Sergio Gómez Montero*
Que no quede impune la malicia de los cerdos,
Se cierre la tierra, se cierren fronteras (…)
que viene el castigo de mi dedo acusador
O. Daigonet López: “Poema”
Sí, se le ve entristecido, cabizbajo; sus compas no lo ayudan. Por el contrario, lo hunden más, mientras a nosotros –carajo, no tienen madre–, a los jubilados también nos dan en toda la madre, malversando nuestro dinero ahora desde la CONSAR, destinando nuestros fondos para “salvar” a ICA de una quiebra previamente anunciada, mientras la PGR, paralelamente, decía que nada tenía en contra del superladrón César Duarte ni sabía nada de Emilio Lozoya, Odebrecht y los fondos ilegales destinados a la campaña electoral de EPN en 2012. Es decir que el país de la porquería y la corrupción sigue existiendo y persigue implacablemente a Meade, quien durante sus cargos gubernamentales contribuyó afanosamente a que los fraudes de EPN se cometieran, fue cómplice de esos fraudes o pensó que nosotros íbamos impasiblemente a cerrar los ojos diciendo que nada había sucedido, y que nosotros como él, Pepe Toño, íbamos a clamar casi jubilosos que el país siga siendo el país de la impudicia, la impunidad y la corrupción más absurdas.
No, no es posible tanto cinismo ni tanto pocomadrismo, Peña Nieto.
Es decir, ¿frente a ese pantano de inmundicias como se pretende ganar una campaña electoral? ¿Podrá el cinismo derrotar tan vilmente la voluntad de la población para, vía electoral, lograr que el país cambie y comience a caminar por una vía distinta a la corrupción, a la impunidad, a la injusticia? ¿Podrá el país ser otro?
Es cierto, como escriben Francisco Rodríguez y Aguilar Camín, los vientos del país huelen ominosamente a muerte, como si alguien quisiera tomar venganza antes de castigar a quienes nos condujeron a la debacle. Pero, ¿a quién castigar así: a quiénes cometieron los delitos o a quiénes señalamos y exigimos castigo para los culpables? El debate allí se vuelve trágico y el vuelo de los buitres nadie aún sabe hacia dónde apunta. Es decir, ¿hacia dónde apunta la muerte? Nadie lo sabe aún.
Lo que parece ser seguro, incontrastable, es que Meade apunta, él sí, ineludiblemente a la derrota como destino este año. Que todo el peso de la corrupción se requiere cargar a él para que definitivamente no triunfe y por eso sus compas que no son sus compas del PRI le están jugando contras en los medios, en los actos de masas y dentro del partido, porque ellos tampoco lo quieren como candidato ganador. La suya es pues una extraña campaña electoral.
Sí, para mí también, el ambiente de tragedia prevalece, pero el dilema es: ¿esa tragedia en dónde se va a registrar? ¿El oráculo tendrá alguna respuesta para ello?
*Profesor jubilado
gomeboka@yahoo.com.mx