viernes, abril 19, 2024

El cáñamo como opción para producción del papel: no tan sustentable como parece.

Hace algunos días, salió a la luz una nota del presidente de la Asociación nacional de la industria del Cannabis en Forbes: “El cáñamo, la planta que está llamando a contribuir para la sustitución del papel”; que trata del cáñamo como una alternativa al papel de manera que esto disminuya la huella ecológica en el planeta.

El cáñamo es el nombre que recibe una de las variedades de la planta Cannabis y el nombre de la fibra obtenida a partir de ellas, que tiene variados usos en la industria. Incluso, en épocas pasadas llegó a ser considerada una planta que potencializa el desarrollo humano por todos los usos que esta posee.

Desde el siglo V a. C. hasta finales del siglo XIX el 90% de las cuerdas y velas para navegación y muchas redes de pesca, estaban hechas con cáñamo. Incluso hoy sigue siendo utilizado en embarcaciones debido a la resistencia que tienen ante la humedad y a variaciones climáticas.

 

No obstante, la disminución de su cultivo en los países industrializados comenzó con la prohibición de la marihuana, que afectó directamente al cáñamo; durante la década de los años 30.

Es importante destacar que el cáñamo y la marihuana provienen de la cannabis sativa, pero son cepas diferentes. Por ello, la cepa del cáñamo tiene muy bajo contenido de tetrahidrocannabinol (THC), que es el componente psicoactivo.  

La marihuana, en sus diferentes variedades, es una línea genética con mayor presencia de THC y las plantas de este tipo suelen ser de no más de dos metros de alto, con muchas ramas y espesas inflorescencias. Además de esto, existen aspectos morfológicos diferenciables a simple vista.

 

El cáñamo es una planta extremadamente versátil, crece muy rápido y tiene diversos usos como la fabricación de papel, prendas textiles, plásticos, pinturas, biocombustible y alimentos; indica Guillermo Nieto, para Forbes.

Debido a la porosidad y resistencia del cáñamo, tolera la humedad y puede utilizarse como bolsas de té; lienzos para pintar (Van Gogh utilizaba cáñamo); en el papel moneda (para los billetes). También es útil como papel artístico o como materiales para oficina.

En realidad, el cáñamo sí es una planta apropiada para la elaboración de papel porque contiene más celulosa que los árboles con los que se fabrica el papel. Según Nieto, es un 85% comparado al 30% de los árboles. Además, el papel que parte del cáñamo, es mucho más resistente que el que regularmente utilizamos.  Incluso, hay diversos documentos importantes como la Biblia; que fueron hechos con cáñamo, también la Declaración de Independencia de los Estados Unidos está escrita en este versátil material.  

 

Los usos del cáñamo no se limitan a la industria papelera, sino también a la textil, pues puede producirse ropa a partir de este. Incluso, ocupa menos agua que el algodón. Sin embargo, no hay estudios que comprueben que no tenga un impacto negativo en los suelos.

Es cierto que el cannabis crece rápidamente y no necesita de grandes cuidados como otras plantas o cultivos que se usan en la vida diaria, pero cuando se cultiva, también se desprende carbono de los suelos y esto también afecta al planeta. Si llega a aplicarse una “revolución papelera”, también habría grandes problemas en la agricultura porque no es sustentable. Existen variedades de árboles que a pesar de crecer durante varios años, pueden seguir utilizándose durante un par de décadas y no tendrían que plantarse o volver a iniciar el ciclo de cultivo como con la cannabis. Por ello, si se comienza con una plantación extensiva, sería similar o igual la explotación de las tierras agrícolas; por lo tanto no es la opción más viable y ecológica. Aunque todo lo que hagamos sea contaminante, es importante hallar alternativas que no generen tantos daños; únicamente porque contribuirán a la reforestación de ciertos lugares (sin mencionar los intereses económicos y políticos);  mientras dañan gravemente el suelo del lugar donde se cultivan. 

Hasta el momento, no hay estudios avalados por instituciones confiables, que concluyan la viabilidad del cannabis para un cultivo extensivo y que no ocasione estragos en el suelo de donde se realice. Quizá tiene muchos usos y como respuesta y apoyo, podría mantener un estilo de vida que no genere un impacto negativo tan alto en el planeta; no obstante, no es posible determinarlo sin la información adecuada.

El planteamiento de Guillermo Nieto, como propuesta alternativa ante la industria papelera tiene mucho potencial. Es pertinente llevarla a estudios que permitan conocer y prever las consecuencias a gran escala como agricultura intensiva. De otra modo, estaríamos destinados al mismo problema con la explotación de tierras o el uso de otros químicos para poder obtener los beneficios del cáñamo.

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