viernes, abril 19, 2024

EL CASTILLO: 1994, año del cambio real

¿Qué tanto y en dónde se han dado cambios en el país? Ver a Andrés Manuel López Obrador en Tijuana, saludando de mano a quienes se encontraban detrás de las vallas metálicas, rodeado supuestamente de guardias y de quienes a cada paso recibían cartas dirigidas al tabasqueño, llegó a la memoria esa misma ciudad, posiblemente con mucha de la misma gente con quienes se rodeó Luis Donaldo Colosio. No se veía una gran desazón, pero tampoco se percibía respiraban un aire tranquilo. AMLO sonreía en tanto quienes lo rodeaban volteaban insistentemente de un lado a otro, contenían la respiración, se les veía inquietos. Inclusive la fémina a quien le encomendaron la recepción de las misivas actuaba torpemente y, por momentos, el nerviosismo la llevaba a arrebatar los sobres. Tal vez fue mayor la inquietud en Tijuana que cuando visitó Badiguarato, paradójicamente ese pueblo sinaloense se percibe como el más seguro de todo el país.

El traslado obviamente fue hacia aquél 1994 y entonces ligamos este tiempo a Quintana Roo, al presente con la carga de migrantes, a lo entonces llevado a cabo y las estrategias de ahora. Justo en ese año hubo el reclamo estadounidense sobre la llegada masiva de cubanos. De la Isla se trasladaban a las costas quintanarroenses, Migración les permitía la entrada y permanecían en ese suelo hasta encontrar quien los llevara a los EU, a Florida, a alcanzar a pisar tierra para poder obtener la protección de ese país, quedarse. A la exigencia de detener ese flujo migratorio, nuestro país respondió con una negativa y solamente se comprometió a albergar a los migrantes durante 15 días. Pasado ese tiempo, ellos tendrían la decisión sobre: a) solicitar quedarse en México y regularizar su estancia; b) aventurarse para llegar a los Estados Unidos o… c) regresar a su natal Cuba. México no renunció a darle protección a los migrantes, a sus principios de respeto, a su doctrina para el manejo de las relaciones con el exterior.

Existen dos escenarios totalmente diferentes a raíz de ese 1994. Porque ahora se une al escenario en el cual se contemplaba la pobreza, los asentamientos irregulares, la falta de servicios, etcétera, lo relacionado con los migrantes y el panorama se vislumbra mucho más carente de toda clase de elementos para sobrevivir, tanto los de fuera como los ciudadanos mexicanos. El padre Solalinde, quien ha adquirido toda clase de experiencias relacionadas al tema migratorio, prevé se abran de par en par las puertas de la corrupción en el Instituto Nacional de Migración; se presente esta fatal acción en la Guardia Nacional; crezcan los grupos, las mafias dedicadas a la trata de personas y se encarezcan los clásicos, aunque repudiados, servicios de los “coyotes”.

Cada vez que se hace referencia a los cambios surgidos ese 1994 en lo político, social y económico en nuestro país, la lista no se detiene. Por desgracia pueden apuntarse más malos que buenos y también puede advertirse es, a partir de ese tiempo, va mucho más de prisa la descomposición social que tanto afecta; se formaliza la actuación de las mafias a través del dejar hacer, dejar pasar; se acrecienta la impunidad; se privilegian los negocios por encima del servicio a los ciudadanos; se aleja la inmoralidad para dar paso a la amoralidad y ya nada vuelve a ser igual y, si no lo cree, haga memoria y verá con lo que se encuentra.

Por ahora los únicos que no cantarán, por lo menos no en breve, serán Luis Videgaray, Pedro Joaquín Coldwell e Idelfonso Guajardo. Según ha trascendido su lealtad a EPN será permanente, pase lo que pase, y aún a sabiendas de que los tres poseen mucha información, mantienen su disposición a atacar a Emilio Lozoya si, como ha asegurado, se decide a hablar o a mandar misivas en las cuales sean nombrados y señalados como responsables de muchas de las acciones fraudulentas realizadas en Pemex durante el mandato anterior. Si nos habremos dado cuenta, ni Fox ni Calderón y mucho menos Zedillo se han dado a la tarea de opinar. Los panistas gustan de los reflectores y hasta la fecha no han dicho “esta boca es mía”. Será cuestión de esperar si no es que al que quieren hundir es a Salinas de Gortari, a Carlos, al todopoderoso ex presidente. Paciencia, paciencia.

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