Aletia Molina
Desde su posición, Bejarano, uno de los hombres más cercanos al hoy Presidente, fue el principal promotor de las reformas sociales de su gobierno en la capital del país hasta que, por infortunio del destino, el 3 de marzo de 2004, en un programa televisivo se dio a conocer un video en el que se observaba cómo el empresario de origen argentino, Carlos Ahumada, le entregaba sendos fajos de billetes a Bejarano.
Se desató el escándalo.
Por aquellos días Rosario Robles era pareja de Carlos Ahumada y tras revelarse el video, presentó su renuncia al PRD, sin embargo, su nombre quedó asociado al video escándalo.
Por estos hechos, Bejarano estuvo preso del 10 de noviembre de 2004 al 6 de julio de 2005. Diversas investigaciones periodísticas revelaron que hubo otros políticos que presuntamente también recibieron dinero de Ahumada.
Entre la lista de “beneficiarios” del empresario se encontraba Carlos Imaz, esposo de Claudia Sheinbaum. Imaz, antes de retirarse de la vida política, reveló que el dinero pasaba por manos de Rosario Robles, entonces líder nacional del PRD.
La publicación de los “videoescándalos”, afectó la figura de Obrador y sus aspiraciones presidenciales, algo que hasta la fecha, según analistas, no ha perdonado el tabasqueño.
A decir de versiones periodísticas y varios columnistas, Rosario tuvo que estar enterada de los videos pues Ahumada era su pareja y se les veía juntos en todo momento. Primera traición.
Luego de la publicación de los videos, sin “mejores amigos” ni “novio”, Rosario Robles se apartó del PRD, hasta su regreso la escena política en el 2012, cuando reapareció de la mano del PRI de Enrique Peña Nieto. ¿La segunda traición?
En ese mismo año, AMLO abandonó al PRD y nació Morena, mientras tanto, Robles Berlanga fue designada como Secretaria de Desarrollo Social de la administración de Peña Nieto.
Robles, que se las ha visto muy duras desde entonces, enfrenta hoy a la ley por su presunta participación en la Estafa Maestra, delito que presuntamente cometió la exfuncionaria, según consideró el juez, incluyen dolo, malversación de recursos públicos y omisión ante posibles afectaciones a la hacienda pública.
De ser encontrada culpable (algo que seguramente nuestros ojos no verán), Rosario Robles podría enfrentar una pena de hasta 10 años de prisión.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el caso judicial contra Rosario Robles no es una campaña de linchamiento, y en una de sus mañaneras se negó a ofrecer una opinión personal sobre los problemas legales que enfrenta su exaliada política pero sí hizo una reflexión sobre la importancia de los principios y los ideales que deben de tener los servidores públicos.
«No caer en la tentación de la búsqueda del poder por el poder o el dinero, eso no es lo importante en la vida, lo importante en la vida es la honestidad, la integridad, el dejar ejemplo de rectitud a los hijos, eso es lo más importante, y se deben de resistir todas las tentaciones, no marearse con el poder, aún cuando dicen de que es muy difícil que la gente cambie, yo sostengo que sí se puede si está uno bien anclado, si tienes principios e ideales, se puede resistir todas las tentaciones del poder», dijo el titular del Ejecutivo.
El Presidente, sin omitir, otorgó. La malentendida “superioridad” que le ha dado el poder, lo sitúa en una posición donde tomar venganza parecerá que “no es su asunto”. Traición por traición, ojo por ojo, tal vez Rosario puede defenderse y su encarcelamiento está más negociado que el dichoso TMEC, sin embargo, la venganza para la que el presidente tuvo que esperar varios años, está en marcha.
Aletia Molina
@AletiaMolina1