CIUDAD DE MÉXICO.— El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) resolvió un misterio que conmocionó a la sociedad hace más de una década, luego de que una denuncia alertara a las autoridades sobre el hallazgo de 150 cráneos en una cueva en la frontera de Chiapas con Guatemala.
En aquel momento se creyó que se trataba de una escena del crimen, por lo que trasladó los restos óseos a la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, para iniciar su análisis. Tras varios años de análisis, el INAH concluyó que estos restos sí son la prueba de un crimen pero de hace varios cientos de años.
#Boletin | Teorizan que existió un tzompantli en la Cueva de Comalapa, en Chiapas.
El análisis de aproximadamente 150 cráneos señala que estos corresponden a individuos decapitados entre los años 900 y 1200 d. C.
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— INAH (@INAHmx) April 27, 2022
“Después de una década de exámenes y análisis se determinó que los cráneos correspondían a víctimas de sacrificios humanos entre los años 900 y 1200 después de Cristo.
“Las víctimas de la cueva posiblemente fueron decapitadas en un ritual y los cráneos se exhibieron en un tipo de estructura llamado tzompantli”, informó el INAH en un comunicado.
A diferencia de otros cráneos prehispánicos encontrados, los de Chiapas no tenían perforaciones en los costados y no se encontraban en un lugar ceremonial, por lo que esto confundió a autoridades e investigadores.
Aunque usualmente los cráneos se colocaban en postes de madera tras hacerles orificios en los costados, los expertos del INAH aseguraron que los encontrados en la cueva quizá fueron colocados sobre postes, en lugar de que fueran colgados entre ellos.
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AM.MX/dsc