miércoles, junio 18, 2025

ENTRESEMANA/ La pura verdad, presidenta

“Vamos a decirnos la verdad: tú te aprovechas de mi y yo te amo…” Rafael Pérez Botija

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

“(…) Ahí, ¡huy!, cómo les gustaba el acarreo, el llenado de urnas, el fraude electoral, el robo, todo eso les gustaba mucho…”

¿A quién atribuye usted esa acusación que pretende poner a salvo a la 4T de esas prácticas que se plagió con maestría?

¿Al filósofo Gerardo Fernández Noroña? ¿A la ilustrada Luisa María Alcalde? ¿Acaso el educador Mario Delgado? ¿O la dijo el notario Adán Augusto López Hernández? ¿Sería la honesta y demócrata Adriana Chávez? ¿El prístino Leonel Godoy?

Sí, pudo haber sido cualquier o cualquiera morenista de prosapia, mártires de la 4T (versión segundo piso), poseedores del don de la amnesia selectiva, olvidadizos y olvidadizas de su pasado priista, panista o perredista reciente, del que amasaron fama y fortuna.

¿Quién, señoras y señores? ¿Quién con esa enjundia sólo comparable al cinismo falaz del licenciado Andy Manuel López Obrador?

Sí, ¡caray!, el falaz Santo Niño Fidencio redivivo inquilino por casi seis años de Palacio Nacional y que de pronto se hartó de viajar en líneas áreas comerciales y sucumbió a la comodidad de un neoliberal jet militar, luego de engañar con la rifa y venta del avión presidencial.

¿Por qué, primo hermano?

¿Le sacasteis a las mentadas de madre, a los reclamos de usuarios en aeropuertos y aeronaves comerciales, ciudadanos que ya estaban hasta la madre de tus ocurrencias y desplantes como la farmaciota y el trenecito?

Bueno, bueno. La acusación la dijo la Princesa Caramelo en la mañanera del pasado martes 11 de marzo de este 2025.

Y se preguntará porque traer a colación ese tema cuando la ingeniera presidenta presume la elección judicial, cuando lo importante es que habló ayer unos minutillos con el licenciado Donald Trump, después del frustrado encuentro en la Cumbre del G7 en Canadá.

Pues por lo mismo, porque la ingeniera Claudia Sheinbaum Pardo suele incurrir en el mecanismo de su maestro Andy Manuel López Obrador, es decir, lo que el manual propagandista recomienda: negar todo, todo, aunque sea verdad; no doblarse, no ceder frente al opositor que pruebas en mano le muestra y restriega en el rostro la verdad.

Y ahí tiene usted que ése es el deporte de los nuevos dueños del poder, en la resaca del sexenio perdido, éste que contribuyó olímpicamente a crear la nueva camada de ricos, millonetas, fifis disfrazados de jodidos asalariados que usan unas pinches camionetotas blindadas que ya quisiera usted para un domingo.

Y la ingeniera presidenta destaca como el nuevo valor político que miente como respira –Andy, el apá dixit—mas no es capaz de guardar la contrariedad, el encabronamiento, pues, que le provocan reporteras y reporteros incómodos, selecto grupo de colegas ajenos a la barra mercenaria de a cuando la pregunta.

Ahí tiene usted a Reyna Haydee Ramírez, que se ha convertido en un dolor en salva sea la parte de la ingeniera presidenta, quien no oculta la incomodidad que le causan las preguntas de la reportera sonorense, que no arría bandera crítica pese a que Jesús Ramírez le ha prohibido preguntar por lo menos durante un mes.

Mire usted, el martes 11 de marzo, Reyna entró en materia y arrinconó a la Princesa Caramelo con preguntas soportadas con pruebas; la ingeniera presidenta se defendió con la única arma que hizo elemental el Duce Andy: mentir y negar la verdad.

–Presidenta (…) el domingo (9 de marzo) hubo un evento aquí en Palacio ya, y hubo “acarreo”; y esa palabra tan fea que se criticaba tanto cuando ustedes eran oposición, me refiero al movimiento, que se le criticaba mucho al PRI, y que muchas cosas se iban a quitar… –preguntó Reyna Haydee.

¿Por qué dices que hubo acarreo? –atajó la ingeniera Sheinbaum, en la primera negación de lo que todo el mundo vio.

–¡Ah, bueno!, yo personalmente anduve preguntando a la gente y les empecé preguntar, justo, porque los oía al pasar. Me vine caminando desde Reforma hasta la Plaza porque ya no había transporte, estaba rodeado de autobuses de todas partes –argumentó la colega.

Bueno, que haya autobuses no quiere decir que sean acarreados, es muy distinto; muy distinto que la gente se organice, que rente un camión y vengan juntos. Porque ¿cómo quieres que vengan de Oaxaca, de Chiapas, de otros lugares? Caminando, no creo, ¿verdad? Entonces, rentan un autobús –, argumentó la Princesa Caramelo.

Y más, sostuvo que “lamentablemente, ocurrió el accidente de estos compañeros y compañeras de Oaxaca, que lamentamos muchísimo y que, además, vamos a dar apoyo a sus familias.

“Pero ellos se juntan y rentan autobuses. Eso es muy distinto. O sea, ¿qué quiere decir “acarreo”? Que a la gente les des dinero o algo a cambio de asistir a un evento, a eso se le llama “acarreo”.

–O forzarlos a venir –replicó Reyna.

O forzarlos, porque “te voy a correr, te voy a no sé qué si no vas al evento” –secundó la ingeniera Sheinbaum.

–Exacto –apoyó la sonorense.

Y he aquí la sesuda y titubeante respuesta presidencial, la negativa de la realidad:

“Yo, la verdad, lo que vi… Porque si no, no hubiera habido el evento que es. Un evento así en el Zócalo no se llena no se llena con personas que… El pueblo de México ya está muy consciente como para regresar a esas prácticas.

“Entonces, el que haya autobuses no quiere decir que haya personas que vinieron en contra de su voluntad, eso significa “acarreo”, una persona que vino en contra de su voluntad. Y yo vi muchas voluntades”, adujo la Princesa Caramelo.

No se ría, porfis. Pero ¿usted le cree? ¡Recáspita, Lupita Taddei!

Y ante la insistencia de Reyna Haydee la tesis presidencial:

–Nada más que México ya cambió.

–Exacto, Presidenta, ese es el punto.

Pues sí, ya cambió.

–Se supone que ya cambió y se siguen efectuando estas prácticas que ahorita tenemos…

No se llena un Zócalo así en el 2025 con las prácticas que tú dices.

–No, pero el acarreo, pues mire, lo logró hacer (…).

–Entonces, tú piensas que hubo acarreo.

–No, no pienso…

Yo te contesto…

–…lo confirmé.

–Bueno, ¿tienes testimonios?

–Claro, tengo testimonios, le estoy contando de la gente de Guanajuato.

Por eso, pero ¿grabados, vistos?

–Claro, lo tengo grabado y los tengo… Hay gente a la que le pagaron, Presidenta.

No.

–Sí.

No, no, Reyna, eso ya no.

–Sí, lamentablemente sí.

–Y un Zócalo así no se llena pagándole a la gente, eso ya pasó a la historia –rubricó, con harta convicción la Princesa Caramelo y está grabado. ¿Qué opinas, Drakko? Digo.

sanchezlimon@gmail.com   www.entresemana.mx   @sanchezlimon1


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