viernes, abril 19, 2024

ENTRESEMANA: ¿De qué lado masca la iguana?

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

¿En qué nos quedamos? ¡Ah, sí! Su Alteza Serenísima y su círculo de la Mafia del Joder lo presumen un día sí y otro también porque se creen los más chingones de la pradera, ni cómo olvidarlo.

Lo recuerdo.

El domingo del 27N al centro del remolino con dos cinturones de seguridad en los que sudaban el salario del miedo gacelas y elementos del Estado Mayor Presidencial –que desapareció pero se quedó–, para que el licenciado presidente olisqueara y se bañara con el dulce aroma que, dice Layda Sansores, es al que huele el pueblo.

Es bien listo el licenciado presidente. ¿A poco no?

Y, bueno, doña Layda carece de rubor para lisonjear y tutear al Duce que se deja querer y no ceja de echar la culpa a neoliberales y conservadores por todo lo malo que hay en el país, como la inseguridad, la galopante violencia, en esa postura del cínico que evade la responsabilidad de sus actos.

Cuatro años en el poder. ¿Y dónde las magnas obras sociales de esa entelequia conocida como la Cuarta Transformación?

¡Recórcholis, Batman!

Por eso importa sacudir la memoria a Su Alteza Serenísima y puntualizarle que lo prometido es deuda y sus obras ni son magnas ni mucho menos de beneficio social. Porque, dígame usted, ¿en qué ha beneficiado a la economía del país el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en cuyas pistas hasta los perros hacen pic nic?

¿Cuántos litros de gasolina han salido de la Refinería Dos Bocas?

¿En qué beneficia el Tren Maya, a los pueblos originarios de Campeche, Yucatán, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo?

¿Cuánto han costado realmente esas obras faraónicas que han consumido recursos públicos escamoteados a salud y educación, por citar dos rubros?

¿Sabrán del costo de estas ocurrencias quienes el domingo 27N gritaban “es un honor estar con obrador”?

Pero, pero…

Sobre la avenida Paseo de la Reforma caminaban, en marcha inercial unos acarreados y otros convencidos y con el sello de quien ha sido curado de males ancestrales por el redivivo Santo Niño Fidencio, en el lodazal de Espinazo, Nuevo León, símil de la charca de corrupción impune en la que se revuelcan los dizque míseros austeros.

Así su Alteza Serenísima que camina en medio de ese remolino que sirvió para la foto, ésa que circuló mostrándolo como el Mesías que se asume, el curandero que con la mirada y el toque del índice sana todos los males físicos, pero se resiste a hacerlo con los de la Patria porque ese es asunto de los demonios neoliberales y conservadores.

Y entonces, los comparativos desde los medios públicos puestos al servicio de la propaganda del licenciado presidente que lleva como lazarillo al sudoroso escritor, periodista y DJ Chucho Ramírez que le abre paso y evita que el pueblo bueno pueda tocar al Duce.

Cientos de miles, como nunca, en una marcha inédita, histórica, declama Jenaro Villamil junto a dos jovencitas que debutan en estos menesteres de la propaganda desde la televisión pública.

¿Y dónde andaban los del once y el catorce y el 21 y el 22 el domingo 13N?

Chambeaban en cumplimiento de la orden, en busca del resbalón, de la imagen de los fifí y conservadores, de los bien portados que fueron a marchar en defensa del INE y, por supuesto, en contra del licenciado Andrés Manuel I, sin convocatoria ni guajolota de a grapa, aunque luego se despacharon unos tacos de canasta en la explanada del Monumento a la Revolución y degustaron lo mismo un corte en los comederos de la zona que dos de suadero y uno de trompa en las taquerías junto a las estaciones del Metro.

Entonces, entonces…

Señoras y señores, entonces Su Alteza Serenísima supo de qué lado masca la iguana y se apanicó, como fue público y notorito.

Y usted dirá que, bueno, caray, eso ya pasó y fue en noviembre. Que ya chole y como en los choques lamineros, cada quien con su golpe.

Pero no. Por supuesto que no. Ahí tiene usted que en cada mañanera el tema es parte del mensaje, de descalificar al Instituto Nacional Electoral, de acusar a Lorenzo Córdova Vianello de ser un vulgar aspiracionista que antes protestaba contra quienes ganaban mucho y hoy calla como momia.

¿En serio? No se ría.

El oligarca presidente es feliz madreando al adversario. Todos los días, como el amanecer en Campeche al inicio de semana, se despereza como gato bodeguero –la timba lo delata— y, júrelo usted, de inmediato piensa en cómo joder a México porque jode a un amplio porcentaje de la población que no le rinde pleitesía.

