Francisco Medina / Especial Al Momento
CIUDAD DE MÉXICO, julio 10 (AlmomentoMX).- Durante 50 años mucho ha cambiado para nosotros, pero curiosamente, aunque los visionarios de la ciencia-ficción se cansaron de imaginar estaciones lunares y colonias espaciales, desde hace 42 años el hombre no ha regresado a la Luna. Sin embargo, eso no ha detenido el crecimiento de las investigaciones espaciales, y nuevos logros, siempre teniendo presentes como inspiración y como héroes a los miembros de la misión Apolo XI.
Varias generaciones han pasado y todavía cualquiera siente la emoción al escuchar la frase más épica de esta hazaña, la frase que quedó grabada en la historia, la frase que dijo Armstrong cuando descendía por las escaleras de “Águila” (apodo del módulo lunar), y retransmitía a través de una cámara de televisión a todo el mundo mientras salía a superficie lunar: “Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la Humanidad”.
Un total de seis misiones tripuladas llegaron a la Luna, por lo que han sido doce hombres los únicos en la historia de la humanidad que han logrado dar pasos sobre la superficie de nuestro satélite, dado que siempre llegaban de dos en dos, mientras un tercer miembro de la tripulación se quedaba en el módulo de comando.
Pero nunca serán olvidado los nombres de Neil Armstrong y Buzz Aldrind, los primeros en conquistar la Luna, y dar inicio a una nueva era de la exploración espacial, que aunque ha estado de cierta forma paralizada” por 42 años, tiene la ambición de llevarnos a Marte en algún momento dentro de las próximas dos décadas, así no sea nada más de la mano de la NASA.
El inicio de la Carrera Espacial
Con la puesta en órbita terrestre del cohete “Sputnik I”, por parte de la Unión Soviética en 1957, comenzó en el mundo la carrera espacial, aunque para entonces todavía no existiera una definición clara del término.
En 1958, el gobierno de Estados Unidos creó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) para diferenciar los trabajos científicos y los de defensa y, con esta creación, el Programa Espacial Americano se puso en marcha.
Ham, el chimpancé astronauta
El primer proyecto fue denominado “Mercury” y usaba como lanzador el Redstone, diseñado como un misil balístico de corto alcance para proteger el oeste de Europa de un posible ataque de la Unión Soviética. Al mismo tiempo, la NASA comenzó la selección de astronautas mientras entrenaba al chimpancé “Ham” como el primer astronauta americano.
En abril de 1961, diecisiete días después de que el soviético Yuri Gagarin se convirtiera en el primer hombre en el espacio en la nave Vostok 1, el científico de cohetes de la NASA, Werner von Braun, le escribió al vicepresidente Lyndon Johnson.
Era la respuesta a una larga pregunta: “¿Tenemos la posibilidad de superar a los soviéticos con un laboratorio en el espacio o un viaje alrededor de la Luna, con un cohete que se pose sobre la Luna o un cohete que vaya y regrese de la Luna con un hombre? ¿Existe algún otro programa espacial en el que podríamos vencer con resultados aplastantes?”.
Werner escribió: “Gozamos de una excelente oportunidad para superar a los soviéticos con la primera llegada de una tripulación a la Luna (incluyendo, ¡está claro!, la capacidad de retorno). Sin embargo, para realizar esta hazaña necesitaría un desempeño diez veces superior al de sus cohetes actuales.
“Hoy en día aún no contamos con un cohete así, pero es muy probable que los soviéticos tampoco lo tengan. Consecuentemente, no necesitamos entrar en la carrera de una meta tan obvia de la exploración espacial, en una situación que favorezca a los soviéticos. Con un programa completo, creo que podríamos alcanzar este objetivo en 1967/68.
“Añadiendo, me gustaría decir que estamos compitiendo en la carrera espacial con un adversario determinado, cuya economía en tiempos de paz sigue un ritmo de guerra. La mayoría de nuestros procedimientos fueron proyectados para situaciones pacíficas, para tiempos de paz. No creo que podamos vencer esta carrera a menos que tomemos algunas medidas que sólo serían consideradas aceptables en situaciones de emergencia nacional”.
Kennedy, su asomo a la historia
El presidente Kennedy anunció que serían los Estados Unidos de América los primeros en poner un hombre en la Luna, pero, a fin de cuentas, era un político: sabía el qué, pero no el cómo. Existían dos proyectos: el Géminis y el Apolo que tenían la posibilidad de continuar hasta llevar a Neil Armstrong a dar su famoso “pequeño paso” y finalmente se optó por otorgar la máxima responsabilidad a Werner von Braun y su proyecto Apolo.
El 25 de mayo de 1961, Kennedy anunció su apoyo al programa Apolo en una sesión en el Congreso:
“…Creo que esta nación debe asumir como meta el lograr que un hombre llegue a la Luna y regrese a salvo a la Tierra. Ningún proyecto espacial de esta época será tan impresionante para la humanidad o más importante en la exploración espacial a largo plazo; y ninguno será tan difícil y costoso a la hora de ser realizado…”
Entretanto, el proyecto Mercury consiguió poner una cápsula en órbita terrestre con el astronauta John Glenn en 1962, usando un lanzador más grande, un Atlas. Al mismo tiempo comenzó el Proyecto Géminis como predecesor del Apolo.
