Estudio cuestiona la efectividad de los fármacos psiquiátricos

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CIUDAD DE MÉXICO.- Los medicamentos psiquiátricos no han mejorado significativamente el tratamiento de las enfermedades mentales y, por el contrario, podrían estar contribuyendo a su aumento, sostiene el periodista e investigador estadounidense Robert Whitaker .

En su libro Anatomía de una epidemia, publicado por Capital Swing, expone cómo las compañías farmacéuticas impulsaron la idea de que trastornos como la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia son causados por desequilibrios químicos en el cerebro, sin una base científica sólida.

Whitaker señala que, a partir de la publicación del Manual de Diagnóstico Estadístico (DSM III) en 1980, se reforzó en la opinión pública la creencia de que las enfermedades mentales tenían un origen biológico y debían tratarse con fármacos. Sin embargo, el investigador cuestiona la validez de esta teoría, argumentando que ha servido más como estrategia de marketing que como una solución real para los pacientes.

Uno de los datos que presenta Whitaker es el incremento en el número de personas discapacitadas por enfermedades mentales en Estados Unidos. En 1955, los casos eran menores en comparación con la actualidad, donde uno de cada cinco estadounidenses toma fármacos psiquiátricos a diario.

En 1987, aproximadamente 1.25 millones de personas recibían una prestación por discapacidad debido a una enfermedad mental. Actualmente, ese número supera los 4 millones. La tendencia también ha impactado a niños y adolescentes, especialmente con el diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Según el investigador, inicialmente solo 3 % de los niños presentaban síntomas que justificaban este diagnóstico. Sin embargo, con la ampliación de los criterios en ediciones posteriores del DSM, uno de cada 10 niños en edad escolar ha sido diagnosticado y tratado con medicamentos.

Whitaker advierte que estos fármacos pueden provocar efectos adversos, entre ellos insomnio, dolores de cabeza, ansiedad, irritabilidad, síntomas obsesivo-compulsivos, alucinaciones y riesgo de muerte súbita cardíaca.

El autor enfatiza que el enfoque actual de la psiquiatría se centra en soluciones individuales, dejando de lado las condiciones sociales que influyen en la salud mental. Destaca que problemas como la pobreza, la inestabilidad laboral, la falta de acceso a educación y vivienda digna pueden ser factores determinantes en la aparición de trastornos psicológicos.

Además, Whitaker critica que el modelo de salud mental promovido desde Estados Unidos ha priorizado la prescripción de fármacos sobre el acompañamiento psicológico y social, lo que, según él, ha llevado a un fracaso en la atención a nivel global.

Para Whitaker, la psiquiatría actual enfrenta una crisis, ya que los resultados a largo plazo de los tratamientos farmacológicos para la esquizofrenia, depresión y trastorno bipolar son peores que antes de 1980. Aunque algunos psiquiatras han cuestionado este modelo, las críticas no han logrado cambios significativos en la práctica médica.

El investigador concluye que se necesita un nuevo enfoque basado en la atención psicosocial, que ayude a las personas a reconstruir sus vidas en lugar de depender únicamente de los medicamentos.
AM.MX/fm

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