jueves, marzo 28, 2024

EN REDONDO: Terremoto récord; Frontera Sur sin Alerta sísmica

Por: Mario Ruiz Redondo

Tapachula es la ciudad más importante en la Frontera Sur de México con Centroamérica. Junto con los demás municipios de la Costa de Chiapas y la Sierra Madre, suman en conjunto dos millones de habitantes. Hoy, después del terremoto de 8.2 grados Richter, ocurrido en punto de las 23 horas con 49 minutos y 18 segundos, del jueves 7 de septiembre, se ha convertido en la Región de mayor riesgo telúrico del país.

No obstante su condición de alto riesgo toda esta parte de la geografía estatal, carece de un Sistema de Alarma Sísmica, como también de un Centro de Investigación Científica, en el que participarían especialistas del Colegio de Ingenieros de Ciencias de la Tierra en Chiapas, y permita a los chiapanecos tener información cercana y confiable de lo que aquí ocurre en materia de movimientos de placas tectónicos y de actividad volcánica.

Propuesta realizada en este mismo espacio por el columnista y el geofísico Marco Antonio Penagos Villar, secretario de esta importante organización gremial, luego del movimiento de tierra trepidatorio con magnitud de 7 grados Richter, registrado por el Servicio Sismológico Nacional, la madrugada del miércoles 14 de junio, con epicentro en las inmediaciones de Ciudad Hidalgo, limítrofe con Guatemala, que obligaría a la autoridad a declarar Zona de Desastre en 18 de los 122 municipios del estado.

Por aquellos días cercanos, ante la desinformación del SSN de la Universidad Nacional Autónoma de México, el científico chiapaneco Penagos Villar, se atrevió a afirmar que el origen del mega temblor tuvo su origen en un reacomodo de la placa del Caribe, que con ese mismo rango de impacto, provocó el 12 de enero de 2010 un efecto devastador en Haití, con saldo de más de 200 mil muertos y destrucción cuantiosa de decenas de miles de edificaciones, incluyendo el Palacio Nacional.

Desconfianza del errático Servicios Sismológico Nacional, que minutos después del terremoto de este jueves 7 de septiembre, reportara que la magnitud del evento localizado en las cercanías de Pijijiapan, Chiapas, había sido de 8.1 grados Richter, para luego corregir después de la medianoche, que el rango alcanzado era de 8.4 y finalmente ubicarlo en 8.2, provocando desconcierto en la sociedad nacional.

Más aún, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto, apoyado en la información que le proporciona irresponsablemente Raúl Valdés, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), anuncia poco antes de las dos de la mañana de este viernes 8 de septiembre, que se esperaba una réplica de 7.2 grados Richter, que podría sentirse en los más de 10 entidades afectadas y la ciudad de México.

Si de por sí había miedo por lo ocurrido, el mensaje Presidencial motivaría mayor preocupación, dada la imprudencia del titular de Cenapred que no consideró que la primera había ocurrido a los 17 minutos con 42 segundos del viernes, con una magnitud de 6.1 grados, por lo que el comentario del Jefe de la Nación estaba lamentablemente totalmente fuera de lugar.

Hasta las 19 horas de este 8 de septiembre, el número de réplicas sumaba 459 y continuaban en escalas a partir de 2.5 grados Richter, con epicentros coincidentes, principalmente en las inmediaciones de los límites de Chiapas y Oaxaca.

A diferencia de otras entidades del país, que cuentan con Centros de Investigación Científica Sísmica, en estas dos últimas entidades se carece de ello, a pesar de la creciente frecuencia y sobre todo intensidad de temblores que esta vez alcanza el nivel de record histórico en México.

Más todavía, cuando el Servicio Sismológico Nacional del Instituto de Geofísica de la UNAM, llega al extremo de borrar de sus registros información trascendente, como la del movimiento telúrico de 6.5 grados,  de las siete de la mañana con 28 minutos y 58 segundos del jueves 22 de junio, con epicentro a 159 kilómetros de Ciudad Hidalgo y a una profundidad de 10 kilómetros.

¿Cuál sigue siendo la razón de los especialistas de la Máxima casa de Estudios para ocultar información trascendente, especialmente para los habitantes de  la Región Soconusco de Chiapas?

De ahí la importancia de que los gobiernos federal, estatal y municipales, consideren la necesidad de instalar sistemas de Alerta Sísmica, como igualmente, sea en Tapachula o en Tuxtla Gutiérrez, la creación del Centro de Investigación Científica propuesto por el Colegio  de Ingenieros de Ciencias de la Tierra en Chiapas, en el que participan 46 expertos chiapanecos (geólogos, geofísicos y petroleros), con maestrías y doctorados, radicados en la entidad.

Una necesidad urgente por atender, que sigue siendo ignorada lamentablemente por quienes tienen en poder de decisión, en los días en que se acepta, como lo había planteado Penagos Villar, que lo acontecido en junio último tiene como origen el reacomodo de la placa del Caribe.

En el comunicado oficial del SSN-UNAM, establece que “Chiapas es uno de los estados con mayor sismicidad en la República Mexicana. El origen de esta sismicidad se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas: La placa de Cocos y la Placa del Caribe. La interacción entre estas dos placas tiene lugar en la costa del Pacífico, frente a dicho estado”.

Aún así, no se le otorga prioridad ni a la Región Soconusco, como al resto de la entidad, a pesar de las referencias históricas que advierten su condición de alto riesgo: “Con respecto a esta zona, iniciando el siglo XX se produjeron 3 grandes sismos superficiales con magnitudes mayores a 7 grados en las costas de Chiapas y Guatemala.

