Adrián García Aguirre / Ciudad de México
* Viajes románticos a poblaciones para visitar en pareja.
* Colección de paisajes bucólicos y de ensueño.
* Son unos sitios estupendos con sabor a México.
* San Cristóbal de las Casas, Taxco y Valle de Bravo.
* Les siguen Papantla,Ver; Xilitla, SLP; e Izamal, Yuc..
No es nada pretencioso afirmar que México posee poblaciones increíblemente bellas y serenas, lugares que guardan en su interior una colección de paisajes bucólicos y arquitectónicos de ensueño dignos de un cuento de hadas si nos ponemos cursis.
Los lugares que se reseñan a continuación son perfectos hacer visitas de fin de semana y también para visitar en pareja, quizá porque no hay nada más tranquilizador que perderse en la paz de un Pueblo Mágico en el que el tiempo se detiene: hay 121 de ellos, de todas dimensiones y con características propias.
Aquí presentamos una lista mínima de sitios idóneos para caminarlos en pareja, hemos elegido siete, y en primer lugar está San Cristóbal de las Casas, Chiapas, de espíritu histórico y alma creativa que se convierte en una experiencia mística digna de compartirse solo o acompañado.
Su arquitectura colonial y festividades tradicionales conviven entre casas cubiertas por la neblina en las madrugas y el olor a café en la calle Real de Guadalupe, marcada por un notable sincretismo cultural que lleva a conocer la catedral y el templo de Santo Domingo como visitas obligadas, al igual que San Juan Chamula y Zinacantán, poblaciones cercanas a la antigua Jovel.
Taxco de Alarcón, Guerrero, tiene una merecida tradición minera que se edificó en la etapa colonial: callejones empedrados estrechos que acercan a un sinfín de comercios dedicados a la venta de objetos de plata, a restaurantes, plazas y casonas pintadas en su mayoría de color blanco.
Taxco es un tesoro en cuya fundación participó don José de la Borda, el más rico empresario de la Nueva España, que recorría la ciudad a pie y disfrutaba de ese monumento arquitectónico churrigueresco que es la parroquia de Santa Prisca, a cuya construcción aportó recursos de su inmensa fortuna.
Otros puntos dignos de conocerse son la iglesia dedicada a San Sebastián y el museo de don William Spratling, un estadounidense que se dedicó de corazón a enaltecer con detalles la finura de la plata, fomentando la creación de joyas únicas en su género.
En suma, esa población que es un dije plateado, un pendiente que cuelga de sus montañas. con vistas panorámicas espectaculares, disfrutables desde el teleférico que hace un recorrido turístico agradable e inolvidable para los sentidos.
Valle de Bravo, en el Estado de México, está rodeado de parajes boscosos que cada año y en determinadas temporadas alberga a las mariposas monarcas, dado que es un destino que ofrece el contacto directo con la naturaleza.
Este es un detalle que no debe perderse de vista, así como aprovechar los mejores spas o practicando deportes de todo tipo, además de que hay tiendas, galerías, cafés y bares que hacen del centro y su plaza principal sitios agradables para un recorrido con encanto único, mientras que una visita al famoso lago es obligada para disfrutar del atardecer.
Papantla, Veracruz, se ubica entre las cuencas de los ríos Tecolutla y Cazones, y resguardado por míticos sitios arqueológicos como El Tajín, es un conocido lugar que recupera tradiciones típicas con aroma a vainilla.
Entre iglesias, museos, templos y casas con techos de teja emergen los hombres pájaro, los guardianes absolutos de la zona que, día a día, se consagran con una espectacular danza aérea.
Es precisamente en el monumento al volador, donde la ciudad puede admirarse en su máximo esplendor, preparando anualmente el gran Festival Artístico y Cultural que muestra el esplendor de una tierra que guarda celosamente su pasado para enseñarlo en el presente.
Xilitla, San Luis Potosí, es lugar que llevó al británico Edward James –quien se decía pariente de la familia real de los Windsor- a crear su propio paraíso surrealista y también a participar en la conservación de una de las últimas selvas tropicales que le restan vivas a México.
Su naturaleza calurosa hace de Xilitla un destino ideal para practicar ecoturismo y adentrarse en sus pozas, cascadas, montañas y vegetación exuberante, cual tesoro de la Huasteca potosina que también tiene un convento afamado, casonas coloniales elegantes, con un producto delicioso: el café cultivado en la zona y la tradicional huapangueada dominical.
Izamal, Yucatán, a una hora de Mérida, es una ciudad de colonial fue, como tantas luego de la conquista española, fue fundada sobre los vestigios del imperio maya, dualidad que se representa en el ex convento de San Antonio de Padua y en la zona arqueológica de Kinich Kakmó, principales atracciones históricas del lugar.
Un recorrido en bicicleta -se rentan en el Centro Cultural y Artesanal- es la mejor sugerencia para conocer las leyendas que habitan sus calles pintadas de amarillo, característica de este Pueblo Mágico de la península de Yucatán.
Todos Santos, en la parte meridional de península de Baja California, emerge como oasis adornado por árboles frutales y con un creciente potencial artístico nacional y extranjero, que empieza a verse numerosos y frecuente desde hace pocos años..
Aquí es el hogar de pelícanos y gaviotas; pero también de galerías de arte y festivales culturales que conviven en armonía con el predominante ambiente de playas, en las que hay dos espectáculos naturales: la liberación de tortugas y el avistamiento de ballenas, actividades recurrentes de lo más agradable para el turismo nacional e internacional.
Zacatlán, en la Sierra Norte de Puebla, esconde años de tradición relojera y el cultivo de manzanas con su respectiva sidra y licores frutales. cuyo clima frío se combate en los cafés ubicados en el centro histórico.
Ahí es donde dan vueltas las manecillas del representativo reloj floral que, desede hace muchísimos años, comparte su protagonismo con la niebla, las tradicionales chaluperías y el extraño y mítico Valle de las Piedras Encimadas.
Y por último,Tapijulapa,Tabasco, solamente con mil habitantes, es un pequeño Pueblo Mágico rodeado por la selva, que ofrece una experiencia fabulosa por las costumbres de la zona, como recorridos a pie desde el templo de Santiago Apóstol hasta el puente colgante sobre el río Amatlán.
En tan simpático pueblecito tenemos los mejores restaurantes para probar platillos típicos: los tamales tabasqueños, los mones y el chote que incitan a emprender la jornada hacia la reserva ecológica de Kolem Jaá, con actividades entre cerros y cascadas, para que nunca se nos olvide que, como todo Tabasco, Tapijulapa también es un Edén.