Por Gabriel Pereyra
El otro lado de Venezuela.
México ha perdió a un gran ideólogo y educador que además era un excelente caricaturista. Eduardo del Rio, “Rius”. La historia de la izquierda en México no se entiende en su globalidad si no se conoce la acción didáctica y formadora de conciencias rebeldes y revolucionarias de este hombre que dedico parte de su vida a construir una conciencia del proletariado, (antes de la caída del Muro de Berlín) y del asalariado y del pobre que no sabe leer, ni escribir, pero entendía los “ monos” y caricaturas (Ahora con el neoliberalismo) Rius era un vocero de la clase media, de los pobres y de los pobres de extrema pobreza. Autodidacta, era uno de los hombres que con mayor profundidad y amplitud conocio diversas materias par poder ensenarlas. Era sin duda un caricaturista o “monero” a nivel mundial por su trazo y sus ideas. Formó parte de los grupos de izquierda de una de las fracciones del Partido Comunista Mexicano y durante varias décadas arrancó nuestras sonrisas con sus cartones. Nos enseñó y educo en lo que eran las ideologías y sus mecanismos de control. Rius era irreverente, ateo, político de izquierda, en serio, naturista y gran educador. Su forma de enseñar fue a través de la caricatura en los medios masivos de impresión. Empezó a trabajar en la agencia Eusebio Gayoso una funeraria y a publicar en el Ja Ja una revista inocentemente picaresca, trabajo en Política, la revista de Marcue Pardiñas y en diversos periódicos nacionales, era el editorialista grafico de la Revista Proceso y creo una serie de publicaciones desde una perspectiva crítica y satírica con un extraordinario ingenio e inteligencia. Era inmensamente culto, leído y escribido. Sus temas fueron la historia, la religión, la ecología, la explotación de los trabajadores, las ideologías, todos tratados en forma de comics, que era la forma más didáctica de llegar a los lectores. Los temas fueron tratados en una nueva expresión de la caricatura política que es una forma de hacer periodismo más agudo y más peligroso para el autor.
Los Supermachos y Los Agachados son sin duda sus obras maestras en materia de análisis de los problemas sociales, económicos y políticos del pueblo de México. Partiendo de la llegada de los españoles Rius llega al tiempo presente con Calzonzin, envuelto en una cobija eléctrica o don Perpetuo del Rosal representante de los caciques que todavía soportamos.
La muerte de Rius le da a Dios la gran oportunidad de demostrar su existencia y su misericordia. Como Rius era ateo, seguramente que lo habrá esperado a la entrada del cielo y si existe, le dijo: “Que pendejo fuiste en no creer en mí, como si existo y soy misericordioso, entra al cielo y con las nubes, planetas y pizarras del infinito dibuja esos monotes que hacías en la tierra y llena el paraíso de lo que debe de estar hecho, de sonrisas y de libres pensamientos, de caras alegres y de mentes críticas y lucidas porque aquí sí está el suelo parejo para todos”
Como recordar a Rius ahora, leyéndolo, releyéndolo, regalando a los jóvenes sus libros que son fáciles de leer y de asimilar. Hay están: Rius para Principiantes, Los supermachos, Los agachados, 500 años fregados pero cristianos, Filosofía para principiantes, La panza es primero, Marxs para principiantes, Mis confusiones. Memorias desmemoriadas, son algunos títulos que me vienen a la memoria. Recordemos con una sonrisa al maestro de izquierda del siglo XX y XXI de los mexicanos, su tarea se compara con los Flores Magón que despertaron las conciencias de los revolucionarios a principios del siglo XX o la de Madero que con un libro incendio al país. Cuando se mire con una distinta perspectiva la historia contemporánea de México la figura de Eduardo del Rio, Rius, como educador estará a la altura de los grandes pedagogos mexicanos, de los grandes revolucionarios y de los hombres que se enfrentaron con inmenso valor y dignidad a la dictablanda mexicana.