viernes, abril 19, 2024

ÍNDICE POLÍTICO: ¿Lo que ven los amlovers es lo que usted ve?

FRANCISCO RODRÍGUEZ

En todos los rubros medidos en la encuesta del diario El Financiero, publicada a manera de regalo de reyes el 6 de enero pasado, el Caudillo rebasa todos los récords anteriores, alcanzando una aprobación del 72%. En liderazgo, capacidad para dar resultados, honestidad, manejo de la economía, combate a la corrupción y a la pobreza, educación y salud, el Paladín trae números que ya los quisiera cualquier dictador africano de los de antes.

Bueno, aunque fuera para un domingo, Batista, Somoza, Trujillo, Duvalier y una extensa gama de dictadores del trópico húmedo, las quisieran para bailar la salsa al ritmo de esas danzas de números casi escatológicas, terminales, que parecen hacerle creer al mexicano que somos un pueblo masoquista, sin remedio o ansioso de postular al Caudillo para el Premio Nobel de la Felicidad. Porque las cifras revelan que somos felices, felices, felices hasta el exceso.

‎Haciendo gala de una metodología atrevida, los encuestadores tratan de abordar las mediciones casi por materia o ámbito de gobierno, rebasando sus peculiares levantamientos metodológicos sobre apreciaciones del personaje… pero sin entrar en rubros específicos. No lo logran, porque en el fondo la pregunta es ¿quiere usted que le vaya bien al sujeto?, pero se presenta como si fueran opiniones sobre el desempeño en cada ámbito de acción. Esa es la maña.

 

La nefasta imagen del gobiernito no desaparecerá por encuesta

 

De las obsesiones tecnocráticas que nos quedaron en el tintero, ninguna más relevante que las publicaciones de encuestas políticas. Han sido la base de la permanencia de muchas publicaciones, así como la tumba de algunas otras, alejadas de la mano del Supremo.‎ Por lo visto, esta de El Financiero llegó para quedarse, pues al menos no es tan burda como las de Mitofsky y otras de esa ralea patito.

Sin embargo, no deja de constituir una engañifa, en cuanto tuerce el método para presentar la encuesta aunque no obedezca a preguntas concretas sobre el desempeño real del gobierno en seguridad, salud, educación, economía y todo lo que a usted se le ocurra. El pueblo ha sufrido demasiado para que le vengan a contar cuentos chinos. El mal gobierno se vive todos los días y su nefasta impresión no va a desaparecer por encuesta.

‎Además, es muy sabido que las encuestas sólo son una confirmación que busca Palacio para las que, a mano alzada, acaba de llevar a cabo el Caudillo sobre cualquier templete provinciano. Es una inercia de decisiones tomadas con anterioridad, que quieren legitimación a como dé lugar y pésele a quién le pese. Son facturas para el cobro.

 

Cada amlover se sirve y se engaña como quiere. El Caudillo, feliz

 

Dar a las encuestas una importancia que no tienen, llevaría a pensar que los cinco millones de amlovers, encerrados en un territorio apropiado, respondieran al horrísono a una pregunta al gusto. Como eso es imposible, nos llevaría a incursionar en el fenómeno de la percepción cuántica, por medio de la cual cada quien ve lo que quiere ver. Oye lo que quiere oír. Y toca lo que quiere tocar.

Y aunque sería demasiado, bueno, usted sabe que circulan memes realmente asombrosos sobre el adoctrinamiento de los amlovers en materia de pésimos resultados de gobierno, para responder en automático defendiendo las posturas y posiciones de siempre que la Cuatroté les ha metido hasta entre la médula de sus huesitos. Aún al borde de las lágrimas, al saberse descubiertos, las siguen vomitando frente al interlocutor.

‎Y es bien sabido que cada quien percibe en sus sentidos aquellos millones de bits de información que su conciencia envía al cerebro y éste a los ojos y sentidos para ser aceptados como reales, como lo único que de verdad existe. Quiere decir que cada quien se sirve y se engaña como quiere.

