martes, abril 16, 2024

ISEGORÍA: Definir al régimen

Sergio Gómez Montero*
Manchas de ruidos antiguos en los rincones del patio: sombras
de la mentira
Quijada Urías: “Mancha de ruidos antiguos”

Definir con precisión relativa el carácter del régimen actual no es una tarea sencilla. Pareciera ser que como parte de su estrategia de gobierno se contempla precisamente el navegar sin conocerse con precisión cuáles son las características de la embarcación. ¿Él es un régimen de transición o uno de rompimiento? Lo que es cierto es que la indefinición hasta hoy sostenida es, de manera exacta, lo que le ha permitido bogar (al igual que a gobiernos como el suyo) sin grandes peripecias que enfrentar. Al menos se ha mostrado habilidad para conducir la nave en aguas tan procelosas, acompañado de una tripulación que no siempre, bien a bien, entiende las maniobras del capitán ni tampoco los que, desde tierra, seguimos el navegar difícil de la nave.

Así hoy, por ejemplo, ¿por qué el gobierno del país se queda con los brazos cruzados cuando el gobierno de Estados Unidos muestra que un expresidente del país violó flagrantemente la ley al negociar en su beneficio con uno de los grupos (el grupo Sinaloa) de narcotraficantes más reconocidos del país Por qué en conrea de él no hay ley o aplicarla, en este caso, le corresponde sólo al gobierno de Estados Unidos como ya lo hizo con el otro gánster de Genaro García Luna? ¿O será que para ese tipo de delitos la ley opera sólo en Estados Unidos. Viene a cuento lo anterior, porque por estos días he estado leyendo un texto para mí muy interesante sobre la materia: Derecho y Estado, y cómo, relaciones que no se debieran prestar a dudas, cuando atraviesan ambos, tanto Derecho como Estado, por los terrenos del poder ambos se distorsionan, pierden su esencia, virtualmente su razón de ser, pues su actuación allí se vuelve convenenciera y de raíz corrupta, sin que haya nada que justifique esa conducta, ¿Dónde queda entonces la let, el principio de autoridad, la justicia?

Más que en guerra de Twits Las acusaciones directas y flagrantes de la exembajadora estadounidense en nuestro país, Roberta Jacobson, se tendrían necesariamente que dirimir en los tribunales de ambos países, pues los delitos mencionados atañen no sólo a ;os personajes mencionados en las declaraciones de Jacobson sino también a otras varias autoridades gubernamentales de ambos países/ ¿O será tan fuerte así el narcotráfico que podrá disolver en el polvo de la estratósfera materia tan lodosa y tan gruesos y malolientes?

¿Será eso la transición? ¿Será eso la ruptura> A todos, creo, conviene dar una respuesta contundente al respecto..

*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx

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