jueves, diciembre 12, 2024

“El Güero” Palma regresa a sus andanzas

CIUDAD DE MÉXICO.- El juez Segundo de Distrito de procesos penales federales ordenó la inmediata liberación de Héctor Luis Palma Salazar, “El Güero Palma, preso desde 1995 por delitos contra la salud.

El capo, quien salvó la vida al desplomarse una avioneta en la que viajaba, fue extraditado a Estados Unidos, donde fue sentenciado a 16 años de cárcel. Por su buena conducta le redujeron la pena y en 2016 regresó a México. Fue internado en el penal del Altiplano por un delito: El asesinato de un policía, pero luego de transcurrir seis años Palma Salazar está de regreso.

De acuerdo con La Opinoión de México, el ex socio de Joaquín Guzmán Loera y fundador del Cártel de Sinaloa se apresta a regresar a sus andanzas en el mundo que conoce: El narcotráfico. Pocos narcotraficantes han vivido una historia de pesadilla como la Héctor Luis Palma Salazar: La muerte de su esposa y de sus hijos, consecuencia de una venganza orquestada por Miguel Ángel Félix Gallardo por el robo de un cargamento de cocaína que Palma realizó y nunca le fue perdonado; el accidente aéreo en el que casi pierde la vida, su detención, su extradición a Estados Unidos, donde compurgó nueve de los dieciséis años que le impusieron.

Por si fuera poco, ahora cargó con una sentencia por el asesinato de un policía en los años noventa, único delito que lo mantiene en prisión. Enfermo y entrado en la vejez, Palma Salazar ha visto mancillado su orgullo: Atrás quedaron los lujos, las armas de oro y la ostentación sin límites. Sin embargo, “El Güero Palma está de regreso.

Lugarteniente de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del Cártel de Guadalajara en los años setenta y ochenta; operador del narcotráfico y hábil en las negociaciones, Héctor Luis Palma Salazar es dueño de una historia que lo mismo pasa por el terror de los accidentes aéreos que por haber sufrido una de las pesadillas más horrendas: La muerte de su esposa y sus hijos como consecuencia de una venganza que derivó en matanzas y desapariciones.

Amigo cercano de Joaquín Guzmán Loera, a quien conoció dentro del círculo de Félix Gallardo, Palma Salazar nació en un pueblo llamado La Noria de Abajo, en el municipio de Mocorito, Sinaloa; sólo pudo estudiar la primaria debido a la pobreza de su familia. El crimen llegó pronto a su vida y en su etapa de adolescente comenzó robando automóviles.

Debido a su habilidad, Félix Gallardo –el mayor traficante de drogas, llamado “El Jefe de Jefes” y/o “El Padrino”, lo contrató como sicario en los años setenta. Más tarde le encargó el contrabando de cocaína en Sonora y en otros estados del norte del país.

En esos años –los de verdadero esplendor para Félix Gallardo– Palma Salazar tuvo la oportunidad de hacerse amigo de “El Chapo” Guzmán, entonces era lugarteniente de Félix Gallardo. En esa época, “El Güero” Palma fue atenazado por la ambición y se le hizo fácil apropiarse de un cargamento de cocaína. Esto derivó una venganza cruel.

Hacia finales de los años ochenta, después de la captura de Félix Gallardo en abril de 1989, tanto “El Chapo” como “El Güero” Palma se empezaron a encumbrar a pasos agigantados en el negocio del narcotráfico.

Ambos hicieron crecer al llamado Cártel de Sinaloa. Pero el golpe ya lo esperaba. Félix Gallardo, conocido en el mundo mafioso como “El Padrino”, enojado por el robo del cargamento, planeó la venganza y presuntamente ordenó que mataran a la esposa y a los hijos de Palma. Se había creado una batalla cruente entre los criminales que duró mucho tiempo y hubo demasiado derramamiento de sangre.

Para llevar a cabo el plan, se asegura que Félix Gallardo contrató los servicios del venezolano Rafael Clavel Moreno. El llamado “Jefe de jefes” no le perdonó que se haya robado el cargamento. Y es que en el mundo del hampa estas acciones se pagan con la vida, se violan códigos éticos dentro de la mafia que no se perdonan, pues son considerados como una traición.

Luego de ese episodio, la vida de Palma Salazar tomó una dimensión diferente. Félix Gallardo no descansó hasta vengarse. El plan macabro estaba enfocado a causarle a Palma el mayor daño emocional posible. Y lo logró.

Dicho plan inició cuando Clavel Moreno entró en acción. La misión de este sujeto era infiltrarse en el círculo más cercano de “El Güero” Palma. Clavel cumplió con todas las fases de la misión asignada.

Se ganó su confianza hasta el punto de hacerse su socio en el negocio de las drogas, utilizó sus dotes para la seducción con el objeto de casarse con una hermana de Palma y la parte final era convertirse en amante de su esposa –Guadalupe Leija de Palma– convencerla de extraer millones de las cuentas bancarias y fugarse con él para San Francisco, California, donde una vez hospedados en el hotel procedió a decapitarla.

Unas dos semanas después, llevó a Héctor Jesús y Nátaly –hijos de Palma Salazar y de Guadalupe Leija– hasta San Cristóbal, Venezuela, lugar donde procedió a lanzarlos desde el puente de La Concordia. Antes de aventar al vacío a los chicos preparó una cámara de video y filmó la escena.

Luego, preparó la sorpresa, la estocada final: En una caja perfectamente bien decorada como regalo colocó la cabeza de Guadalupe Laija y, en otro paquete, puso el casete con el video. Ambos se los envió a Palma Salazar a su casa. Cuando abrió la caja halló la cabeza de su esposa perfectamente bien conservada en una hielera.

