GUADALAJARA.— Como “el testimonio de una hazaña y la visibilización de un trabajo de investigación sin precedentes”, calificó el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, a la novedad editorial Tren Maya. Por las vías de la transformación, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2024.
Al encabezar la presentación de esta obra, publicada por la Secretaría de Cultura federal, a través del INAH, Prieto Hernández recordó que este libro surgió de la idea del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, por reunir una memoria integral del megaproyecto, anunciado en 2018.
“El 15 de diciembre de 2023, cuando luego de tres años de labores constructivas, el Tren Maya comenzó a operar en sus cuatro primeros tramos, y será el 15 de diciembre de este 2024 cuando, junto con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, completaremos el circuito de siete tramos, con la conexión de las ciudades de Chetumal, en Quintana Roo, y de Escárcega, en Campeche”, apuntó el directivo del INAH.
Con una introducción a cargo del propio Diego Prieto Hernández, el libro brinda un asomo al amplio esfuerzo de salvamento arqueológico, producto del cual se han registrado y preservado más de 62 mil elementos constructivos; 713 entierros humanos y más de un millón y medio de fragmentos cerámicos, elementos clave para comprender el comercio, el arte y la vida diaria de los mayas prehispánicos.
Asimismo, en los 16 textos de su capitulado pueden encontrarse los puntos de vista de especialistas del instituto ligados a la aplicación, en una treintena de sitios patrimoniales, del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas, así como de expertos involucrados en los aspectos técnicos (de planeación de tramos y vías, estaciones o en el diseño del propio tren y sus convoyes), medioambientales y de reordenamiento urbano en la megaobra.
En su intervención, el antropólogo Margarito Molina examinó las diversas intervenciones que la península de Yucatán ha tenido en el pasado, desde la irrupción hispánica de 1517, hasta aquellas vinculadas con la explotación del henequén y el palo de tinte, en la época virreinal y el siglo XIX, así como la que supuso el desarrollo de la industria chiclera, y en décadas recientes, el auge del turismo en Cancún.
“Conocer estas intervenciones nos ayuda a pensar en el Tren Maya, sí como una intervención, pero una que no parte de esa voracidad turística que trastoca los paraísos y los roles de los propietarios de la tierra, sino que, al contrario, tiene al desarrollo comunitario y la justicia social como sus ejes articuladores”.
Finalmente, el arqueólogo Manuel Pérez Rivas distinguió al libro Tren Maya. Por las vías de la transformación como un testimonio colectivo, variado y heterogéneo que, desde el punto de vista antropológico, está llamado a volverse una obra histórica.
“Por ejemplo, en las páginas que escriben las autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional o del consorcio Mota-Engil, se aprecia cómo todos quienes formaron parte de la instalación del Tren Maya revaloraron el patrimonio cultural y entendieron el papel que juega el INAH en su conservación, de forma que la construcción y la arqueología, dos actividades que parecerían contrastantes, pudieron conjuntarse”.
La versión digital del libro Tren Maya. Por las vías de la transformación puede descargarse gratuitamente en la Mediateca del INAH.
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AM.MX/dsc