 

Los amlovers no deben estar solos. Deben ser supervisdados

 

El mundo está hecho a la medida de la interpretación subjetiva de los actores activos y pasivos. La información, a la medida del gusto. Puede ser desde un menú muy peculiar hasta una cena de negros. La física cuántica, derivada de las investigaciones serias de muchos genios demostró cosas asombrosas:

Que en la vida real sólo existe aquello que nuestro cerebro tiende a materializar. Que nuestros ojos sólo ven lo que nuestro cerebro previamente les autoriza. La materia real se rige por leyes aparte, en ondas y saltos que han generado los principios de incertidumbre. Por eso es que en la interpretación política, los amlovers no deben estar solos. Siempre se requiere que haya gente de razón revisando lo que consumen y lo que dicen.

 

Engañosas las encuestas que presentan eficaz al gobiernito

 

Sólo por ese fenómeno cuántico fue posible que los amlovers ancestrales, enviados por el chambón Moctezuma no pudieran nunca ver las naves enormes de los extremeños ‎que asomaban por el horizonte del Golfo de México. Los enviados del Caudillo de entonces reportaron siempre que no habían visto nada, aunque las tenían enfrente.

Y no metían los infames. Sólo se negaban a aceptar que existiera algo así. Su cerebro no alcanzaba a registrarlo; sus ojos, menos. Los hechos reales, días más tarde, desbordaron el optimismo y la estupefacción de los nativos. Como quiera que sea, otra vez tiene que traerse a colación este asunto, pues la visión chaira, apoyada por los cagatintas financieros, tiende a desbordar las explicaciones científicas y técnicas de lo que está pasando con este sufrido país.

Cada sociedad experimenta a su modo las crudas realidades. México no es la excepción. Pero, oiga usted, eso de que los cagatintas de El Financiero nos quieran embarcar otra vez en el debate espiritifláutico‎ de que los necios y los ignorantes están acabando con la inseguridad, la pobreza y la corrupción, eso sí calienta.

Y ésa balandronada de que son los paladines en educación, manejo de la economía, salud y honestidad a toda prueba, rebasa todos los límites no sólo de la imaginación rocambolesca , sino de los mínimos de pudor que deben exigirse a nuestros empleados en el gobiernito que manejan el poder de prestadito. ¡A otros perros con esos huesos!

 

Medios, creados por el poder. Los acaba cuando ya no son útiles

 

El pueblo tranquilo e informado no sobrevalora la necesidad ni la influencia de paniaguados de la pluma y del micrófono. En 200 años de presidencialismo ha comprobado que casi todos los medios de comunicación son poderes creados a modo por el mismo dedo que los enaltece, los enriquece y los desgracia cuando ya no le son útiles.

La terca realidad del sistema político mexicano supera las fantasías de los grupos favorecidos por el poder prestado. Vale más que de una vez se enteren que el pueblo quiere el cambio. Pero el cambio de guardia. La renovación total de lo inútil, la cancelación de las traiciones. Quiere ser gobernado por leales a su causa, no por espantajos ni tigres de papel.

 

Ven lo que no vemos. Cifras de la lechera o del gran Capitán

 

Cambio de régimen, de sistema, de formas, de gobierno y hasta de modo de andar. Una nueva visión sobre el desarrollo equilibrado, sobre la distribución del ingreso, sobre el ejercicio republicano del poder, sobre los deberes esenciales del Estado, sobre el barrido general de amlovers incompetentes y soberbios.

Somos ciento treinta y seis millones de náufragos en un horizonte impredecible, que estamos luchando por la supervivencia, por la dignidad y por lo que nos han dejado de Patria.

Si a los enajenados amlovers eso no les interesa, ¡adiós, Nicanor!

Eso que dicen que ven, nosotros no lo vemos. O son cifras de la lechera o del gran Capitán.

¿No cree usted?

 

 

Índice Flamígero: Las encuestas pueden haber tenido los más altos estándares profesionales respecto a la representatividad de la muestra, pero en un ambiente político nacional en que se teme mucho que el gobierno, sus dependencias y personeros sean capaces de tomar represalias contra quienes disienten, o que pueden privar al que responde de alguna dádiva o prebenda que de otro modo recibiría, tienen resultados engañosos. Quien tema que puede perder algo él mismo, su familia o sus amistades, ya sea un puesto, un contrato, una licencia o cualquier cosa, contesta lo que le parece más seguro y en el mismo sentido contesta quien piensa que se podrá privar de una beca, cemento, una cama o un televisor, si dice la verdad. Si existen estos temores, la encuesta tendrá sesgos, siempre proyectando en mejor forma al candidato o al gobernante en turno.

 

 

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