Francisco Rodríguez
Con la ayuda de un solo cuadro comparativo de doce renglones, el talento indiscutible de las redes sociales acaba de desnudar al régimen de Enrique Peña Nieto. Sepulta con una imagen toda una retahíla de mentiras y subterfugios emitida desde la caverna de Los Pinos a lo largo de cinco años insufribles para la población.
Los intentos fallidos del Guamúchil Party, última expresión de esa pandilla de publirrelacionistas surgidas del Chilorio Power que ha resultado tan lesiva para la economía nacional, quedan revelados ante la inmensa mayoría como un bombardeo publicitario y mercadológico falaz y sin sentido, sin asidero posible. Un absoluto gazapo.
Los denodados esfuerzos mentales del presidentillo, un desvalido merolico del uso ilegal e ilegítimo del poder, pasan directo al cajón de la basura, como al caño del sótano de un país hambriento y engañado en grado sumo. Las míticas andanzas de los encargados del despacho en todas las materias gubernamentales truenan irremediablemente.
La política, económica, energética, industrial, comercial, agropecuaria, monetaria, anticorrupción, laboral y social valen lo que se le unta al queso, después de observar en un minuto la gráfica impresa en media cuartilla de una hoja cualquiera de papel blanco. Es un logro indiscutible del análisis y la imaginación.
Impunidad y corrupción, al alza; lo demás, en caída libre
En cinco años, la pandilla mexiquita ha hecho posible que los precios de las gasolinas y el diesel, indispensables para el consumo de la vida diaria y de cualquier aparato productivo, se haya disparado al doble de su valor. Se demuestra que los moche$ recibidos por estos rateros…
… que aumentan desorbitadamente las cantidades de energéticos importadas para agigantar su peculio ha dado ubérrimos resultados. La luz doméstica, manejada por el telonero de Videgaray, Enrique Ochoa Reza, a mil veces más su costo original. El gas LP al cien por ciento.
El kilo de huevo, responsabilidad de la portentosa Secretaría de Ganadería, Agricultura, Recursos Agropecuarios y Alimentación –en realidad organizadora de plantones para repartir los moches entre reclamantes y fruncionarios– a cerca del 200% de su precio.
El salario mínimo, la productividad, muy por debajo de casi todos los países consultados. La corrupción y la impunidad, eso sí, muy por encima. Mientras que las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, secuestros, ejecuciones y víctimas indefensas de delitos de alto impacto ocupan el anaquel de lo macabro, con un total que sumado al sexenio calderonista arroja 250,000 cadáveres.
Las reservas monetarias, en Estados Unidos apoyando al dólar
Los ingresos petroleros de la empresa estatal productiva, quebrada por las ambiciones de Lozoya Austin, Videgaray, Meade, Nuño, Peña Nieto y cómplices, arroja un total de 120 mil millones de dólares, una baba de perico para las ínfulas y ostentaciones de los magos de las ya fallidas reformas estructurales.
Las reservas monetarias internacionales del país, en concreto, las barras de oro y los dólares que debían apoyar el valor adquisitivo del peso, se encuentran en las bóvedas encriptadas de las reservas federales estadunidenses, apoyando anti climáticamente al poderoso dólar.
La publicidad gubernamental del Guamúchil Party, el reparto discrecional a los grandes monopolios de la comunicación escrita y radioeléctrica a cambio de la difusión de propaganda ñoña y chafa, asciende a la cantidad de 37 mil millones de pesos, sin contar los fondos oscuros, las maletas repletas que se dispersan entre los actores políticos, supuestamente independientes o las franquicias de la casa.
Lo que sucede aquí es oligofrénico, descomunal, atrabiliario
En contraste con lo anterior, lo bueno de lo que no se habla: la aceptación de la imagen presidencial con un ralo 7% entre los 120 millones de mexicanos. De nada ha servido el pantagruélico gasto de nuestros impuestos para refrenar las tendencias de la opinión pública, cada vez más reacia a dejarse engañar por estos ignorantes y abusivos.
