martes, abril 16, 2024

ÍNDICE POLÍTICO: México, un gigante económico. EU, al borde de la quiebra

Francisco Rodríguez

 

 

La teoría internacional sobre el intercambio comercial hablaba de una relación asimétrica negativa cuando consideraba que entre dos países se establecía una dependencia estructural entre una economía pobre, que sólo producía materias primas, frente a una rica, que le enjaretaba toda su producción industrial.

Como los precios dependían, como siempre ha sido, del mercado de los compradores, la relación desproporcionada, asimétrica, operaba en contra de las sociedades pastoriles, aquéllas que habían sido relegadas a su papel de proveedoras de materias primas, sin posibilidad de añadir valor agregado a sus productos.

Hasta ahí bien. Este enfoque metodológico fue la base esencial de todas las teorías estructurales de la dependencia, en un mundo que siempre amanecía igual, y en el que los países debían jugar los roles asignados de obediencia y sojuzgamiento que las relaciones económicas primarias imponían. El Destino Manifiesto abrevó también de esta distorsión de las posibilidades particulares del desarrollo.

El vencedor siempre imponía las reglas del león en todos los beneficios. Hasta que el mundo cambió en la diversificación de las ofertas y demandas, en la influencia del turismo, y en el crecimiento demográfico vertiginoso de los más débiles que, por estas razones, entraron a jugar en ligas desconocidas, y todavía encriptadas por las clases sometidas en el gobierno de los no industrializados, de los pastoriles.

 

La economía internacional cambió: favorece a los desposeídos

 

Los acojonados toluquitas, formados en la sumisión ideológica de sus grandes maestros de la rapiña, en el catecismo del miedo cerval a los dominantes del Imperio, no entienden. Y sus intereses monetarios no les permitirán nunca entender esto. ‎De casualidad, algunos aprendieron a balbucear y a medio leer, no se puede pedir al olmo que dé peras.

El hecho es que ‎la economía internacional cambió, se diversificó, y existe una multitud de analistas e intelectuales rebasados por la historia que no alcanzan a metabolizar en este nuevo aparato digestivo, en este mundo que tiende a favorecer, en su gran despropósito, a las masas desposeídas, siempre y cuando así lo asuman.

Por ejemplo, en términos de intercambio comercial, los Estados Unidos pelotean anualmente con la gran masa mexicana algo así como 511 mil millones de dólares anuales, que salen de multiplicar los reportes del Departamento de Estado gabacho en los que se habla de un intercambio mercantil de 1 mil 400 millones de dólares diarios.

 

Sin los mexicoamericanos, EU ya hubiera chupado Faros

 

Los 34 millones de mexicoamericanos que viven actualmente en Estados Unidos forman una fuerza trabajadora impresionante. Los desplazados de nuestra Patria por un sistema económico aberrante y discriminatorio, forman la fuerza laboral de las industrias clave, multiplicadoras del empleo, sin cuya existencia ya hubieran chupado Faros:

La industria de la construcción es realmente impensable sin el concurso de la mano de obra mexicoamericana.‎ Esto es un hecho tangible. No hay una población negra, asiática, sudamericana, centroamericana o africana que pueda entrarle a ese toro. Sólo los nuestros han resistido, apechugando los bajos salarios de la industria, base de los grandes trusts estadunidenses.

En la industria agropecuaria, la otra clave de los excedentes industriales gabachos, la participación de la mano de obra chicana, indocumentada o mexicoamericana es vital. Sólo ellos han sostenido todas las cadenas productivas de la industria agropecuaria en ese país. Puede decirse, sin caer en exageración alguna, que sobre los hombros de los nuestros ha caído la sobrevivencia alimentaria estadunidense.

De la misma forma que debe decirse que la industria agropecuaria propiedad de los gabachos es la única industria de los Estados Unidos que no se encuentra en números rojos, que no está quebrada. Todas las demás si, la automotriz, la satelital, la cibernética, la aeroespacial y las que usted guste añadir  tienen, como toda la economía estadounidense, un doble déficit fiscal y financiero que puede durar más de cincuenta años. Así, como suena.

 

México, el principal mercado de las exportaciones gringas

 

‎Por otro lado, México es el mayor mercado de exportación de la producción industrial gringa. Aunque se piense lo contrario, estamos muy por encima de los competidores más cercanos, llámense Canadá, Rusia, China, Pakistán, India, y los que usted guste pensar. Así, como se oye.

Esa relación de intercambio comercial con México, que rebasa el medio billón de millones de dólares, ha creado en Estados Unidos una cantidad impresionante de puestos de trabajo que el mismo Departamento de Estado calcula en 14 millones de empleos formales, bien remunerados.

Frente a ello, las casas de prospectiva laboral, como la acreditada Frisco, han hecho un arqueo de la cantidad de puestos de trabajo y empleos que ha prometido desde la campaña la Administración y el equipo Trump. Se jalan los pelos cuando llegan a la conclusión de que los nuevos gobernantes de la basura blanca –trailer trash– sólo ofrecen 30 mil puestos de trabajo. Ridículo, ¿no?

 

Mexicanos, los mayores compradores en negocios de EU

 

En el sector turismo, reportan todas las agencias especializadas, y la misma Organización Internacional de Turismo, los Estados Unidos reciben anualmente una cantidad estratosférica de visitantes mexicanos. Se estima que, cada 365 días, 14 millones de nuestros compatriotas visitan el país de la bandera de las barras y las estrellas.