Pero los soviéticos no estaban dormidos y colocaron en órbita terrestre a la primera mujer cosmonauta, Valentina Tereshkova, en 1963; además, el cosmonauta soviético Alexei Leonov hizo el primer paseo por el espacio en 1965. Continuaban, además, con el diseño de una nave para llegar a la Luna antes que los americanos.
A partir de ese momento, la NASA, creada unos años antes, empezó a multiplicar su presupuesto y llegó a implicar a 36 mil personas y unas 350 mil más en la industria auxiliar. Contaba además con un excelente capital que eran los pilotos de pruebas de las Fuerzas Aéreas (protagonistas después de incontables noticias y hasta de alguna película).
Nasa, carrera contra el tiempo. Nace el Proyecto Apolo
Las primeras misiones del Proyecto Apolo fueron aproximaciones sucesivas a nuestro satélite: primero un vuelo orbital, después un viaje hasta la Luna y volver, después un viaje hasta la Luna, un ensamblaje del módulo lunar y volver. Tras todas estas pruebas, quedó configurado el lanzador Saturno V.
Era un monstruo de 110 metros de altura y 27 mil toneladas de peso, capaz de consumir en los primeros momentos del despegue 15 toneladas de combustible ¡por segundo! Era una máquina de una notable perfección que sólo tenía en su contra el incendio que costó la vida a Virgil I. Grissom, Edward H. White y Roger B. Chaffee en los momentos preliminares de uno de los lanzamientos de ensayo.
Apolo I: Tragedia
El 27 de e de 1967, ocurrió una tragedia en la plataforma de lanzamiento en Cabo Cañaveral Kennedy durante una prueba de verificación previa de Apolo 204 (AS-204). La misión iba a ser el primer vuelo con tripulación y fue programado para ser lanzado el 21 de febrero de 1967.
Ese 27 de enero estaba programada una simulación con el vehículo en la plataforma de lanzamiento. Se denominaba una prueba sin conexiones y pretendía determinar si el vehículo podía operar de forma normal con energía interna, sin conexiones exteriores de ningún tipo.
Esta prueba era esencial para un lanzamiento el 21 de febrero. La prueba era considerada no peligrosa ya que ni el lanzador ni la cápsula tenían combustible y todos los sistemas de pirotecnia estaban deshabilitados.
La tragedia
Los astronautas entraron en el módulo con los trajes presurizados y se ajustaron los cinturones de seguridad. Se conectaron a los sistemas de oxígeno y comunicaciones y entonces se cerraron las escotillas.
Hubo algún pequeño problema que se solucionó con prontitud y que se añadió a la lista de lecciones aprendidas, que también eran parte del ejercicio. Finalmente, tras algunas interrupciones, todo pareció estar correcto.
La tripulación inició la lista de comprobaciones una vez más y entonces se detectó un pico de voltaje a las 6:30:53. Diez segundos más tarde, después de que Chaffee dijera la palabra ¡Hey!, sonidos extraños siguieron por tres segundos antes de que Grissom reportara un fuego en la cápsula.
Chaffee reportó entonces, “tenemos fuego en la cabina” mientras que White contestaba al comentario de Chaffee. Doce segundos después, Chaffee urgió a la tripulación a abandonar el módulo de mando.
La última transmisión de la tripulación fue inteligible y todas las comunicaciones se cortaron abruptamente a las 6:31:21, sólo 17 segundos después de la indicación de fuego. Luego un sonido silbante mientras la cabina se resquebrajaba por los gases interiores sobre-presurizados por el fuego.
Los técnicos del exterior trataron de abrir la escotilla, pero el humo, altamente tóxico, que salía de la cápsula se los impidió. Cuando el fuego fue finalmente extinguido, la tripulación compuesta por Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee, había muerto.
Los lanzamientos tripulados quedaron pospuestos hasta que los funcionarios de la NASA lo autorizaran. Las misiones Apolo II y III, en tanto, fueron anuladas y sus nombres nunca fueron usados.
Preparando el camino a la Luna
Después del trágico accidente del Apolo I en donde perdieron la vida los tres astronautas, todo parecía indicar que el programa sería cancelado. Sin embargo, los Estados Unidos no estaban dispuestos a abandonar la carrera especial contra los soviéticos.
Los Apolo II III, IV, V y VI fueron usados para “pulir” detalles en los cohetes del Saturno V, que fue construido por Boeing, North American Aviation, Douglas Aircraft Aviation e IBM.
Los astronautas Walter M. Schirra -comandante-, Donn F. Eisele y Walter Cunningham del Apolo VII
APOLO VII
Séptimo vuelo del programa norteamericano Apolo (denominado oficialmente AS-205), lanzado el día 11 de octubre de 1968 mediante un vector del tipo Saturno I-B y con la primera tripulación compuesta por los astronautas Walter M. Schirra -comandante-, Donn F. Eisele y Walter Cunningham.
