorista, habrá de hacerles frente si es que realmente quiere consolidarse como fuerza dominante de ese bloque tan diverso que es hoy, precisamente, el obradorismo.

Que no se diga que para nosotros, la izquierda obradorista, no está clara la tarea. Sabemos qué hacer y hacia dónde avanzar; es más, conocemos las dificultades que ello conlleva. Pero tenemos una ventaja: es claro el panorama que se vislumbra frente a nosotros. Conocemos nuestros tiempos y nuestros espacios. Tenemos la experiencia y la juventud (y no, no es ninguna contradicción) de nuestro lado.

*Profesor jubilado

gomeboka@yahoo.com.mx

Artículos relacionados