martes, abril 23, 2024

DE ENCANTOS Y DESENCANTOS: First Lady Veracruz, una mirada a Karime Macías

*Mónica Herranz

Dicen que al lado de un gran hombre siempre hay una gran mujer y al lado de quien no es un gran hombre ¿quién está? Hablemos de Karime Macías Tubilla, esposa del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte.

Quisiera advertir antes de comenzar, que todo lo relacionado con esta nota es meramente un supuesto, una hipótesis. Para poder elaborar una psicodinamia sólida respecto de una persona han de tenerse de ésta datos sólidos e íntimos que sólo se obtienen en un consultorio a través de varias entrevistas y a lo largo del tratamiento y evidentemente, este no es el caso. La información en la que están basados estos supuesto e hipótesis, es en la información pública existente de ambos personajes. Dicho esto, comencemos.

Karime Macías es una mujer proviniente de una familia adinerada, al parecer una chica sin carencias económicas, nacida y criada en cuna de plata, con estudios de licenciatura en Derecho en la Universidad Iberoamercana, y de maestría y doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Esposa de Javier Duarte y madre de tres hijos que procreó con él. Actualmente está siendo investigada por mantener en puestos del gobierno estatal a diversos miembros de su familia, por desvío de recursos en las finanzas estatales por más de veinte mil millones de pesos a cuentas en Panamá y otros paraísos fiscales, por comprar bienes raíces con dinero del erario en distintos lugares de Estados Unidos y Europa y es señalada como la principal cómplice y autora intelectual de muchos de los delitos por los que está también acusado su marido.

Los comentarios que pueden encontrarse en internet actualmente, desde fuentes periodísticas más serias hasta notas menos relevantes, coinciden en describirla como una mujer corrupta, vanidosa, vacía, sin valores éticos ni morales, de mente retorcida, caprichosa, presumida, poco tolerante, metódica, controladora, frívola, egocéntrica, ambiciosa, derrochadora, chantajista y manipuladora. Aseguran algunas fuentes, que varias de estas características han sido incluso determinadas por expertos peritos grafólogos tras analizar las famosas libretas encontradas en la bodega de Córdoba, escritas aparentemente de su puño y letra y digo aparentemente, puesto que de acuerdo con la opinión de María Fernanda Centeno, abogada y perito grafólogo y grafóscopo, quien realizó un estudio a las libretas, determinó que son de dos puños y letras diferentes y que al carecer de un documento estampado de forma judicial no se puede cotejar que la firma y letras de esas libretas pertenezca efectivamente a Karime Macías, sin embargo, se presume que es así, al menos uno de los tipos de letras encontrados en las libretas.

Todos los rasgos mencionados en el párrafo anterior, más algunos que se mencionarán a continuación, harían pensar que Karmine es una mujer con un trastorno mixto de la personalidad, esto quiere decir, que en vez de encontrarse un trastorno significativamente predominante, se encuentran rasgos y características propios de diversas patologías.

Así, en principio, podría pensarse que es una mujer con un trastorno narcisista de la personalidad  puesto que tiene una imagen distorsionada de sí misma, bajo la línea de tener sentimientos de omnipotencia, omnisciencia, poder y la idea de ocupar una categoría especial frente a los otros. Pareciera que presenta una percepción egocéntrica de la realidad (yo merezco, los otros no), fantasías de poder (reflejadas o presentes en la incursión y participación activa en cuestiones de gobierno, como si hubiese sido ella y no su esposo quien hubiera sido electa para ocupar el cargo de gobernadora del estado), y fantasías de brillo y belleza ilimitadas (tener un papel destacado y la inversión de millones de pesos en imagen, autocuidado, salones de belleza, joyería, etc.). Dentro de este aspecto narcisista, podría pensarse también en ella como una mujer hipervalorada, que eligió de pareja a un hombre más bien devaluado, ya que Javier Duarte, a diferencia de ella, no proviene de origen de una familia acomodada, sino más bien de una familia de clase media baja, siendo un chico huérfano de padre, que trabajó con su madre en las panaderías que tenían en Córdoba.

Otras características del trastorno narcisista de personalidad que se pueden observar en las acciones de Karime son la falta de empatía, el exhibicionismo -entendido éste como el excesivo deseo o necesidad de atención y admiración en una tendencia a necesitar desesperadamente sentirse exclusivo y único-, la manipulación y utilización de los otros en beneficio propio, el sentimiento de tener derecho sobre todo con el objetivo de controlar a los otros y la expectativa de ser merecedora de privilegios especiales, como por ejemplo, viajar desde Veracruz hasta la Ciudad de México con motivo de ir de shopping a exclusivos centros comerciales o al salón de belleza, en aviones o helicópetros pertenecientes al estado con cargo a los recursos públicos.

Podría pensarse que Karime sea también una persona con fuertes tendencias obsesivas, esto se observaría en el hecho de llevar un minucioso diario, acción que habla de orden, constancia, perseverancia, metodicidad  y repetición (el diario es algo que se escribe día tras día). También podrían observarse rasgos obsesivos en su arreglo y aspecto personal, siempre pulcra e impecable.

