viernes, marzo 29, 2024

DEBATES Y DESLINDES: La otra lectura

Gabriel Pereyra

 

Me los imagino tomando coñac en el lugar donde los citó Carlos Salinas de Gortari. Convocados por Emilio Gamboa, quien reservó la suite Diego Rivera en el hotel Presidente, desde donde se domina toda la Ciudad de México, el epicentro del patrimonio en disputa. Llegaron el peloncito de Acción Nacional, Ricardo Anaya; el senador Roberto Gil Zuarth, quien tiene fama de buen operador; Diego Fernández de Cevallos y el extraño presidente del PRI nacional Enrique Ochoa Reza.

 

El objetivo era uno solo: iniciar una campaña contra Andrés Manuel López Obrador, porque todo parece indicar, según las encuestas, que la aceptación del presidente de Morena había subido demasiado. Andrés Manuel capitalizando los errores de Enrique Peña Nieto y la presencia de Donald Trump, en el escenario internacional, se ubicaba como el puntero en la elección presidencial de 2018 y de seguir así, sería imparable, finalmente llegaría a ser presidente de México.

 

Un grupo de estrategas opinaron que de seguir así era imposible bajarlo, más tarde de la aceptación de la gente. En el 2018 se les podía escapar y llegar a la presidencia, en ese caso, se caía el castillo de naipes que a sangre, corrupción, robo, fraude, cohecho y violencia han levantado.

 

Había que realizar la campaña más violenta que se hubiera dado en México por una justa electoral, inventar todas las mentiras posibles, acusarlo hasta de haberse comido niños crudos en su juventud.

 

El ataque debería ser en varios frentes.

 

Héctor Aguilar Camín, inteligente como es, oportunista e intelectual orgánico, se encargaría de analizar sus textos y darles respuesta, a través del brazo armado del gobierno federal para estas campañas: la empresa Televisa.

 

El PRI haría el trabajo sucio y el PAN modernizaría la campaña que le dio tanto éxito hace 6 años afirmando que Andrés Manuel sería un peligro para México. Éstas serían las grandes líneas de una tarea total y completa en medios impresos electrónicos, redes sociales, poner en marcha a los periodistas que cobran en el sistema, para dar línea a los que no cobran, pero siguen la voz del amo. Cada uno tendría un área que atender.

 

La campaña se realiza también extramuros. Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio Tizapa, que está dispuesto a reclamarle públicamente a todo el mundo la pérdida de su hijo, aceptó darle una variante a sus demandas y acusar a López Obrador de la muerte de los 43 estudiantes, porque dio su apoyo al ex presidente de Iguala, Abarca y al ex gobernador Ángel Aguirre.

 

Brinco intelectual sin red protectora que acompañado de fotografías tenía como único objetivo sabotear la gira de Andrés Manuel en los Estados Unidos, su presencia en la ONU y en la OEA. Ya no importaban los muertos, ahora lo que importaba era descarrilar al Peje.

 

Este pobre hombre que perdió a su hijo en Ayotzinapa, es víctima de los enemigos de Andrés Manuel Lopez Obrador, que no dudan en utilizarlo para que aparezca en un mitin y sabotee la reunión. La medida burda tiene un efecto mediático, los textos y las imágenes se sacan de contexto y aunque no se la traga nadie, se utiliza para que los personeros del grupo reunido en la suite del Hotel Presidente, elaboren en las redes todo tipo de mensajes.

 

Antonio Tizapa muestra con su insistencia y reiteración que está dispuesto a cumplir con lo que le indicaron, llevar su tarea hasta el fondo, sale e increpara Andrés Manuel en su coche, busca que lo lastimen, que se caiga al suelo y aparentar que sufre una agresión. No se da cuenta que en su terquedad muestra los billetes y las promesas que le han hecho para que sabotee la presencia del Presidente de Morena en la urbe de hierro.

 

Se le pidió que lo acose y lo provoque; que trate de obligarlo a que pierda la calma y haya violencia, sólo faltó que agrediera físicamente al “Peje”. Antonio Tizaya tuvo miles de oportunidades de reclamarle aquí en el país lo que quisiera a Andrés Manuel y a quien quisiera, como lo han hecho los otros 42 padres ofendidos y como los hemos hecho los mexicanos lastimados con este acto de barbarie, pero no hubiera tenido el efecto mediático que tuvo.

 

Se olvidan que un hecho tiene múltiples respuestas, también se exhibieron quienes no dudaron en utilizar el dolor de un padre, un hombre que es capaz de vender su alma al diablo con tal de vengar, aunque sea mediáticamente a su hijo.

 

Habrá que preguntarse ¿quién lo llevó a Nueva York?;?quién pagó su hospedaje?;¿quién le dio las fotos que mostró? y finalmente ¿qué le ofrecieron?. En cuánto vendió su pérdida. Estamos ante un triste caso de ver cómo utilizan a un hombre y éste, cómo llega a la resignación que de lo perdido lo que aparezca. El show fue demasiado burdo.

 

Desgraciadamente estamos entrando a una etapa de México y de la política en que la brutalidad, las mentiras, la violencia y el engaño son las variables más usadas.

 

Retornarán los asesinatos como el de Ruiz Massieu, las desapariciones, como la del diputado Núñez, hechos como el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

 

Los actores de esa etapa de México, están vivos y llenos de intereses. Dispuestos a todo con tal de no perder el poder de la firma del presupuesto. Como vemos, hoy como siempre en la lucha por el poder no hay compasión, ni siquiera para el dolor y la orfandad de un padre desesperado. Al cual utilizaron con una frialdad quirúrgica, brutal y burda.

 

ggpereyra@hotmail.com

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