“El primero ocurrió cercano a la frontera México-Guatemala, el 19 de Abril de 1902 (M 7.5); el segundo el 23 de Septiembre de 1902 (M 7.7) en la costa norte de Chiapas y el tercero el 14 de Enero de 1903 (M 7.6) en la costa sur de Chiapas.

“Desde entonces se han producido otros tres grandes sismos, el 29 de Abril de 1970 (M 7.3), el 10 de Septiembre de 1993 (M 7.2) y el 7 de noviembre de 2012 (m 7.3). Todos ellos ocurrieron en la parte sur de Chiapas”.

México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacción de 5 placas tectónicas: La placa de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe. El territorio chiapaneco se ubica bajo la influencia de los movimientos de tres de ellas (Norteamérica, Cocos y del Caribe).

En el seguimiento de las réplicas posteriores al terremoto originado en el Océano Pacífico, frente a Pijijiapan, se observa que las intensidades máximas posteriores, de menor escala, se localizan en la Región del Golfo de Tehuantepec, donde se han contabilizado en el transcurso de la madrugada y resto del día viernes, las mayores afectaciones del fenómeno de la naturaleza.

Conclusión del Servicio Sismológico Nacional, de que en Chiapas ocurren un promedio de 40 movimientos de tierra al día, por lo que la población lo maneja como parte de su vida cotidiana, principalmente en las Zonas Soconusco-Costa.

Terremoto de jueves 7 de septiembre a la medianoche en Pijijiapan, Chiapas, superior al sufrido por la ciudad de México, curiosamente en el mismo mes, pero del día jueves 19, a las siete de la mañana con 17 minutos y 47 segundos, de hace 32 años, cuando el embate de la naturaleza tiñó de sangre y de tragedia a una de las ciudades más pobladas del mundo, con saldo que osciló entre los 10 mil y 20 mil muertes, más de cinco mil heridos y otro número similar de desaparecidos, aunque el gobierno federal solamente contabilizó oficialmente tres mil 192 decesos.

Un cataclismo sin precedente que cimbró al país y al mundo, al conocer otro rostro de la violencia provocada por la naturaleza que impactaría brutalmente su fuerza, proyectada desde la colindancia entre los estados de Guerrero y Michoacán, en la desembocadura del Río Balsas.

Duración de dos minutos del fenómeno, suficientes para convertir en escombros más de 400 edificios y en condiciones de demolición a una cantidad superior al millar, que incluyeron hoteles de gran tradición histórica, edificios de departamentos como en Tlatelolco, centros nocturnos, cines, oficinas de gobierno, hospitales, cafeterías, escuelas, teatros y estructuras hasta de 23 pisos.

Terremoto el 19 de septiembre y terremato el 20, que convertiría a la principal ciudad de México en una gigantesca morgue, al ser apilados los cadáveres en el estadio de beisbol ubicado en Cuauhtémoc y Viaducto, mientras muchos cuerpos más se mantenían enterrados bajo los escombros, de donde también milagrosamente se rescatarían poco más de cuatro mil sobrevivientes.

Esta vez, en el mega sismo del 7 de septiembre, fue tal el poder del movimiento telúrico, que se sintió en la capital nacional, con la misma intensidad que en la zona del epicentro, sin que, afortunadamente se repitiera la historia de quebrantos de vidas humanas y patrimonios.

Afectación severa en Chiapas y Oaxaca, aunque el fenómeno se sintiera también con la misma intensidad en los estados de México, Tabasco, Michoacán, Puebla, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz, donde por cuestiones de seguridad se suspendieron este viernes 8, las actividades escolares, para dar oportunidad a las autoridades de Protección Civil, revisar las estructuras de los planteles.

Recorrido del Presidente Enrique Peña Nieto por la zona del istmo de Tehuantepec, específicamente a Juchitán, donde los daños fueron cuantiosos, empezando por la destrucción del edificio del Palacio Municipal, donde por lo menos 20 personas quedaron sepultados bajo los escombros, así como viviendas y edificios.

Ahí, el Primer Mandatario decretaría tres días de luto nacional en memoria de las 61 víctimas contabilizadas hasta este viernes, en una ciudad donde una de cada tres casas están inhabitables.

Un recuento que conforme se avanza en el tiempo, aumenta y que sin duda elevará el número de fallecimientos y de la destrucción de casas y edificios históricos, como ocurrió en San Cristóbal de las Casas.

Daños importantes

e impresionantes en las comunidades de Paredón y Tonalá, donde el terremoto tiró casas, techos, cuarteó paredes, levantó y partió pisos.

Recorrido del gobernador Manuel Velasco Coello, que dio oportunidad a los lugareños a mostrarle su desgracia, muchos de ellos al quedar sin techo y a los que el mandatario ofreció la ayuda para construir nuevas viviendas.

Respuesta inmediata en Tapachula y la zona de responsabilidad de los integrantes de la Mesa de Seguridad Socosnuco, que abarca desde Huixtla, Mazatán, Huehuetá, Tuzantán, Tuxtla Chico, Cacahoatán, Unión Juárez, Frontera Hidalgo, Metapa y Suchiate, municipios en los que no se registraron víctima mortales y nadamás daños patrimoniales leves.

Exitoso operativo interinstitucional iniciado 20 minutos después del suceso telúrico y que concluiría a las seis de la mañana, con la intervención de la Fiscalía Estatal, con sus representante Alberto Montesinos y Alejandro Vila, el subsecretario de Gobierno, Alfredo Lugardo, que hizo posible la aplicación de los Planes DN-III del Ejército Mexicano y Marina, de la Armada de México, con el apoyo de las Policías Estatales, Municipales, Federal, Gendarmería, Procuraduría General de la República, Instituto Nacional de Migración, Protección Civil, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional  y titulares de las Alcaldías.

Bien por todos, ante un fenómeno que por fortuna no pasó a más.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.

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