viernes, abril 19, 2024

DEBATES Y DESLINDES: El mejor tirador

Por Gabriel Pereyra

Los enemigos de AMLO han llegado a una etapa en donde existe una competencia por escribir el artículo o comentario mas agresivo, violento o grosero. Dicho en correcto y culto español, pero con adjetivos despectivos al por mayor, con abusos y usos del lenguaje que no dicen nada y dicen todo. Evidentemente que son inteligentes y algunos de ellos venden cara su pluma. La mayoría de ellos escriben en el grupo Reforma y El Norte, cuyo director se caracteriza por mantener un tono insolente, retador y mal educado. La semana pasada Jesús Silva Herzog Márquez, que tuvo un abuelo extraordinario, el cual, siempre estuvo al lado de las causas del pueblo de México, escribió uno de los artículos más violentos de que se tenga memoria. Sus artículos los piensa una semana, este parece que los pensó un mes.

En una Mañanera, el Presidente explicó todos los mecanismos que tienen los mexicanos para protegerse: las vacunas, las cuarentenas, el cuidado personal, la atención oportuna médica y en tono de broma añadió “y el detente”, ante la sorpresa de los periodistas explicó a qué le llama “El detente”. Es una costumbre que tienen más del 70 por ciento de la población de México de traer consigo una amuleto o estampita con alguna imagen y alguna leyenda. “A mi, el pueblo de México me ha regalado algunos «detentes», añadió y saco de su cartera una serie de estampas. Sonrió, guardó sus amuletos y paso a otro asunto.

Sus enemigos y los que no lo son, se sorprendieron de esa cita, de una costumbre que tiene más del 70 por ciento de la población del país quien las guarda en su cartera, en su casa o en su coche. A partir de ese momento se inició una competencia brutal para ver quién hacía el mejor sarcasmo, la más virulenta nota, el mejor ataque en las redes. Para mí que la ganó Jesús Silva Herzog Márquez.

Herzog Márquez demostró que no entiende lo que dice el Presidente, quien le habla al 80 por ciento de la población en su lenguaje, con sus modismos, con sus propios códigos de comunicación; no entiende que es un gobierno popular del pueblo y para el pueblo, demostró que está lleno de prejuicios de clase, que es un fiel y rabioso defensor del neoliberalismo y que no le importa desprestigiar el apellido que con tanto cuidado mantuvieron su padre y su abuelo.

Mitad en broma, mitad en serio escribí una nota comentando que don Jesús Silva Herzog, el abuelo, quedó ciego. Este Herzog, el nieto, está sordo porque oye lo que le conviene y saca de contexto las palabras del Presidente de la República. Siempre aconsejo que en los momentos de furia uno cuide las palabras, habladas o escritas, porque sale la verdadera personalidad y en muchas ocasiones es mejor que la tuvieran escondida en lo más profundo de su alma y no tan a flor de piel.

Pero en fin, tenemos en México un crecimiento explosivo de científicos y especialistas de todo. No sé de dónde salieron tantos especialistas, epidemiólogos que opinan y santifican, especialistas en aeropuertos, en refinerías, en programas sociales. Cualquier nueva tarea que emprende esta administración surgen millares de críticos, especialistas en cualquier cosa con tal de sentenciar y estar en contra. AMLO, dice que no tiene enemigos, que tiene adversarios, pero con esos adversarios, más les valdría tener enemigos.

La oportunidad es Oaxaca.

Elliot Weimber en su libro “En busca del karma perdido”, “Karmic traces”, afirma que Oaxaca es el centro del universo, el sitio sagrado de la tierra y el ombligo del mundo, ideas que adoptó de D. Laurence, quien había visitado los sitios sagrados de la tierra en la India, el Tíbet y Asia. Llega a Oaxaca y confirma que nuestro Estado tiene una situación privilegiada en la cosmogónica mundial, de ahí que existan miles de climas, microclimas, grupos étnicos diversos, lleno de magia y que ésta región constituyen la mayor riqueza cultural del país.

Asistí a la ceremonia del natalicio de don Benito Juárez donde se renovó un fervor patrio, del que en ocasiones nos olvidamos, la figura de este hombre singular toma otra dimensión bajo el cielo oaxaqueño. Le permite a uno meditar sobre los esfuerzos titánicos que representó llegar a la Presidencia de la República, mantenerse en ella y derrotar al imperio francés. Admirar su tesón e inteligencia y su conciencia de que estaba escribiendo, no sólo su propia historia, sino la historia de un pueblo. Juárez resume los mejores virtudes de los hombres de esta tierra.

Por primera vez en la historia tenemos la oportunidad de remontar parte del subdesarrollo en que ha vivido Oaxaca. Se juntan dos elementos importantes, uno es un Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, que está empeñado en realizar programas sociales, obras y acciones que nos liberen del hambre, la enfermedad, la miseria y la ignorancia. En el año y meses que tiene como gobernante, el estado más visitado y al que ha traído mayor cantidad de obras y programas es Oaxaca, no pasa mucho tiempo entre visita y visita. El otro, es un gobernador sensible que tiene los conocimientos suficientes para ser la columna vertebral del desarrollo. El gobierno de Alejandro Murat, ha entrado en el tercer año trabajando en un inmenso territorio, con dinero del estado se ha fortalecido la construcción de carreteras y caminos alimentadores. Se ha mejorado el sector salud, con nuevos hospitales y brigadas médicas, se apoyó a las universidades, se sigue trabajando en la reconstrucción de los sismos y en la modernización del aparato administrativo.

Las visitas presidenciales son constantes y a todas las regiones. Siempre trae obras de beneficio colectivo o revisa como avanzan las obras. Las dos carreteras monumentales que comunicarán a la capital del estado con la costa en menos de tres horas. Las carreteras hechas con mano de obra de la región, administradas por las comunidades, han sido uno de los más grandes éxitos a nivel nacional. Los nuevos hospitales que las comunidades han exigido que se pongan en funcionamiento. Existe la reconstrucción del ferrocarril Salina Cruz -Coatzacoalcos que será un formidable mecanismo para unir los dos océanos.

Paradójicamente Oaxaca, en el subdesarrollo en que ha vivido, tiene ahora mayores ventajas comparativas que le permitirán desarrollar algunas zonas en este momento de crisis del capitalismo.

Por primera vez tenemos dos fuerzas convergentes empeñadas en sacarnos del subdesarrollo, aprovechémoslas. No permitamos que ningún liderzuelo se oponga a estos trabajos. Es el tiempo de Oaxaca, a pesar del coronavirus y la baja de los precios del petróleo.

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