La opinión pública sabe que cualquier colección de errores, cualquier exceso que como país hayamos vivido en el pasado, cualquier fracaso se queda corto frente a lo que estamos viendo. Lo que sucede en México es oligofrénico, descomunal, atrabiliario.
Nuestro país está siendo devorado, en los centros de decisión política, económica, financiera, cultural y social por una casta depredadora, por reptilianos desbocados, execrables en términos del análisis popular. Estamos por abajo de casi todos los países subsaharianos, que hasta hace 50 años eran pueblitos de tribus nómadas.
Capacidad de indagación y respuesta ante la sucesión presidencial
A pesar de que hemos soportado en la Presidencia gerentillos de corporaciones foráneas, dictadores, esquizoides, afectaditos, miedosos, caricaturas caligulescas, ocurrentes, chistositos, nos faltaba lo peor: gerifaltes de huarache que se ostentan como estadistas, mequetrefes muy por encima de cualquier sátrapa.
La mayoría del clan, juniorcitos mamadores que jamás pasaron el examen de una escuela seria, con carreras profesionales hechas a base de boletazos, copy-paste y de amenazas a los profes. Pueblan el país los personajes que han montado nuestro paraje dantesco y torvo.
A punto de desaparecer nuestro patrimonio soberano fundamental, las riquezas de minas, aguas, bosques y océanos, los mexicanos nos enfrentamos ante la inminente sucesión presidencial que debe ser un examen a título de suficiencia sobre nuestra capacidad de indignación y respuesta ante el exterminio.
En las urnas se enfrentará un país de castas privilegiadas e impunes frente a un país del infelizaje profundo. Los hambrientos y necesitados frente a una piara de indecentes y patanes que impone la ley de la selva y la miseria al 99% de la población, según cifras oficiales.
Y todavía nos piden que volvamos a confiar en ellos
En la punta de la pirámide de esta desgracia humana roba a placer un grupito de mamarrachos ungidos por el priísmo despistado, que no representa ni al .001% del total de mexicanos. Una pandilla de salvajes que no saben para qué o para quién están despedazando al país.
Una foto digital que circula profusamente en las redes sociales, equivalente a media cuartilla de extensión testimonia los logros de su inmundicia.
Y todavía tienen el morro de bombardear propagandísticamente a la población para pedirle que vuelva a confiar en ellos . Necesitaríamos ser unos ignorantes de la vida para recaer en ese garlito, en ese lupanar de mala muerte.
¿No cree usted?…
Índice Flamígero: En Panamá si hay respeto al Estado de Derecho. En el país centroamericano, además, sí hay hombres que aceptan sus responsabilidades y asumen las consecuencias, no blandengues alfeñiques como aquí donde mejor descabezan una Fiscalía que aceptar que son redomados rateros. Vea usted: El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, reconoció que en 2009, durante su campaña por la vicepresidencia del país, recibió dinero de Odebrecht a través de una tercera persona, aunque recalcó que las donaciones políticas “no son sobornos” ni constituyen un delito. “En mi campaña de vicepresidente yo recibí ayudas de esa persona y fueron reportadas al Tribunal Electoral”, declaró Varela, en referencia a unas declaraciones del ex cónsul de Panamá en Corea del Sur, Jaime Lasso, quien afirmó ante la Fiscalía anticorrupción que el gobernante Partido Panameñista recibió en la campaña de 2009 unos 700 mil dólares de parte de la constructora brasileña. Las afirmaciones del presidente de Panamá se dan a pocas horas de que inicie la audiencia judicial de validación de un acuerdo firmado entre Odebrecht y la Fiscalía panameña, el cual incluye el pago de una multa millonaria y la revelación de datos sobre las irregularidades cometidas por la empresa en el país.” Aquí, en cambio…
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