FRANCISCO RODRÍGUEZ
Para los tiempos mexicanos, la aparición de la coalición de los tres partidos con mayor capacidad de gobierno nacional, el PRI, el PAN y el PRD, más los gobernadores estatales sensatos, más la gran convocatoria de apoyo alrededor de las organizaciones civiles con mayor peso social, representa una oportunidad histórica como pocas. Puede ser un parteaguas. Debe aprovecharse en bien de todos.
La fuerza aliancista está obligada a marcar la diferencia con el mandato de un sujeto enfebrecido. Es histórica por su trascendencia en medio del vacío y del encono social. Es necesaria porque hace falta un ya basta a los improperios, las mentiras y los simulacros fallidos. Es viable, porque aparece cuando la inconformidad y el repudio popular han llegado a extremos de suma peligrosidad para la convivencia pacífica.
Se necesitaba con urgencia una solución política. No podía ni debía ser de otro modo ante la inminencia de las elecciones intermedias más importantes de las últimas décadas. Un canal de expresión que detuviera la destrucción maquinada, los intentos reeleccionistas, la ambición desmedida de poder y el sometimiento de la población a una ruta indeseable.
Un tirano que tiene la estructura mental de un regidor de rancho
Las mentiras proferidas desde las “mañaneras” han llegado a extremos imperdonables para la sociedad. Lo que antes se veía como un mecanismo infantil de escape para las responsabilidades del mandatario, lo que antes se interpretaba como la manera de desplazar a los colaboradores del gabinete, se ha exhibido como el método dictatorial de provocación, el exceso de soberbia y el insulto directo a la inteligencia de la sociedad.
Ni los perros se amarran con longaniza, ni el nudo de puerco es el mayor avance de la tecnología, ni México es un pueblucho donde los habitantes quieren andar en burro y conformarse con una muda de ropa, un vochito y un plato de frijoles. No puede ser gobernado por un tirano que tiene la estructura mental de un regidor de rancho.
El futuro de México no puede ser dirigido ni maniatado por alguien que sólo cree en la democracia de los sepulcros. No puede estar en manos de un pobre diablo atormentado y vengativo que sólo busca a quien le pague los maltratos sufridos en la infancia y le cure las heridas del alma provocadas por tormentos mentales y pesadillas insulsas, enfermizas de grandeza.
Los abusos han sido posibles por un espacio político abandonado
La imposición de la tiranía es la única razón del gobiernito modo Tepetitán que aprovecha el vacío y la desesperanza para emitir decretitos y caprichos sin ton ni son, mientras la gente está indefensa, confinada y arrinconada por una pandemia mal manejada. La población ha estado incomunicada y expuesta a todas las sandeces del tiempo oficial y el derroche a placer de nuestros impuestos.
En nombre de la libertad escamoteada se esgrimen innúmeras insensateces, se imponen ocurrencias sangrientas y criminales, odios dictados para enardecer minorías fanáticas, sectarias y terroristas. Y evolucionan en un caldo de cultivo ñoño, provocado por autoridades irracionales e inhabilitadas, apoyadas por un modelo jerárquico de vocación entreguista.
El abuso del poder, de la fuerza y de la injusticia ha sido posible por un espacio abandonado, manipulado por un jardinero con o sin suerte, un personaje cantinflesco que cree poder seguir mandando con chistes macabros, como el de la austeridad financiera en la pandemia o ésa afirmación de que el neoliberalismo no pudo, como él sí, domar la emergencia sanitaria, que forman ya parte del catálogo de nuestros peores momentos como país.
El “caudillo” y López-Gatell, a juicio por el criminal genocidio
Llegaron tres mil dosis de vacunas, después de una publicidad engañosa, de un montaje bufo, las necesarias para acabar el proceso de inmunización popular hasta dentro de noventa años. Y el pobre hombrecillo al mando sigue buscando su escenario de arrabal donde ni la hipocresía manifiesta ni su triple moral pueden encontrar asidero.