En el panteón Jardines de Humaya de Culiacán, Sinaloa, “El Güero” sepultó a sus familiares. Y ahí construyó un mausoleo valuado en su tiempo en unos 420 mil dólares. En el techo sobresale una pintura de su esposa e hijos.

Palma no se quedó con los brazos cruzados y procedió a vengar la muerte de su familia. Fue ejecutado Clavel Moreno y otros cómplices, persiguió a los gatilleros de Félix Gallardo y a familiares suyos, cuyos cuerpos presentaban múltiples golpes en el cráneo y estallamiento de vísceras.

También le declaró la guerra a los hermanos Arellano Félix, a quienes persiguió por todas partes. En ese tiempo, los Arellano eran amos y señores del narcotráfico en Baja California. Controlaban todo el negocio con la complicidad de las autoridades de esa entidad.

LA CAPTURA

Héctor Luis Palma Salazar era un hombre ostentoso cuando tenía poder y dinero. Un ejemplo de ello eran las armas que utilizaba. Todas estaban cubiertas de oro y brillantes y, además, les añadía la figura de una palmera, elaborada con esmeraldas.

En una ocasión tuvo que trasladarse de Ciudad Obregón, Sonora hacia Guadalajara. Abordó una avioneta, pero la aeronave se desplomó. Cuando convalecía militares lo descubrieron porque portaba una lujosa pistola Colt Súper 83. Aquello ocurrió en junio de 1985.

Tras ser detenido, las autoridades mexicanas lo condenaron a siete años de cárcel. Fue confinado en el reclusorio de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, por posesión de cocaína, delitos de narcotráfico y crimen organizado.

En Puente Grande coincidió con su amigo Joaquín Guzmán Loera, quien junto con Arturo Martínez, “El Texas” dominaban la prisión. Las investigaciones que se llevaron a cabo tras la fuga de Guzmán Loera, en enero de 2001, revelan que estos capos imponían las reglas dentro de la cárcel y, por ello, fueron señalados como cómplices de aquella espectacular evasión.

La historia de crueldad seguiría a Palma Salazar algunos años más. En 2007, fue extraditado a Estados Unidos y fue declarado culpable de traficar con cocaína en el año 2008.

Por ello, fue enviado a una prisión de Phoenix, Arizona, donde tenía contacto con otros presos, pero una vez que lo condenaron a 16 años de cárcel y cinco de libertad vigilada fue enviado a la prisión federal de Colorado, en el centro de Estados Unidos.

Su nueva casa sería la cárcel de ADX Florence, la prisión de máxima seguridad y más segura de ese país. Es la misma en la que Guzmán Loera purga actualmente una cadena perpetua.
El lugar es famoso por la vista que ofrecen las montañas del condado de Freemont. Sin embargo, el centro penitenciario está diseñado para que los presos nunca pueden deleitarse con esa maravillosa vista. Eso es parte del castigo y la crueldad de la cárcel.

Dicha cárcel está considerada una de las peores dentro de la amplia red de prisiones en Estados Unidos. De la totalidad, la más severa es ADX, la que también es conocida como “La Alcatraz de las Rocosas”.

En ese lugar Palma nunca pudo ver a otros presis. Se asegura que pasaba 23 de las 24 horas del día en su celda y sólo una hora podía ver y tomar el sol. El cielo apenas y era visible a través de una pequeña ventana. Como no hablaba inglés y los guardias no hablaban español, pasaba largos periodos de tiempo sin poder hablar.

Palma Salazar cumplió 9 de los 16 años de su sentencia por tráfico de drogas. A lo largo de los años de reclusión mostró buena conducta y por ello fue liberado con anticipación el 15 de junio de 2016. Entonces tenía 56 años.

Estaba enfermo. Padecía una hernia Inguinal, hemorroides, mala visión y tenía la dentadura deteriorada.

Héctor Luis Palma Salazar, según sus antecedentes criminales, fue el segundo líder más importante de un cártel que logró ser liberado de una prisión estadunidense. El primero fue Francisco Arellano Félix, en 2008, quien salió para morir: tras ser enviado a México el mayor de los Arellano se afincó en Tijuana, Baja California.

En una ocasión se celebró una fiesta infantil en la ciudad de Ensenada. Francisco estaba sentado en la mesa de honor. Cuando los payasos presentaban su espectáculo, uno de ellos se paró frente a la mesa de los invitados especiales, metió la mano derecha entre su ropaje holgado, sacó una pistola y le disparó a Arellano, quien instantáneamente falleció.

Tras ser enviado a México, se pensaba que Palma Salazar sería liberado porque ya no tenía delitos por los cuales ser procesado. Estuvo a punto de quedar en libertad, pero las autoridades sacaron un expediente por el delito de homicidio. En los años noventa, según esa causa penal, había asesinado a un agente. Por ello, fue recluido en el penal de máxima seguridad de La Palma, donde permanece todavía.

Sin embargo, el ex líder del Cártel de Guadalajara y de Sinaloa podría salir libre en cualquier momento si es que no le comprueban el crimen que –se asegura– cometió.

Miguel Ángel Félix Gallardo, por su parte, sigue recluido en el panel de Puente Grande. Está acusado de la tortura y muerte de Enrique Camarena Salazar, el agente de la DEA asesinado en 1985.

El delito de narcotráfico ya lo compurgó, por ello, le devolvieron algunas propiedades que tiene en Veracruz, entre otros, el rancho “Camino Real”, ubicado en el municipio de Náutla.

Otro de los acusados por la muerte de Camarena fue Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, pero logró obtener la prisión domiciliaria, lo que no ha logrado Félix Gallardo a pesar de las enfermedades que padece.
AM.MX/fm

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