Parte de lo obsesivo puede implicar que al llevar un registro puntual, al hacer tan conscientes los detalles, lo que se trata de evitar es aquello que  podría considerarse como moralmente reprochable. Como si la mente dijera, si me concentro en llevar un diario con cuentas bancarias, propiedades, números de teléfono, reuniones, planes, etc, eso me requiere tal atención, que no puedo ver ya que esos planes o inmuebles, pertenencias o cuentas tienen un aspecto moralmente reprochable.

Los rasgos sociopáticos aparentemente también están presentes ya que hay quienes definen a Karime  como una mujer inteligente, detallista y encantadora y no es problema serlo, la cuestión está cuando se es así con el fin de controlar y /o dañar al otro. Los sociópatas tienen como característica general un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás (“DIF=Hueva, exprimirlo” señalado en una de las libretas). La idea del sociópata es similar a: “si alguien ha de sufrir que sufra el otro, no yo”, por eso en parte, también hay ausencia o escasa culpa, es como si el sufrimiento del otro estuviera justificado porque así me libra del sufrimiento a mí y eso justifica que el otro sufra. También cuando la culpa está ausente lo que aparece en su lugar en la sociapatía es el placer del poder, ampliamente observado en la ex primera dama de Veracruz. En la sociopatía se puede dañar al otro, pero no matarlo, el que mata es el psicópata. En ese sentido podríamos pensar que Karime y Duarte no “mataron” de propia mano, en lo real, al estado de Veracruz, pero vaya que lo dañaron.

La deshonestidad, la mentira, la estafa por obtener un beneficio personal o por placer o narcisismo, son características propias también de este trastorno. En la sociopatía el sujeto conoce bien la distinción entre el bien y el mal a nivel cognitivo en el sentido legal y moral, pero no lo ponen en práctica y no suelen presentar por ello remordimientos ni culpa. Esto puede explicar en parte, como Karime, siendo licenciada en Derecho, haya actuado presuntamente, de la forma en que lo hizo.

Los valores sociopáticos de los propios padres pueden modelar una conducta en la que no se forme un sentido del deber ser adecuado y se alienten las conductas de riesgo y de falta de límites, así que como antecedente vale la pena mencionar que el padre de Karime estuvo preso en 1993 acusado de fraude.

También el desprecio familiar por el apego, el desprecio por la solidaridad y la ayuda mutua generan lazos perversos que hacen que el sociópata no aprenda el sentido de lealtad. Así, se puede señalar que buena parte de la familia de Karime, su madre, su padre, su hermana, primos, etc, están actualmente vinculados y bajo investigación por diversos delitos.

Por último en cuanto a los rasgos sociopáticos, ha de mencionarse que son personas bastante paranoides y esto en Karime puede observarse en el hecho de que llevar el diario no es sólo una forma de tener control sobre todo aquello que se tiene, sino también como una acción para que nada le sea quitado, es como si hubiese un temor paranoide de perder aquello que considera propio pero que proviene de lo ajeno.

Pensado desde lo simbólico es como si en ella hubiese una voracidad insaciable en dónde lo que importa es ella y su bienestar sin importar a costa de qué o de quién. Puede ser que su parte más consciente es la que haya escrito en ese diario “sí merezco abundancia” y lo que actuó la parte más primitiva e inconsciente es la parte de  sin importar a costa de qué o de quien. La voracidad generalmente trata de llenar un vacío, pero es un vacío que nunca termina de llenarse.

En psicoanálisis el dinero está, de nuevo desde lo simbólico estrechamente relacionado a lo emocional, así que una de las posibles traducciones que podría tener esta famosa frase de sí merezco abundancia, es sí merezco amor y en ese mismo sentido simbólico, el dinero sería el representante de ese amor, así que a mayor posesión de bienes y dinero es como si tuviera más amor, más afecto, como si así tratara de tapar un hueco de una profunda carencia afectiva. La cuestión es que en esa voracidad desmedida, se termina dañando a aquello que provee el bienestar. Así tenemos por resultado un estado Veracruzano profundamente afectado por el desfalco cometido por los Duarte – Macías.

¿Podría decirse que es Karime Macías, en esta voracidad o ambición desmedida, responsable del actuar de su esposo respecto de los delitos cometidos por él en su mandato de gobierno? Mi opinión sería que no, no como responsable absoluta. En la nota anterior, titulada, “Freud los hace y las patologías los juntan, un ejemplo de codependencia”, hablaba justamente de cómo hay rasgos de personalidad que empatan muy bien en las parejas y que generan vínculos saludables, y cómo hay estructuras que se conjugan desde lo patológico y generan vínculos enfermos. El vínculo Duarte – Macías, pareciera a todas luces un vínculo enfermo, en donde sin importar quien lleve la batuta,  uno planea, el otro ejecuta y viceversa.

Veámoslo desde otra perspectiva, usted y yo conformamos un matrimonio, y yo podría decirle a usted que asaltemos un banco, y si usted es un poco más saludable que yo, me dirá que no o tratará de persuadirme, lo mismo si le planteo hacer un fraude o un chantaje. Pero si usted accede a mi petición, y participa de la forma que sea,  no soy sólo yo quien lo está conminando, es también usted que está accediendo.

Fuera ya de lo psicológico, dicen por ahi…Tanto peca el que mata la vaca como el que le jala la pata.

 

 

*Mónica Herranz

Psicología Clínica – Psicoanálisis

facebook.com/psiherranz psiherranz@hotmail.com

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