Contra lo que pudiera pensarse, el turismo mexicano es el de mayor calado que frecuenta ese país. Esa enorme masa de mexicanos elitistas derrama anualmente en el comercio y la hotelería de Estados Unidos 10 mil 500 millones de dólares anuales. Mucho más de lo que soñaron obtener de sus proverbiales vasallos, ¿no cree usted?

 

Distinta asimetría: el poder lo tienen los compradores mexicanos

 

‎Por eso se dice aquí que en las nuevas concepciones del intercambio comercial y estructural, el resultado asimétrico favorece al poder adquisitivo de los compradores mexicanos. La economía gabacha es estructuralmente dependiente para su funcionamiento de la estructura pastoril de los Estados Unidos Mexicanos.

‎Tanto se les ha volteado el chirrión por el palito que cuando un ignorante enfermo mental como Trump saca al idioma español de la página web de la Casa Blanca, y cuando denuesta a los mexicanos y a los mexicoamericanos, la gente lúcida se le enfrente en todos los medios y en todos los tonos.

El problema es que los que le engordan el caldo son los entreguistas toluquitas que habitan de este lado del Bravo, pero que tienen un miedo angustioso a enfrentarse con su propia identidad. Es una auténtica sociedad de ignorantes, indignos de representar a cualquier país que se respete.

Lo menos que le preguntan al esquizoide de la peluca anaranjada es con quién va a construir el muro fronterizo, en caso de que se decida, si los únicos trabajadores de la construcción que harían costeable para cualquier empresa esa jalada son los esforzados y sufridos mexicoamericanos, o los migrantes temporales, o los que no tienen papeles.

Representantes acreditados de las constructoras han manifestado que sin esa mano de obra, toda la industria de la construcción gabacha tendría un déficit de trabajadores equivalente al 80% de su capacidad territorial, porque ya han echado los anzuelos con otras minorías migrantes… y nadie tiene la capacidad para entrarle.

 

Sí, lo peor está por venir: No para nosotros, ¡sino para ellos!

 

Las pendejadas de Trump ya desquiciaron la capacidad de asombro de las élites de la basura blanca, que están peleadas con todos, menos con su dinero y sus ganancias.

Vea usted si no cuando uno de los hombres más ricos de México, Carlos Salinas de Gortari –Slim sigue prestándole el apellido– dice que hay que preservar el TLCAN, que hay que modernizarlo. ¡Pamplinas! Ya vio usted cómo nos fue en su espurio sexenio que él mismo bautizó “de la modernidad”.

¡Aguas! Lo peor está por venir, pero para ellos. Ojalá así lo entendieran nuestros inútiles gobernantes que se doblan antes de la mentada de madre.

No cabe duda: en manos de los pendejos, ni la pólvora arde.

¿No cree usted?

 

 

Índice Flamígero: Reveladora, como siempre, la colega Dolia Estevez sorprendió al cotarro al dar a conocer detalles de “la plática de una hora” –en realidad de 20 minutos, pero se llevó más tiempo por la traducción y ¡porque luego les explicaban!– que sostuvieron vía telefónica Enrique Peña y Donald Trump. Que fue amenazante, desde la Casa Blanca. Y dubitativa, temerosa, desde Los Pinos. Lo peor, que “durante la conversación, Trump señaló que los militares mexicanos no están haciendo bien su tarea en el combate al narcotráfico, por lo que sugirió que él tenga que enviar a tropas estadounidense para que asuman la tarea de derrotar a los cárteles”. + + + Escribe sobre Luis Vi(rey)garay don Miguel Ramírez, corresponsal del Índice Político en Torreón, Coahuila: “Hace unos pocos meses era secretario de Hacienda. Se le dio un tiempecito en la banca de donde, después de recargar pila, regresó como secretario de Relaciones Exteriores. Es tal la influencia que tiene sobre Peña Nieto que algunos le nombran ‘Vicepresidente’, pero si vemos objetivamente lo que sucede en México bien se le puede considerar Presidente de facto. Él es Carlos; EPN, Titino. Sus resultados no son nada buenos, lo que en un país como el nuestro carece de importancia. El año pasado, cuando estaba a su máximo la campaña electoral por la presidencia de los EU, a sugerencia suya EPN invitó a venir a México a la reencarnación del Hombre de las Cavernas. La respiración de boca a boca que Peña le dio, ayudó al esquizofrénico a detener la caída libre que sufría en la preferencia del electorado estadunidense. Una vez que el copetudo, el de allá no el de acá, ganó la elección presidencial y tomó posesión del cargo de presidente del país más poderoso del mundo, la candidez de EPN, por decirlo de manera suave, le hizo nombrar a Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores ya que supuso que la amistad que se dice que Videgaray tiene con el yerno del presidente estadunidense, ayudaría a que éste modificara su trato hacia nuestro país. Por supuesto, su actitud no cambió en lo más mínimo. Ahora, la parejita infernal, Peña y Videgaray, se encuentra dentro del laberinto que ellos mismos construyeron y no se ve cercano el día en que puedan salir de él.” + + + Parodiando al dramaturgo estadounidense Edward Albee, don Alfredo Álvarez Barrón pregunta “¿Quién teme a Donald J. Trump?” Y El Poeta del Nopal responde con ritmo y elegancia:

 

Un búfalo en estampida,

un polko desmemoriado,

una lanza en el costado

y un falso perdonavidas;

el rostro de un homicida,

una crisis migratoria,

la selección aleatoria

que siempre da resultado,

un twitter envenenado

¡con clara dedicatoria!

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