viernes, diciembre 6, 2024

ENTRESEMANA: Bartlett, ¿qué le debe López Obrador?

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

¿A Bartlett le pagó Andrés Manuel un favor? Porque, el aún senador nos quiere ver la cara de bobos. Nadie cree que por haber estado durante años en defensa de la industria eléctrica se merece la Dirección General de la Comisión Federal de Electricidad en la administración que se avecina.

En la paráfrasis de ya saben quién podría decirse: ¡Al diablo con el pago de favores!, porque ésta no debe ser pauta de gobierno y esta designación forma parte de un tejido que evidencia más un pago de favores que el reconocimiento a una trayectoria profesional, profesional.

Y, mire usted, en esto no se trata de cuestionar una designación con fundamento hepático, desde la esquina de las filias y las fobias. No, es un tema que destaca en la construcción del gabinete que acompañará a Andrés Manuel López Obrador en su gestión al frente de Ejecutivo Federal, aunque igual éste abusa del sentido común ciudadano, simpatizante o no de su movimiento, cuando prioriza una actitud –la defensa del sector eléctrico—por encima de la capacidad, el conocimiento y la experiencia.

Pero, bueno, Manuel Bartlett Díaz no se ha distinguido por su congruencia ideológica, si es que la tuvo en algún momento. Y suele responder con la descalificación o una singular postura ofensiva cuando se le cuestiona y crítica.

Por eso, a la inconformidad manifestada incluso dentro de Morena por su designación como director de la Comisión Federal de Electricidad, respondió que ello obedece a que va a poner orden, en esta empresa, que las críticas provienen de una minoría que no quiere que se rescate a la CFE.

Incluso, asegura, “por eso mandan a todos estos periodistas a escribir contra mí y a sus bots a decirme cosas, pero son una minoría”.

Vaya, se atreve a negar lo que dijo hace 30 años para facilitar al ascenso de Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia de la República, con aquello de que se cayó el sistema, cuando él, como secretario de Gobernación presidía a la Comisión Federal Electoral.

Y es que, es innegable que su ascenso en las ligas mayores obedeció más a la impronta política y el pago de favores, amén de una subrayada amnesia selectiva del pasado, o de plano desconocimiento de un acontecer histórico en el proceso democrático del país, de muchos de sus defensores en redes que se apresuran a considerar que hay borrón y cuenta nueva, pero en esos días de la caída del sistema no habían nacido.

¿Recuerda usted que al inicio de su administración Enrique Peña Nieto dijo que el Presidente no tiene amigos? Bueno, esa es una pauta fundamental para gobernar con los profesionistas y políticos idóneos cuyos vínculos amistosos con el mandatario en turno no sean el fundamento, aunque Peña Nieto incurrió en el mentís con los amigos en espacios delicados y de jugoso presupuesto, como en Pemex, Sedesol y Gobernación.

Por supuesto, cada gobernante está en plena libertad de designar en los altos cargos de la administración pública federal, estatal o municipal, a quienes le venga en gana porque no hay condicionamiento legal alguno, aunque la exigencia es que el designado conozca el área de la que será responsable.

Empero, esa exigencia no ha sido regla y las consecuencias han sido catastróficas en ciertos casos, sobre todo en el área energética. Ingenieros en áreas de comunicación, por ejemplo; abogados como directivos en espacios que requieren experiencia y conocimiento en finanzas públicas y, en fin, profesionistas ubicados en donde hacen todo menos trabajar y atender necesidades sociales. Por citar ejemplos.

Por eso, esta itinerante carrera política de Manuel Bartlett que se imagina hoy, como puerto final en la Dirección General de la CFE, tiene un ingrediente que entraña el reconocimiento a un trabajo que hizo en la oposición, a cuyos brazos se echó cuando en el PRI ya no encontró acomodo, aunque éste lo arropó y encumbró.

¿Qué le debe Andrés Manuel a Manuel Bartlett? ¿Olvidó López Obrador aquella afrenta de hace 30 años y que en años recientes lo descalificó? Sí, en política hay que aprender a comer sapos, pero iniciar una administración de la mano de personajes poco recomendables no es, valga la redundancia, nada recomendable.

Y, vaya, hasta Tatiana Clouthier Carrillo, asesora y ex coordinadora de campaña de Andrés Manuel dijo que la designación de Bartlett Díaz “no era la mejor opción” para dirigir la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

“Creo que había mejores opciones, y que una persona que no sea bien recibida, no quiere decir que ya se acabó el país”, dijo Clouthier al término de una mesa de diálogo sobre derechos humanos.

Esa es la postura de la hija de Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, quien hace 30 años, junto con Cuauhtémoc Cárdenas y doña Rosario Ibarra exigió al entonces secretario de Gobernación cuentas claras. La respuesta fue que se había caído el sistema; excusa que hoy Bartlett desconoce.

No obstante, la decisión fue tomada por López Obrador y todo indica que no hay marcha atrás en este pago de un favor o como quiera usted llamarle a una designación cuyo argumento es pueril.

“El licenciado Bartlett –adujo López Obrador–, desde hace muchos años, ha estado defendiendo la industria eléctrica nacional, por eso decidí proponerlo para ser el director de la Comisión Federal de Electricidad”. ¿Y? Conste.

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