viernes, abril 19, 2024

¿El Día de Muertos tiene orígenes prehispánicos?

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de noviembre (AlMomentoMX).-  Aunque muchos digan que la tradición de honrar y recordar a nuestros muertos el 1 y 2 de noviembre es una costumbre mexicana con un origen prehispánico, no es así. El Día de Muertos tiene profundas raíces católicas y está muy relacionado con la tradición cristiana europea.

Aunque lo parezca, la mexicanísima tradición del Día de Muertos no es prehispánica.De acuerdo con la investigadora Elsa Malvido, quien trabajó en la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el altar de muertos, las calaveras azucaradas y los panes con huesos son tradiciones que provienen de la Europa medieval, y son costumbres católicas y profundamente jesuitas.

“De ninguna manera, como se nos quiere hacer creer, representan resabios de la cultura indígena mexicana”, afirmó en un boletín difundido en 2007 por el INAH.

Las fiestas de Todos los Santos y de Los Fieles Difuntos se crearon en Francia, en el siglo X, por el Abad de Cluny, quien rescató la celebración en honor a los macabeos el 2 de noviembre y dispuso el día anterior para celebrar a los santos y mártires anónimos.

En ese día, se disponía en el templo de un inmenso altar en el que se exhibían las reliquias de los santos: huesos, cráneos u otros restos, la tierra donde fueron enterrados o una parte de la ropa que portaban. Estos eran considerados intermediarios del hombre ante Dios.

Ése es el origen del Altar de Muertos, mismo que se acostumbra en otros países. En Sicilia, Italia, incluso se tiene la creencia que los parientes visitan el hogar, una tradición religiosa que proviene de una antigua tradición romana.

“Seguir pensando que el Día de Muertos es una tradición de origen prehispánico significa que no entendimos nada, puesto que es profundamente romano”, afirmó la doctora Malvido.

Sin embargo, no se puede negar que existían varios rituales en el México antiguo que rendían culto a los muertos, pues en gran parte de las culturas Mesoamericanas se consideraba a la muerte como la continuación de la vida, no como el fin de algo.

Por ejemplo, uno de los rituales era lavar el cuerpo con petate y mantas o con adornos de los dioses, dependiendo la clase social de la persona. En algunos casos se colocaba una piedra de jade u obsidiana en la boca que servía como forma de pago al otro mundo. Además añadían hierbas y granos de maíz para alimentarse durante el viaje.

AM.MX/dsc

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