La nave fue puesta en una órbita de aparcamiento (entre 230 y 285 km de altura) y durante las 163 órbitas a la Tierra se comprobaron el funcionamiento de la cápsula espacial C.M. y del módulo de servicio, así como los sistemas de comunicaciones.
Tras 10 días de misión, el amerizaje se efectuó el 22 de octubre de 1968 a menos de 15 kilómetros del lugar previsto para su descenso, a 7 mn (13 km) al norte del buque de recuperación designado, el USS Essex. El vuelo duró 260 horas, 8 minutos y 58 segundos.
Los tres hombres de la tripulación formada por el Comandante de la Misión Frank Borman, el Piloto del Módulo de Mando Jim Lovell, y el Piloto del Módulo lunar Bill Anders
APOLO VIII
Los tres hombres de la tripulación del Apolo VIII formada por Frank Borman, Jim Lovell, y Bill Anders
Apolo 8 fue el primer viaje espacial tripulado que alcanzó una velocidad suficiente para escapar del campo gravitacional del planeta Tierra; el primero en entrar en el campo gravitacional de otro cuerpo celeste, y el primer viaje tripulado en regresar a la Tierra desde otro cuerpo celeste.
Los tres hombres de la tripulación formada por el Comandante de la Misión Frank Borman, el Piloto del Módulo de Mando Jim Lovell, y el Piloto del Módulo lunar Bill Anders se convirtieron en los primeros seres humanos en ver la cara oculta de la Luna con sus propios ojos, así como los primeros en ver la Tierra desde una órbita alrededor de otro cuerpo celeste. La misión fue también el primer lanzamiento tripulado de un Saturno V y la segunda misión tripulada del Programa Apolo.
Originalmente planeada como una prueba en órbita baja terrestre del Módulo lunar, el objetivo de la misión fue cambiado por el más ambicioso vuelo orbital alrededor de la Luna en agosto de 1968 cuando se retrasó la entrega del Módulo lunar asignado. El nuevo esquema de la misión, y los nuevos procedimientos y requerimientos del personal permitieron un inusualmente corto intervalo de tiempo para el entrenamiento y la preparación, necesitando más talento, tiempo y disciplina por parte de la tripulación.
La exitosa misión del Apolo 8 preparó el camino para que el Apolo 11 cumpliera el objetivo marcado por John F. Kennedy de llevar un ser humano a la Luna antes del final de la década.
El equipo estaba integrado por James A. McDivitt (comandante), David R. Scott y Russell L. Schweickart
APOLO IX
El equipo del Apolo IX estaba integrado por James A. McDivitt (comandante), David R. Scott y Russell L. Schweickart
Noveno vuelo del programa Apolo, lanzado el 3 de marzo de 1969. Sería el encargado de probar el Módulo lunar.
Fue la tercera misión tripulada del programa Apolo. El equipo estaba integrado por James A. McDivitt (comandante), David R. Scott y Russell L. Schweickart, quienes utilizaron el habitáculo que debería depositar a los astronautas en la superficie de la Luna.
Schweickart efectuó una salida al espacio de 37 minutos de duración, destinada a probar el traje espacial que habría de ser utilizado en el descenso a la Luna y valorado en 100 mil dólares (de la época) cada uno.
El vuelo amerizó el día 13 de marzo tras orbitar 151 veces nuestro planeta y después de 241 horas de vuelo.
APOLO X
Décimo vuelo del programa Apolo (denominado oficialmente como AS-505), fue lanzado el día 18 de mayo de 1969 con Thomas P. Stafford -comandante-, John W. Young y Eugene A. Cernan a bordo.
Thomas P. Stafford -comandante-, John W. Young y Eugene A. Cernan del Apolo X
Esta misión fue una combinación de las dos anteriores, ya que por primera vez se situó el Módulo Lunar L.M. en una órbita próxima a la Luna, y se realizaron allí las maniobras necesarias que ya se habían efectuado en órbita alrededor de la tierra.
Stafford y Cernan se situaron en el módulo lunar “Snoopy”, tras abandonar el de mando y servicio C.S.M., y lograron situarse en órbita lunar elíptica, cuyo perilunio quedó situado a unos 10 kilómetros sobre su superficie.
Durante la segunda y última vuelta a la Luna, el Módulo Lunar perdió el control, recuperado poco después por su piloto Cernan. Tras finalizar esta maniobra, se abandonó el ML, que fue lanzado en órbita alrededor del Sol, y tras embarcar en el módulo de mando «Charlie Brown», se dirigieron a la Tierra.
Esta misión supuso el ensayo final del descenso a nuestro satélite, realizándose además multitud de fotografías de las zonas de alunizaje en las 31 órbitas que realizó a la misma. Amerizó el día 26 de mayo tras 192 horas, 3 minutos y 23 segundos de vuelo.
AM.MX/fm