jueves, marzo 28, 2024

HOMO POLÍTICUS: No Prende

Pave Soberanes

Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro.

Aldous Huxley

 

El título de la portada de Proceso fue contundente por su capacidad de abreviación: “No prende” [el entrecomillado es mío]. Y como complemento, la fotografía del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio.

 

Antes del discurso tomado de las nueve Bienaventuranzas de Jesús el Cristo [veo un México con “hambre y sed de justicia”] –mentira que haya sido el de la ruptura, pues lo tuvo a revisión Carlos Salinas en Los Pinos-, priístas y no priístas hablaban en voz baja de un posible reemplazo, porque “la campaña no levanta”.

 

No prende”, se resumía por todos lados, tomando el título de la revista fundada por Don Julio Scherer García [+].

 

Veinticuatro años después, la frase se hizo moda retro.

 

José Antonio Meade “no prende”, se oye, también, por todos lados.

 

Machacan la idea: Ernesto Zedillo, el remplazo de Colosio, coordinador de campaña, era secretario de Educación. El coordinador de campaña de Meade, Aurelio Nuño, era secretario de Educación.

 

No es porque lo haya planteado Andrés Manuel López Obrador. La especie ya se dejaba oír, y la posibilidad de sucederlo, sentir. La privatización del PRI a los “simpatizantes” –en Morelos se hizo a la familia Ramírez Cepeda-, haciendo a un lado a duros y puros del PRI, trajo antipatías. A éstas, se apretó fuerte, como a Manlio Fabio Beltrones. Cuando trató de jugar a las contras en otras militancias le avisaron en hojas de papel revolución de una posible orden de aprehensión.

 

La otra Josefina sería Pepe Meade, como le llaman sus cercanos, incluso sus no tan cercanos, al candidato del PRI a Los Pinos. Varias similitudes con la candidatura y campaña presidencial de Josefina Vázquez pintan candidatura y campaña de Meade. Ahora hasta el experimentado anti-josefinista Javier Lozano está en su elenco.

 

“López”, como sugirieron llamar a López Obrador sin mayor resta política y electoral que el de suprimir su apellido materno, hace su juego, inamovible su primerísimo lugar. Mengua al candidato del PRI, la campaña, al gobierno, alimentando la sospecha del relevo de la candidatura. Ricardo Anaya aprovecha la coyuntura para rebasar igual por la derecha que por la izquierda, retomando esa idea que flota en el ambiente, como hace 24 años.

 

Mientras otros candidatos se disputan sin creatividad, sin propuestas, dentro del lodazal de las argumentaciones ruines, el segundo y tercero lugar de las preferencias, Andrés Manuel acude a cortarse el cabello, sin despeinarse.

 

La impresión que dio Meade en sus primeras apariciones como prospecto y luego como ungido, era el de un candidato que cumplía el perfil para perder. Igual que como sucedió con Josefina Vázquez… o Colosio. Echarle la culpa a un candidato que “no prende” será fácil para tapar un régimen que se sentó a gobernar con la televisión, los convenios de publicidad y las inserciones pagadas, y ni así mejoró las simpatías.

 

Letras Chiquitas. Ayer atacaron a distancia la casa de interés social de José Manuel Sanz, el número 1 del ex hotel de paso Papagayo. A distancia, porque el portón de la unidad habitacional tenía impactos de bala. Y dejaron una cartulina intimidante que en letras artísticas y hasta signos de admiración amenazaron a uno de Los gachupines –le pusieron Sams– y al hijo de éste. El ataque se le parece mucho al perpetrado contra otro de Los Gachupines, tiempo ha, en sus estudios de radio. El atentado contra la casa cara que hizo pasar como barata Sanz -como el del locutor Juan José Arrese, señalados recientemente como socios en una red de corrupción al interior de Motolinía 2-, tiene tufo político, cuyo origen sería… el auto-atentado. El ex hotel de paso reprobó el ataque y hasta exigió al primer sobrino del estado, Javier Pérez, una investigación seria, pero no lo denunció en mesas de eficiente agente del Ministerio Público, lo que resta valor al caso.

Artículos relacionados