viernes, marzo 29, 2024

DE ENCANTOS Y DESENCANTOS: En el coaching como en botica, hay de todo

*Mónica Herranz

Cada vez con mayor frecuencia escuchamos hablar del famoso coaching. Pareciera que existe uno para cada necesidad habiendo de todos los tipos, tamaños, colores y sabores y justamente por ese motivo es que hay quienes se preguntan si realmente funciona, si tiene o sigue una metodología, si es científico o es meramente una combinación entre motivación barata, falsa superación y estafa. La respuesta sería que, como en botica, hay de todo.

Según Wikipedia, coaching proviene del verbo inglés to coach (entrenar), y es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona o a un grupo de ellas con el objetivo de conseguir lograr metas o desarrollar habilidades específicas. Originalmente es un término que estuvo más relacionado con el ámbito deportivo y que ha ido cobrando relevancia en lo empresarial y en lo personal. En ese sentido, el coaching es el proceso dialógico, -que es aquel que está basado en una posición de validez y no de poder-,  y praxeológico, -que es la metodología que busca estudiar la estructura lógica de la acción humana-, mediante el cual el coach o entrenador genera las condiciones para que la persona o grupo implicado en dicho proceso busque el camino para alcanzar los objetivos fijados, usando sus propios recursos y habilidades, apoyándose fuertemente en la motivación, la responsabilidad y la creatividad.

En una primera búsqueda encontré que el coaching se puede clasificar principalmente en dos categorías: Una es la que corresponde al contenido y la otra la que corresponde al método. Los que responden a la clasificación por contenido son: el coaching personal, el organizacional, que se subdivide en empresarial y ejecutivo, y el coaching deportivo. Y los que responden por su método son: el coaching ontológico, el sistémico, el coercitivo, el cognitivo, el coaching con PNL (programación neurolingüística) y el coaching con inteligencia emocional.

Más adelante encontré, ya sin una clasificación particular, otros tipos como el coaching para el liderazgo, el coaching para la atracción, el familiar, el transformacional, el de sombra, el educativo, el de experto, el funcional y el integral. Amén de que todos, éstos y los mencionados en el párrafo anterior, pueden ser  a nivel individual, grupal, por correo electrónico, on line o presencial.

Veamos de forma muy breve de que se tratan en lo fundamental algunos de ellos:

Coaching personal: Inicialmente conocido como life coaching, es el que se centra en el refuerzo de las habilidades de cada persona sin importar si sus aspiraciones son académicas, laborales, profesionales o sentimentales. El objeto de estudio es la persona en sí misma y la manera como enfrenta su cotidianeidad.

Coaching Organizacional: Es el que busca la transformación de las grandes empresas a través de actividades grupales. Las sesiones son conjuntas y los núcleos de acción de las sesiones son los objetivos que la empresa se haya trazado en un circunstancia o situación específica.

Coaching empresarial: Es el que está orientado a la mejora estructural de las micro y pequeñas empresas.

Coaching Ejecutivo: Es el que está orientado a la mejora de las habilidades de personal gerencial y directivo.

Coaching deportivo: Es el proceso de desarrollo integral de personas del ámbito deportivo, que permite la optimización del rendimiento deportivo, tanto personal como colectivo.

Coaching ontológico: Es el que colabora en modificar el contexto del cliente o la persona para encontrar resultados. Busca acompañar procesos transformacionales desde una coherencia ontológica (cuerpo, emoción, leguaje).

Coaching sistémico: Se enfoca en el trabajo con la familia empresarial, comunitaria, organizacional, etc., y se usa fundamentalmente para determinar las causas que afectan una situación determinada o que generan conflictos. Estudia cada situación basándose en las leyes sistémicas, delimitando el sistema principal y los subsistemas con sus diferentes interconexiones.

Coaching coercitivo: Método que utiliza estrategias agresivas y radicales.  Es un tipo de entrenamiento motivacional que pretende fomentar un sentimiento de pertenencia a un grupo, basado en tres preceptos principales:

  1. a) El individuo es culpable de todo lo que le sucede.
  2. b) La razón es un simple estorbo y lo que importa son los sentimientos.
  3. c) Lo que ocurre en el grupo se queda en el grupo.

Este tipo de coaching suele consistir en convivencias prolongadas, donde se trata de llevar al sujeto a una situación límite emocional a través de diferentes tácticas. El objetivo es que la persona destruya y olvide sus patrones antiguos y se concentre en aquellos que le indica el coach.

Coaching cognitivo: Es el que está orientado a la transmisión eficaz de conocimiento, entrenando las funciones cognitivas, expresivas y receptivas (memoria, aprendizaje, pensamiento).

Coaching con PNL: Es una combinación entre coaching y programación neurolingüística que facilita el desarrollo de habilidades para cambiar hábitos, conductas y creencias limitadoras, eliminando los frenos más inconscientes que intervienen en la gestión emocional. Es una metodología que facilita los cambios de forma duradera y en un tiempo breve.

