jueves, abril 25, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: Muertos llenarán las urnas del 2021

*Se negaron a aprender u olvidaron lo elemental. Al PAN y al PRI no los derrotó MORENA, fueron vencidos por el peso de los muertos de la guerra al narco. Esas víctimas más las de estos 500 días y sumadas las del        Covid-19, definirán la próxima elección federal

Gregorio Ortega Molina

Nunca dejará de discutirse si el gobierno de la 4T dice o no la verdad sobre las cifras de enfermos y víctimas del Covid-19. A estas alturas no importa si hay ocultamiento, si procede o no con dolo, y si su nueva normalidad producirá más bajas.

     Estamos a un año de las elecciones intermedias -e incluso considerando que el tiempo todo lo alivia-, momento ideal para conocer la verdad de lo que ocurrió en los hospitales y los hogares, en la contención de la violencia, porque no es equiparable el número de víctimas de Ayotzinapa, de San Fernando… tampoco la que brota de las fosas clandestinas, o la secuela de la trata y los secuestros, con lo que representarán en los hogares las ausencias verdaderamente cuantificadas, sentidas y dolidas, porque el Estado y su gobierno son garantes del mandato constitucional de mantener la salud de los gobernados, de garantizar su seguridad en las calles y en el hogar.

     Los habitantes de esos domicilios que ahora cuentan con camas vacías, en cuyos colchones sólo queda la huella de cuerpos que no están y jamás volverán a cerrar los ojos junto a los seres amados, acudirán a las urnas para refrendar, o no, su confianza a ese grupo gobernante que ofreció una regeneración nacional, y sólo tuvo la mala fortuna de encontrarse en el camino con un virus letal y con una violencia delincuencial incontenible, para descubrir su propia ignorancia en los asuntos del Estado, su falta de imaginación, constatar que el ensueño de transformar a un país puede disolverse como pompa de jabón.

     También contarán esos domicilios que han de ser desalojados por sus habitantes, porque dejaron de tener dinero para pagar la renta y llevar comida a sus mesas, debido a que gracias a las previas políticas públicas, al parón económico y a las decisiones del gobierno para reactivar la economía, se quedaron sin empleo y sin posibilidad de recuperarlo en el corto plazo, porque, aunque nos critique el preciso, me sumo al grupo de disidentes que considera que su decálogo económico y sus lecciones de la pandemia, sólo muestran la idiosincrasia y la preparación de un alumno de educación preuniversitaria; así es como los mexicanos lo vamos a pagar.

     Y deberemos sumar a los padres y hermanos mayores y tíos y abuelos de esos alumnos que perdieron la oportunidad de continuar su instrucción escolar en escuelas de paga, ahora convertidos en pre-cadáveres sociales y económicos, porque el sistema educativo nunca ha podido satisfacer ese mandato del artículo 3° constitucional, y con eso de la sana distancia, no habrá escuela oficial en la que encuentren cupo.

     Insisto, a 12 meses de las elecciones intermedias, ¿a quién le importa la veracidad de la actuación del gobierno ante la pandemia, porque a la hora de votar pesarán más las ausencias no reconocidas y ocultadas, que los dos mil quinientos pesos bimestrales de los viejitos, o las becas, o los préstamos? El vacío estará cabrón.

     Se negaron a aprender u olvidaron lo elemental. Al PAN y al PRI no los derrotó MORENA, fueron vencidos por el peso de los muertos de la guerra al narco. Esas víctimas más las de estos 500 días y sumadas las del Covid-19, definirán la próxima elección federal.

www.gregorioortega.blog                                          @OrtegaGregorio

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