Aletia Molina
Me veo en la necesidad de decir: nos quitan la sana distancia para sacarnos, poco a poco, de nuestras casas para aventarnos al matadero de la calle. La epidemia sigue contagiando a personas. El promedio de personas contagiadas de COVID-19 crece cada día. En los últimos 15 días la cifra se superó al doble de lo que se tenía. Del 15 al 30 de mayo se dio el registro que se tenía de dos meses y medio.
El Día de la Madre está cobrando la factura por la movilidad registrada ese día a pesar de los llamados para quedarse en casa. El 15 de mayo llegó a 45 mil casos totales el número de personas positivas (recordar que la propia Secretaria de Salud reconoce que ese número es apenas una breve muestra y que puede multiplicarse hasta 30 veces), pero al 30 de mayo, eran 87 mil 512 personas enfermas de coronavirus. Y los muertos no bajan de 364, un subgrupo apenas de las defunciones totales, aceptó el famoso Gatell.
El fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia se junta con el semáforo en rojo que marca el alto cupo de camas hospitalarias para atender a enfermos de COVID-19… y aún así se está dando por la presión de la crisis económica y social. Cito: “Posiblemente habrá un repunte de contagios. No puede haber un rebote de un balón si éste no ha caído al suelo. Haga lo posible por quedarse en casa…”
La declaratoria de López-Gatell no puede interpretarse de otra manera, sino como un aviso, de lo que todos ya sabemos: viene lo peor.
El número de casos de COVID-19 en el mundo alcanzó los 5.93 millones, así lo confirmó ayer domingo, la Organización Mundial de la Salud, que también certificó un nuevo récord de nuevos contagios diarios: 115 mil en las pasadas 24 horas.
El número de muertos por la pandemia se eleva a 367 mil 166, de los que más de 180 mil se han producido en el continente europeo y cerca de 160 mil en el americano, según los datos del organismo con sede en Ginebra.
#AMLOVeteYa
En toda su carrera como candidato (que ya se le olvidó que ya no es), el Presidente dividió y sembró odio entre sus simpatizantes. El país se partió en dos, o hasta más. En las conferencias, sin que se lo mencionen o pregunten, ataca a los que no piensan como él; no le gusta la crítica y arremete contra la prensa un día sí y otro también.
Quienes se sienten identificados con su manera de ser también odian y atacan a los contrarios o a los que creen que no son de su clase. Sin embargo, este fin de semana vimos el inicio de una serie de protestas en contra del Presidente y éstas ponen en peligro al menos su credibilidad, de por sì ya mermada.
Ante dichos actos de repudio a su gobierno en varios estados, López Obrador pido a sus adversarios “no comer ansias” y reagruparse para que el futuro de México se decida en 2022, con la revocación de mandato.
“La peste, no pandemia, que más ha dañado a México ha sido la corrupción y hay que desterrarla y en eso no podemos dar un paso atrás.
“Eso no lo entienden nuestros adversarios que protestan”.
El señor no comprende que el pueblo, no son sus adversarios, que no tienen que ser adversarios para ponerse de acuerdo e ir a protestar en contra de las decisiones estúpidas que toma cada que abre la boca. Estas protestas irán en aumento, y esa, sí es la luz al final del túnel.
@AletiaMolina