jueves, mayo 2, 2024

“El grupo BRICS simboliza el cambio”

Luis A. García* / Círculo Latino de Estudios Internacionales (CLEI)

*Poderes económicos dejan a muchas naciones a merced de pocas.

En declaraciones de sus conversaciones privadas en Sudáfrica, los ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Rusia, India, del país anfitrión y un viceministro de China, hablaron en términos similares sobre la aspiración de su bloque de brindar liderazgo en un mundo multipolar.

“El grupo BRICS simboliza el cambio y nuestra visión de él es que esa asociación proporcione liderazgo global en un mundo fracturado por la competencia, la tensión geopolítica, la desigualdad y el deterioro de la seguridad global”, dijo el ministro indio, Subrahmanyam Jaishankar.

En reunión con sus homólogos, habló de la concentración del poder económico que, según dijo, “deja a muchas naciones a merced de pocas”, y sobre la necesidad de modificar la toma de decisiones a nivel mundial, incluido el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Jaishankar aseguró que las viejas formas no pueden abordar situaciones nuevas: “Somos el cambio, lo simbolizamos y debemos actuar”, remarcó el representante de India en esa reunión ministerial.

El BRICS fue considerado en el pasado inmediato como un grupo laxo de socios y en gran medida simbólico, de economías emergentes dispares; pero que ha adoptado formas más definidas, impulsadas inicialmente por Pekín y, desde el inicio de la guerra de Ucrania en febrero de 2022, con el empuje de Moscú.

En medio de la creciente polarización geopolítica derivada de la intervención rusa en Ucrania, los líderes del BRICS han dicho que están abiertos a admitir nuevos miembros, incluidos los principales países productores de petróleo, entre ellos Venezuela y Arabia Saudita.

Venezuela, Argentina, Irán, Argelia, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos forman parte de una lista de países que han solicitado formalmente su adhesión o han manifestado su interés, según fuentes oficiales.

No obstante las referencias a una apertura política y económica, hay situaciones que muestran matices autoritarios, por ejemplo de Rusia, cuando por primera vez desde 1997, Moscú prohibió participar del Foro Económico de San Petersburgo a periodistas de “países hostiles”

Vladimir Putin vetó el ingreso al “Davos ruso” de los enviados y corresponsales de medios de prensa occidentales que han condenado su intervención armada en Ucrania, que el Kremlin ha llamado oficialmente Operación Militar Especial.

Por primera vez en la historia desde que se creó a fines del siglo anterior, y en medio de su enfrentamiento contra Ucrania y Occidente, Putin prohibió a periodistas de “países hostiles” participar del Foro de San Petersburgo”, destacó desde Londres, Inglaterra, la agencia informativa Reuters.

El Kremlin informó a periodistas de países que calificó como “hostiles” -entre ellos a los miembros de la oficina de la agencia británica en Moscú- que no les sería permitido el ingreso al Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), que tuvo lugar entre el 14 y el 17 de junio.

“En efecto, esta vez se ha decidido no acreditar en el SPIEF a publicaciones de países hostiles”, declaró el portavoz oficial Dimitri Peskov, a la vez que aseguró que “el interés por el SPIEF es siempre grande y todos los demás periodistas trabajarán en él”.

El Foro de San Petersburgo, fundado en la antigua capital imperial construida por el zar Pedro el Grande hace más de tres siglos como “ventana” a Europa, se celebra cada año desde 1997, nueve años antes de la fundación del BRICS.

A los ojos de Vladimir Putin, se trata del momento ideal para mostrar la economía de su país a los inversores mundiales, mientras que algunos funcionarios lo consideran una respuesta al Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, cumbre anual de los capitalistas del mundo.

Para Vladimir Putin, las reuniones en la ciudad donde nació en 1952, se trata de momentos ideales para mostrar la economía de la Federación de Rusia a los inversionistas extranjeros, de quienes espera envíen sus capitales en tiempos de crisis.

En 2021, Putin había destacado esos encuentros y aseguró que “este tipo de grandes acontecimientos y foros realmente unen y acercan a personas de distintos países, y Rusia los facilitará en lo posible y, de igual modo, promoverá el intercambio de experiencias y la demostración de logros pioneros en ciencia y tecnología”, resumió entonces.

En la década de 2000, el SPIEF tuvo su auge y atraía a los principales inversionistas y banqueros occidentales, que viajaban con el deseo de beneficiarse del fuerte crecimiento que se vio durante la primera década del gobierno de Putin.

En años recientes, ese interés fue decayendo y los roces del “vozhd” o líder del Kremlin con los países opositores a su ideología se fueron intensificando, y Putin, que política y económicamente no las tiene todas consigo, considera que los aliados han desatado una guerra híbrida con el objetivo de desestabilizar y afectar a Rusia.

Así, el personaje que enfrentó un alzamiento militar de los mercenarios del grupo Wagner, patrocinados por su socio Yevgueni Prigozhin la última semana de junio de 2023, lleva años intentando sustituir esas inversiones por millonarios adinerados árabes, quienes -con la posible futura inserción del reino saudita al BRICS- apuestan por una profundización de las relaciones con Moscú.

*Coordinador Ejecutivo del Círculo Latino de Estudios Internacionales

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