Todo ha salido a la luz porque el pez por su boca ha muerto para la sociedad. Ha demostrado palpablemente que es un esclavo de sus atrevidas ambiciones, de su ansia de mantenerse a perpetuidad a través de los peores testaferros: la Sheinbaum, la Alcalde, o alguno de sus corruptos juniors, culpables de la impunidad criminal de los líderes charros, grandes delincuentes de la patria.
La defensa a ultranza de López Gatell, un improvisado, mantenido por la dinastía política de los descendientes del dueño de una fábrica de cerillas que tiene en el poder a la Tesorera de la Federación, al subsecretario de Educación cómplice de la CNTE y a otros fruncionarios impresentables, es única en su género de carpa bufa.
Defender a quien ha provocado con sus mentiras y omisiones, en complicidad con el tiranuelo, la inmunidad biológica de éste, apoyada por su autoridad moral, el contagio de millones y la muerte física de muchos más que los ciento veinte mil que se pregonan, es un asco que debe ser castigado por delitos de lesa humanidad y genocidio.
Su objetivo: engordar las maletas electorales para el fraude maquinado
Por si eso fuera poco, la Cuarta Corrupción más la Cuarta Generación de corruptos e indolentes, ha conducido al país a una enfermedad política terminal, porque ha sido tripulada por un errabundo discapacitado en grado sumo que insiste en disfrazarse de pelele para causar toda lástima y pasear por las aldeas y las provincias…
…. su cinismo, soledad e incompetencia, para tapar inútilmente su falta de arrojo para enfrentar sus responsabilidades constitucionales, para burlarlas a nuestras espaldas, para endeudar al país, para huir de la realidad que lo sentencia. Para eludir dar la cara a los asuntos complicitados de narcotráfico, inseguridad y masacres colectivas con su bendición y sus ganancias.
Un hombrecillo sin atributo alguno, que cuenta con una maquinaria cerebral aborrecible y necia, cuando no saqueadora del oxígeno indispensable para los demás. Un trastorno de la personalidad psicótica que acapara todo narcisismo, inmadurez congénita, formación cultural pobre, imprudencia y por si hiciera falta, una compulsividad desastrosa.
Lo grave era que ya estábamos en sus manos. Nada ni nadie, ninguno de sus paniaguados periodistas y colaboradores cercanos desmentía sus “otros datos”, su desprecio por la opinión y consejos de los demás, los aumentos de precios en cascada, los abusos de hambreadores y criminales. Lo único que contaba era la crueldad excesiva.
¡Qué desastrosa idea de México! ¡Qué manera tan absurda de encabronar a todo un país, de exacerbar los motivos de una guerra civil, de enfrentar a bandos de empobrecidos a modo, de provocar la trifulca entre esclavos de consignas que nunca han comprendido a qué pueblo están dirigidas! Su único objetivo sigue siendo engordar sus bolsillos y las maletas electorales que requiere urgentemente para el fraude maquinado.
Que termine la estridencia peligrosa y demagógica de las “mañaneras”
La última mentira de la mañanera es inaudita: la coalición de los partidos serios quiere el poder para sustraer el dinero de la gente pobre. Grita desaforadamente: “¡Al ladrón!, ¡al ladrón!”, cuando todos sabemos que el principal, el jefe de los rateros hoy es él.
El objetivo de la coalición es más sencillo y más directo: que pare la destrucción del país, que se olvide de su estridencia peligrosa y demagógica, que ya se vaya a donde sea, pero mientras más lejos, mejor.
México no merece otro más como él.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Fuera de sí, el Presidente de la República se burló en reciente “mañanera” de Joaquín López-Dóriga. La respuesta del colega es contundente: “Yo quiero decirle al presidente que jamás me he burlado de él, como él ayer de mí; que nunca le he faltado el respeto, como él me lo faltó ayer; que nunca lo he caricaturizado, como él lo hizo ayer con dibujo ajeno y recortado… Yo solo reitero que me parece indigno que un presidente de la República utilice un espacio público para engañar, ofender y tratar de burlarse de un reportero invocando un derecho de réplica que yo ejerzo en este espacio después de que usted, presidente, reiterara su ataque ventajista, manipulado e impropio del López Obrador que conocí hace 22 años, aunque a estas alturas creo que eso ya le es propio.” ¡Touché!
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