Y ha creado escuela. Ahí tiene usted a la doctora Sheinbaum y al tenor de Bucareli Adán Augusto  y ni qué decir del itamita administrador del Corporativo Morena, Mario Delgado, y del jurisconsulto Ignacio Mier subgerente de Morena en la Cámara de Diputados, cuya línea discursiva es, a imagen y semejanza, del licenciado Andrés Manuel I.

¿Alguna duda? Este martes 6 de diciembre de 2022 la jugada elemental se concretará y el famoso cuanto roñoso dictamen de la reforma electoral será retirado del orden del día y, en su lugar se presentará el Plan B, cacareado e instruido por Su Alteza Serenísima para darle en la madre, nomás porque se le pega la gana, al INE y a los consejeros electorales y a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, mediante reformas a leyes secundarias.

¡Ah!, pero estarán destinadas a ser debatidas en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

¿Y? Ocurrencias vengativas producto del rencor y la bilis desparramada del licenciado presidente.

Le digo, le digo. La marcha del 27N fue de la revancha, del rencor, de la decisión del dueño del poder para demostrar quién manda en México. Y no le salgan con que la ley es la ley-

Así, en la mañanera despachada en Campeche, al licenciado presidente le cayó como anillo al dedo que Sara Pablo le pidiera su opinión respecto de la orden del INE a la maestra y doctora y consentida del profesor, Claudia Sheinbaum, para que se “deslinde de la campaña de promoción a su favor de cara al 2024, pide también a lo simpatizantes que se abstengan de promocionarla de cara al 2024. Preguntarle su opinión sobre esto”, dijo Sara.

–Pues que el INE no se toca, dicen los conservadores. Es una superestructura de poder, desde luego de facto, de hecho, porque de manera evidente, notoria, pública, están violando la Constitución del artículo 6º y 7º de la Constitución General de la República, pero como no se toca, son los intocables de la mafia del poder, los protegen, hasta hacen marchas los conservadores para proteger ese tipo de violaciones flagrantes a la Constitución—respondió el sabelotodo Andrés Manuel I.

¿Sabrá que la orden a la doctora Sheinbaum se sustenta en la presentación de quejas por actos anticipados de campaña con uso de recursos públicos? Nada tiene que ver con lo previsto, en los artículos 6º y 7º de la Constitución. Pero…

“Pero –aseguró Su Alteza Serenísima– es parte de esta actitud antidemocrática que prevalece. Yo le digo a la gente que no se preocupe, que hay que luchar para limpiar de corrupción, de parcialidad al INE, hay que luchar por eso. Y claro que sí se toca y se debe de tocar”.

¡Sopas!

Y luego mintió al ritmo de su agitada respiración. Lea usted.

“Por eso le digo a la gente: no se preocupen, va a ser el pueblo el que va a decidir. Y el mejor ejemplo somos nosotros. Yo llegué a la Presidencia no por el INE, llegué a la Presidencia por el pueblo. Fui candidato, nunca me reuní con los del INE, y siempre procuré mantener distancia con ellos y no creerles porque sabía yo que eran árbitros vendidos, hasta en los debates armaban todo para ver si me entrampaban, siempre los padecí, y al final no pudieron, como no van a poder hacia adelante, ya se acabó lo del fraude”.

Ríase si quiere.

Así que, toda vez que Morena no contaría con la mayoría calificada para aprobar la reforma constitucional en materia electoral, optó por torcer el brazo a la ley de suerte que hoy presentará el Plan B y el jurisconsulto Nacho Mier pedirá mandar al archivo muerto al dictamen aprobado hace dos semanas en comisiones.

¡A sus órdenes!, jefe. Digo.

COMO ME LO PLATICARON. Por cierto, seguro que usted recordará que, desde la discusión en torno a la prolongación de la presencia de las fuerzas armadas en las calles en labores de seguridad pública, mi cuaderno de doble ralla, el senador del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín, al unísono con el coordinador de la bancada senatorial de Morena, Ricardo Monreal –quien ayer lunes respondió con altura a sus detractores en Pachuca–, la priista Silvana Beltrones y el perredista Miguel Ángel Mancera, presentó una iniciativa de ley que crea la Comisión Bicameral de Seguridad, que será la encargada de evaluar el despliegue de los militares en labores de seguridad en las calles, determinar sus objetivos e indicadores cuantificables y verificables que deberán cumplir. Ramírez Marín, sin duda, honra su palabra porque dijo que daría su voto aprobatorio a esta iniciativa una vez que se pudiera dar a las fuerzas armadas un marco jurídico de actuación que les dé garantías, pero las acote, que respeten derechos humanos y brinde al país seguridad real. Así, evidenció que el actual modelo de seguridad no funciona y debe sustituirse con uno en el que haya mayor participación de la sociedad civil mediante sus representantes populares, como sería esta Comisión Bicameral, integrada por diputados y senadores de todos los partidos políticos. Conste.

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