La Ley General de Economía Circular y Medio Ambiente, recién aprobada por unanimidad, fue bien recibida por los ambientalistas de Greenpeace, indicando que la iniciativa promueve la quema de basura, en lugar de reducirla. Pese a que esta ley busca impulsar la circularidad y la gestión correcta de residuos, Greenpeace protestó afuera de la Cámara de Diputados para impedir su aprobación.
“Maquillar de verde los daños de la industria no es la solución. Escuchar a las personas y el planeta debe ser eje para la política pública. Seguiremos señalando este tipo de prácticas de greenwashing y no dejaremos de pedir medidas tangibles y reales que frenen la contaminación en México” declaró la organización.
De acuerdo con los ambientalistas, uno de los puntos principales por los que rechazan esta ley es por su apuesta hacia la termovalorización, declarando que este proceso se contradice con la economía circular que promete que el mejor residuo es el que no se genera y no los que se generan y se queman, poniendo en duda los intereses de la industria por el medio ambiente.

¿Qué es la termovaloración de la que habla Greenpeace?
La termovalorización es la combustión controlada a altas temperaturas de residuos sólidos en plantas especializadas. Esto con el objetivo de transformar los residuos en energía eléctrica, principalmente, misma que será ocupada por la planta.
Frente a esta tecnología por la que apuesta la ley recién aprobada, Greenpeace ha señalado que no es limpia ni renovable, ya que genera gases de efecto invernadero, dioxinas y furanos altamente tóxicos: “la Semarnat impulsa una Ley de “EconomíaCircular” que en realidad es una licencia para contaminar. Promueve la quema de basura, ignora la salud pública, debilita la responsabilidad de las empresas y excluye la voz de comunidades y organizaciones”
Sin embargo, investigadores de la UNAM y del IPN, han señalado anteriormente como las plantas de termovalorización pueden producir menos contaminantes que un relleno sanitario, ya que en las plantas se produce principalmente dióxido de carbono, mientras que en los rellenos se produce metano, el cual es más contaminante.
Asimismo, señalan que estas plantas lo que hacen es aprovechar los materiales que ya no no se pueden reciclar, siendo que en lugar de que estos sean enterrados o liberados al medio ambiente para desintegrarse con el tiempo, puedan ocuparse hasta el final para generar energía.
