Carlos Galguera Roiz
Esta mañana – ¿madrugada? – caminaba a la estación de bus en Llanes, eran las 6.30, tenía planeado día en Oviedo, muchas actividades, incluida comida-foro mensual que mantenemos 4 Ingenieros amigos, charla de todo menos temas técnicos, siempre interesante…
El pequeño trayecto, mil veces recorrido, desde mi casa a la estación me lleva, quinientas veces medido, 7-8 minutos
De repente, a 1 minuto del destino, me doy cuenta que he olvidado el móvil en mi apartamento. Un momento de duda, calculo rápido de tiempos y distancias…, pero en seguida se abre paso una decisión: iré sin móvil, estaré este aparatito, que parece un instrumento “sine qua non”, probaré…
Tengo citas fijadas, lugares de reunión…, si hay cambios no podré enterarme, estaré ilocalizable, riesgo asumido
Transcurrió el día con fuerte actividad, sin contratiempos horarios, reuniones, gratas, secuencias bien jalonadas…
He vuelto en bus después de la comida, vehículo grande, hace trayecto Santiago de Compostela – Irún; en 1 hora 18 minutos estoy en mi guarida llanisca; la ida, por la mañana duró 1 hora 45 minutos.
Estoy en casa, día delicioso, tiempo espléndido, te va adjunta, a ver si la puedes ver, una foto de la inscripción en el Palacio del Ayuntamiento, sobre Oviedo
Comparto contigo este acontecimiento planetario, he pasado el Día sin móvil y he sobrevivido…
Me siento fuerte, casi invencible…