MADRID, ESPAÑA, 16 de agosto (AlmomentoMX).- El sector editorial español continúa el proceso de musculación que inició en el 2014 después de largos años de atrofia debidos a la recesión económica iniciada en el 2008. Pero la recuperación va por barrios, y las cifras del año pasado recogidas y analizadas por la patronal no dejan lugar a dudas sobre la relativa fortaleza del papel en contraste con la flojera de la edición digital.
En conjunto, la facturación por venta de libros editados registró en el 2018 un incremento del 1,9% con respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 2.364 millones de euros. El avance fue del 2,04% en el caso del papel, mientras que el ebook retrocedió en un 0,1%, esto último en línea con lo que viene ocurriendo en el resto de Europa y en Estados Unidos.
El crecimiento resulta muy apreciable si se tiene en cuenta que el precio medio por ejemplar bajó casi el 5%
El crecimiento, sin ser muy cuantioso, resulta especialmente apreciable teniendo en cuenta que se trata del quinto aumento anual consecutivo y, sobre todo, que tuvo lugar pese al descenso de casi un 5% en el precio medio por ejemplar: los libros de papel pasaron a costar una media de 13,96 (-4,7%) y los digitales, 9,25 euros (-0,3%).
Los datos corresponden al informe titulado Análisis del mercado editorial en España: Comercio interior y exteriordifundido ayer por los responsables de la F ederación de Gremios de Editores de España (FGEE). El presidente de la entidad, Miguel Barrero, consideró los resultados como “un gran éxito para la que constituye la primera industria cultural en España”.
Otro indicador que justificaría ese optimismo es el de la evolución en las ventas no ya por beneficios sino también por volumen de la mercancía. Pues en el año 2018 se vendieron 160 millones de ejemplares en papel (un 1,6% más que en el 2017), aunque se editaron un 12,7% menos de títulos; en números absolutos, 76.202 publicaciones, de las que 56.966 se produjeron en papel y 19.236 en formato digital.
Ese descenso en la producción de novedades no se debió a una mayor selección cualitativa por parte de los editores, como hubiera sido deseable, sino más bien al descenso de títulos educativos (-9,7%) “como consecuencia de la paralización de los calendarios de renovación” de textos en los centros de enseñanza; una parálisis que hizo que muchas editoriales no elaborasen nuevas ediciones, señaló el presidente de la FGEE.
Barrero aseguró que de no ser por esa falta de renovación de los libros de texto –los cuales representan casi el 40% de la facturación del sector– el crecimiento de la industria editorial no se limitaría al 1,9% sino que habría alcanzado “el 4,7%”. Tal limitación es atribuible a su juicio “a las decisiones de las administraciones públicas” y más en concreto al sistema de préstamos habilitado por algunas de ellas. La edición de libros en este apartado –dijo– “se está volviendo imposible de gestionar con 17 legislaciones diferentes” en lo relativo al refresco de las ediciones. Sin cuestionar el Estado de las autonomías –aclaró–, lo cierto es que algunas comunidades “llevan ocho años sin renovar el calendario” y por tanto los textos. Por ello reclamó “una coordinación de políticas y planes de ayudas a las familias para los libros educativos que se base en criterios pedagógicos”.
No en vano la facturación de libros de texto es el farolillo rojo de los libros de papel, al recular en un 4,2% cuando por ejemplo las ventas en ficción de adultos suben un 8,1%, las de literatura infantil y juvenil el 6,0% y las de no ficción un 3,7%.
Las librerías y cadenas de librerías se mantuvieron el año pasado como los principales canales de ventas de libros. Entre unas y otras aglutinaron el 53% de la facturación, y en ambos casos registraron un crecimiento del 2,6%. Mayor fue sin embargo el incremento en las ventas de libros de papel por Internet, que llegó al 7,6%.
Barrero, quien acompañó el vicepresidente de FGEE y presidente del Gremi de Editors de Catalunya, Patrici Tixis, atribuyó a la piratería el mal dato de ventas en el caso del libro digital. Y es que, sobre una estimación de 300 millones de descargas de e-books en total, las efectuadas y pagadas legalmente apenas llegan a los 13 millones. Eso explicaría en gran medida el hecho de que el número de títulos digitales (19.236) disminuyera el año pasado nada menos que en un 29,7%.
AM.MX/fm