sábado, abril 20, 2024

ESCARAMUZAS POLÍTICAS: Un diálogo muy fructífero entre Julian Assange y Yanis Varoufakis

Gloria Analco

Producto de una repentina llamada por teléfono que recibió el griego Yanis Varoufakis -economista, escritor y académico- de Julian Assange, ha sido posible introducir en la discusión mundial que la pandemia del Coronavirus ha servido para que los mercados financieros hayan iniciado el proceso para apoderarse del control de las economías e impongan a los gobiernos echar a andar la maquinita de hacer dinero a favor de las corporaciones.

La conversación tuvo una duración de 9 minutos 47 segundos, antes que fuera cortada en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde Assange guarda prisión, pero fue tiempo suficiente para que dos figuras de esos tamaños pudieran esclarecer lo que está sucediendo en el mundo, en medio de una pandemia que lo ha metido en graves aprietos.

Varoufakis ofrece en su blog los detalles de su conversación con Assange, quien, como es lógico, estaba hambriento de noticias –no recibe ninguna donde guarda prisión-: “Quiero una perspectiva sobre los desarrollos mundiales, no tengo ninguna aquí”, dijo a quien también es político griego.

Ambos comparten la inquietud sobre cuál será el destino del capitalismo, luego de los resultados que vaya a arrojar la pandemia, si el mundo irá a mejor o peor, así como sus repercusiones en la geopolítica.

El griego hace ver que explicarle a Assange fue tarea muy difícil porque ambos sabían que “las autoridades de la prisión de Su Majestad” cortarían la conversación en cualquier momento, y no era la primera vez que recibía una llamada de él.

Y entró en materia luego de las primeras reacciones emocionales de rigor.

“Nunca antes el mundo del dinero (mercados financieros) ha estado tan desconectado del mundo de las personas reales, de las cosas reales, de la economía real”, le soltó a Assange.

El fundador de Wikileaks lo atajó con una apremiante solicitud: “Quiero una perspectiva sobre los desarrollos mundiales, no tengo ninguna aquí”, sobre lo cual Varoufakis no niega que la petición le impuso una considerable carga de tensión por tener que explicarse en muy breve tiempo.

Entonces dice que compartió con Julian su pensamiento de las últimas semanas.

Le dijo que con asombro estaba observando como el PIB, los ingresos personales, los salarios, los ingresos de las empresas, pequeñas y grandes, “colapsan mientras el mercado de valores se mantiene relativamente indemne”.

Para explicarle esto último, Varoufakis recurrió al ejemplo de Hertz, compañía que se declaró en bancarrota, y en vez que sus acciones fueran al piso en el mercado de valores, despegaron, y no solo eso, sino que esa empresa estaba por emitir nuevas acciones por valor de mil millones de dólares.

Entonces preguntó a Assange: “¿Por qué alguien compraría acciones de una empresa oficialmente en bancarrota?, y él mismo le ofreció la respuesta:

-Porque los bancos centrales imprimen montañas de dinero y lo dan casi gratis a los financieros para comprar cualquier pedazo de basura que flota en la bolsa de valores. Son préstamos sobre los activos de las empresas.

Lo llamó “la zombificación completa de las corporaciones”, y en respuesta Julian le comentó que eso probaba que los gobiernos y los bancos centrales podían mantener a flote a las corporaciones, incluso cuando venden casi nada en el mercado.

Varoufakis dijo estar de acuerdo, pero agregó a Assange que el capitalismo enfrenta ahora “una importante encrucijada”:

“La impresión de dinero del Banco Central mantiene los precios de los activos muy altos, mientras que el precio de las ‘cosas’ y los salarios caen”.

Para Varoufakis, esa desconexión puede seguir creciendo, pero le advirtió a Assange que cuando las empresas en bancarrota pueden sobrevivir de esa manera, “no tienen impedimentos para despedir a la mitad de la fuerza laboral y reducir los salarios de la otra mitad”.

Entonces le expresó su opinión de que eso crea más deflación/depresión en la economía real, lo cual significa que los bancos centrales deben imprimir más dinero para mantener los precios altos de los activos y las acciones.

Un efecto de ello, considero Varoufakis ante Assange, es que las masas se rebelarán y los gobiernos estarían bajo presión para desviarles algunos ingresos. Si hay respuesta de los gobiernos, le dijo, eso desinflará los precios de los activos, debido a que estos son utilizados por las corporaciones como garantía para todos los préstamos que toman para mantenerse a flote.

“Esas empresas perderán el acceso a la liquidez, y esa secuencia de fallas corporativas vendría a darse en circunstancias de estancamiento”.

Frente a este alud de información e interpretación de los últimos acontecimientos por parte del griego, Julian le preguntó:

“¿Qué tan importante es el consumo para el capitalismo? ¿Qué porcentaje del PIB está en juego si el consumo no se recupera? ¿Las corporaciones necesitan trabajadores o clientes?

Varoufakis le respondió a la primera pregunta, y le dijo que era lo suficientemente alto como para hacer realidad la encrucijada, es decir que metería en serios aprietos la funcionalidad del capitalismo.

Y le pasó a explicar que si los bancos centrales y los robots pueden mantener a las corporaciones funcionando sin clientes ni trabajadores, hay que observar que “los robots no pueden comprar las cosas que producen”.

“Entonces, éste no es un equilibrio estable”, le recalcó a Assange, y agregó que con ese esquema las pérdidas en los ingresos de las personas se acelerarán, generando así un descontento descomunal.

Las ideas en la cabeza de Assange eran un torbellino, producto de esta información que le estaba proveyendo su gran amigo, y como primera idea que expresó en ese momento, dijo:

¡Eso beneficiará a Trump, quien sabe cómo alimentarse de la ira de las multitudes hacia las élites educadas de la clase media alta.

Varoufakis le expresó estar de acuerdo con él, afirmándole que el socialismo para la oligarquía y la austeridad para la mayoría, al final alimentaban a la ultraderecha racista.

Le respondió esto en su calidad de fundador del movimiento paneuropeo DIEM25, que busca restaurar la democracia y la transparencia en Europa, para frenar el auge de la misantropía, la xenofobia y el nacionalismo tóxico.

Y fue más allá al señalar que “estamos experimentando nuevamente lo que sucedió en la década de 1920 en Italia con el surgimiento de Mussolini.

Sobre este comentario, Julian le contestó: “Sí, como entonces, se está formando una alianza entre los ricos y la clase obrera descontenta”, y luego le agregaría: que la mayoría de los prisioneros y los oficiales de la prisión de Belmarsh en su apoyo… Trump… Ahí se cortó la conexión.

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