Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo
CIUDAD DE MÈXICO.- La falta de planeación económica en todos los sectores de la administración pública, incluso en los que tienen que ver con la transformación de determinadas materias primas –caso del petróleo y sus derivados—es la principal causa de desencanto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ha llevado a pensar a millones de mexicanos que, lo que nos espera en el futuro próximo es una pobreza espantosa, una inflación incontrolable y creciente déficit alimentario.
Todo ello, en el marco de un gobierno surgido de un solo partido, tipo dictadura, respaldada por el Ejército, Marina y Guardia Nacional a nivel federal, y policías estatales y municipales de la mayoría de entidades federativas.
Esta es la visión de corto y mediano plazo que tenemos millones de mexicanos al ser testigos de que el presidente López Obrador está empeñado en una inclinación cargada hacia la imposición de ideas y estrategias de desarrollo social, político y económico, que son práctica común en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, a costa de empeñar y coartar una libertad por la que lucharon generaciones –nada más y nada menos– desde la Independencia de México iniciada en 1810.
La decisión de mandar al Congreso un Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024, con un déficit de DOS BILLONES DE PESOS, de un total a ejercer de 9 billones, en el último año de gestión, es una irresponsabilidad del Presidente y sus colaboradores, porque gastarán dinero a manos llenas en campañas políticas e imposición de candidatos, que van desde la Presidencia de la República, las Cámaras de Diputados y Senadores, así como al menos 9 gobernadores y cerca de 900 presidentes municipales de su partido MORENA.
En las 19 Secretarías que integran el Gobierno Federal, hay falta de planeación en el ejercicio del gasto público y en los ingresos fiscales que perciben. Como es del dominio público, prácticamente todos los secretarios del Gabinete Presidencial, no han rendido cuentas “al pueblo bueno, avispado e inteligente” del presupuesto anual de las dependencias y organismos federales, lo cual es anticonstitucional.
La conferencia mañanera del presidente López Obrador, se trata de un “chacoteo” y de “dimes y diretes” de un jefe del Poder Ejecutivo, que cumple muy bien su “descarga de furia” contra diversos personajes de épocas pasadas, de las oligarquías, de los conservadores y de la etapa del neoliberalismo, como si esta terminología fuera un conjunto de fantasmas.
Eso es divertido para los televidentes y radioescuchas. Casi es un “dictado para los “chacales” de las redes sociales apoyadas por el propio gobierno, pero no ayudan en nada al cumplimiento de las promesas de un gobierno “que tuvo todo en sus manos para responder a un pueblo que le entregó su voto, el cual despilfarró”, con programas y acciones cuyos resultados se manifiestan en una mayor pobreza y dependencia económica de millones de mexicanos.
El gobierno que actualmente diseña López Obrador para los próximos seis años a partir de septiembre de 2024, con Claudia Sheinbaum al frente, está lleno de “traidores de partidos”, incluido el PRI, que fue el partido mayoritario durante más de siete décadas. Prácticamente los corruptos priístas tomaron y siguen tomando posesión de los principales puestos en el gobierno emanado del partido MORENA.
En medio de un desorden en los diferentes partidos, da la impresión de que todos sus integrantes tienen deseos de pertenecer al partido MORENA. Casos típicos de este barrunto político, es el hecho de que ex gobernadores y legisladores del PRI, principalmente, se han incorporado a las filas del partido en el gobierno, en busca de un “hueso”.
Esta “vergüenza” la viven ex gobernadores que han ofrecido sus servicios e incluso su “cuerpecito”, a la candidata de Morena a la Presidencia, Claudia Sheinbaum. O “ya de perdida”, ocupar una embajada para desaparecer, por ahora, del “mapa de México”.