Coaching con inteligencia emocional: Es el que combina el coaching con el poder de las emociones para que el interesado aprenda a dirigirlas en su favor y beneficio.

Coaching para el liderazgo: Es el orientado para la formación de líderes y equipos.

Coaching para la atracción: Es el que está centrado en la ley de atracción y la física cuántica, que son disciplinas que afirman que creamos nuestra propia realidad a través de los pensamientos. Plantea que el individuo debe enfocarse en lo que quiere y no en lo que le falta para así atraerlo.

Coaching familiar: Dirigido a familias que deseen mejorar sus relaciones y potenciar sus capacidades familiares. Ataja principalmente tres frentes: La relación de la familia con los amigos, la comunidad y la sociedad; la relación de la familia entre sí y la relación de cada uno de los miembro con los otros miembros de la familia.

Coaching transformacional: Es la rama del coaching que ayuda a lograr un estado permanente de presencia, que permite identificar la oportunidad que hay detrás de cada evento y las infinitas oportunidades que se derivan de él. Se trata de comprender las leyes y principios que rigen el universo, la forma en que se maneja la energía y el impacto de las acciones en la vida diaria. Su misión es proveer al individuo para que desde su verdadera grandeza se produzcan cambios cuánticos.

Coaching de sombra: Es un tipo de entrenamiento en donde el coach observa al sujeto en contextos en los que experimente dificultades. Se analizan las fortalezas, las debilidades y la resistencia al cambio con el propósito de diseñar e implementar estrategias de intervención más específicas y eficaces.
Desafortunadamente se deberá quedar en el tintero la descripción de muchos de los otros tipos de coaching que en la búsqueda encontré, como el coaching educativo, el de experto, el funcional, el integral, el coaching con caballos, el sex coaching, etc., porque de lo contrario la nota se convertiría en algo de nunca acabar.

Sin embargo, ahora que hemos revisado algunos de los tipos de coaching que existen, podemos regresar al planteamiento inicial: ¿Realmente el coaching funciona, tiene o sigue una metodología o es casi un producto milagro que garantiza obtener cambios o modificaciones significativas en ciertos aspectos de la vida en unas cuantas sesiones? La experta en desarrollo organizacional, Ximena Márquez, comenta al respecto: “Generalmente el coaching está orientado a lograr modificaciones puntuales en un ámbito particular, sea el que sea que le interese a la persona en cuestión, quedando la estrategia dirigida más a la acción que a la reflexión sin que ésta quede excluida, siendo ahí donde el coach realiza una labor importante y el coaching encuentra su fin último. A este enfoque de acción es al que responde que haya un número determinado de sesiones. Cuando el coach encargado hace un acompañamiento responsable del proceso, cuenta con la experiencia necesaria en el ámbito particular en el que se pretendan hacer modificaciones, tiene una formación ética y un trabajo personal elaborado, hay grandes posibilidades de que el propósito del coaching llegue a buen término. Aunque claro, no hay que perder de vista que el manager del cambio es la persona interesada en ese cambio, de modo que el coaching no hace milagros y quien pretenda hacerlo ver  de esa manera, está vendiendo algo que no es”

Y agregaría yo que ahí es donde se debe de tener suma precaución con los riesgos que algunos “coachings” pueden implicar. La experta consultora nos comentaba acerca de la seriedad en la formación del coach y cómo esto impactará en el buen desarrollo del proceso, relación que es totalmente cierta, sin embargo, en el tránsito de la teoría a la práctica no siempre ocurre así. La realidad indica que hay muchos pseudo coaches ejerciendo y llevando a cabo procesos para los que no están capacitados, prometiendo cambios impactantes de vida, cambios mágicos, cuando a veces los cambios más impactantes y mágicos que estos pseudo coaches logran en los coachies (persona que toma el coaching) son separaciones familiares, de pareja, desempleo, depresión, crisis, angustia, y en el peor de los casos suicidio. Quizá piense que estoy siendo exagerada o extremista, sin embargo, son riesgos reales.

Leyendo y preparando esta nota me encontré con un anuncio de una empresa de coaching que decía: “Toma las riendas de tu vida con herramientas fáciles, efectivas y necesarias. Aprende a ser dueño de tus emociones y deja de sufrir tanto”. Y no puedo más que pensar en este dicho que dice…¡Lo que fácil viene, fácil se va!, y en este también famoso eslogan de ¡pare de sufrir!. Y no se trata de plantear que luego entonces todo coaching debe ser complejo o muy prolongado para que sea efectivo, sino de que si ha optado o planea próximamente optar por algún tipo de coaching se asegure de que quien lo imparta cuente con la formación necesaria para hacerlo, que sea una persona preparada, responsable, ética y profesional para que no le vendan gato por liebre, ni ponga en riesgo innecesariamente su integridad laboral, física o emocional. ¡Que no le digan, que no le cuenten!

 

*Mónica Herranz

Psicología Clínica – Psicoanálisis

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