Luis Alberto García / Zamora Pico de Oro, Chiapas
*El jaguar puede vivir en una amplia variedad de lugares.
*Su aparición sobre el planeta data de hace dos millones de años.
*Nace y crece en hábitats boscosos o abiertos, como selvas o sabanas,
*Llama la atención que su existencia esté asociada a la presencia de agua.
Hay constancia sobre la presencia del jaguar o Panthera onca en el registro fósil desde hace dos millones de años, y ha sido un felino o félido americano desde que atravesó el estrecho de Bering durante el Pleistoceno; pero lo más seguro es que el antepasado inmediato de los animales modernos es Panthera onca augusta, de mayor tamaño que los existentes.
Así, las pruebas fósiles muestran ejemplares de Panthera onca de hasta 190 kg, mucho mayores que la media actual de este animal, y en el siglo XVIII y hasta casi mediados de siglo XIX, su área de distribución se extendía desde el actual sur de Estados Unidos hasta el actual sur de Argentina: el límite sur se encontraba aproximadamente entre el río Negro y quizás esporádicamente el aún más austral Chubut en lo que hoy es el norte de la Patagonia argentina).
Sin embargo en toda esa inmensa extensión latitudinal no habitó las zonas frías; especialmente no se le ha encontrado en zonas frías de altas montañas; pero el jaguar sobrevivió en el norte de la Patagonia argentina y el estrecho de Magallanes, Chile, hasta fines del siglo XIX y desapareció de la región centro-sur de Chile durante el siglo XVII.
Actualmente su distribución está fragmentada debido a la competencia con el hombre, quien ha provocado y sigue provocando extensos biomas moldeados por el grado de influencia humana en los cuales se extingue la fauna silvestre.
El área de distribución actual de la Panthera onca se extiende desde el extremo sur del estado de Arizona en el sudoeste de los Estados Unidos, a través de América Central, hasta el norte de Argentina, incluida la mayor parte de la Amazonia brasileña.
Los países en los que aún sobreviven ejemplares silvestres de esta especie son: Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica (en particular en la península de Osa), Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Guayana Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, el Perú, Surinam y Venezuela.
Ha desaparecido en El Salvador y Uruguay y se encuentra en muchas reservas naturales a lo largo de su ámbito de distribución, como pueden ser los 400 km² de la Reserva de Cockscomb en Belice, los 3800 km² de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, los 5300 km² de la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an y los 7300 km² de la Reserva de la Biosfera de Calakmul en México
Y en los aproximadamente 15 000 km² del parque nacional del Manú en el Perú, los 19 000 km² del parque nacional Madidi en Bolivia, los aproximadamente 26 000 km² del parque indígena de Xingu en Brasil, los 30 000 km² del parque nacional Canaima en Venezuela o los 38 000 km² del parque nacional Parima-Tapirapeco, también en Venezuela.
En Argentina desde finales de siglo XX está casi exterminado sobreviviendo algunos ejemplares en las yungas de Salta, en El Impenetrable de Chaco y Formosa y quizás en los escasos remanentes de zonas de la selva paranaense de la provincia de Misiones; en 2015 se inició un plan de reintroducción de este félido en los extensos humedales y «bañados» conocidos como Esteros del Iberá de la provincia de Corrientes.
No se trasladarían ejemplares silvestres desde otras partes (ya que en otras partes escasean) sino que en una primera etapa se trasladarían ejemplares del Zoológico de La Plata) para que aclimatados en las zonas silvestres se reproduzcan en el Iberá.
La inclusión de Estados Unidos en su área de distribución se basa en observaciones ocasionales en el suroeste, particularmente en Arizona, Nuevo México y Texas. A principios de la década de 1900, se lo podía ver tan al norte como el Gran Cañón y tan al oeste como el Sur de California.
En 2004, agentes de medio ambiente de Arizona fotografiaron y documentaron ejemplares de Panthera onca en la parte meridional del estado y en febrero de 2009 se capturó un ejemplar de unos 54 kg, al que se le colocó un collar de seguimiento por radio y fue liberado al suroeste de Tucson, resultando ser uno de los escasísimos ejemplares con vida en territorio de la Unión Americana.