CHETUMAL, Q. R.- Por medio de un trabajo en conjunto entre los tres niveles de gobierno, y la permanente coordinación existente entre la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Marina y las policías federal y estatal, se ha logrado disminuir el tráfico aéreo de narcóticos en Quintana Roo.
De acuerdo con Sol Quintana Roo, en lo que va del año se han registrado tan solo cuatro eventos de narcoavionetas cerca del territorio quintanarroense, en los que únicamente en uno de estos se logró el decomiso de la droga. Esto se realizó tras el aseguramiento de una avioneta en el territorio de Chiapas, cuando se dirigía al municipio de Othón P. blanco.
Pese a la reiterada coordinación gubernamental, lo cierto es que la presencia de ese tipo de aeronaves, procedentes de Sudamérica no cesa y siguen llegando a la frontera sur de Quintana Roo y hasta los estados de Tabasco, Yucatán, Campeche y Chiapas.
A pesar de la participación activa y la coordinación de las autoridades militares, navales, estatales y locales, la Base de Intercepción Aérea de la FGR en Chetumal guarda silencio en torno a los casos registrados, tanto que ni siquiera informa si se crea o no la obligada carpeta de investigación.
Es necesario recordar que en septiembre de 2019 el entonces delegado de la Subsede de la Fiscalía General de la República en Quintana Roo, Javier Ocampo García y también el fiscal Enrique Pérez García, fueron destituidos por nexos con el crimen organizado, donde también renunció una semana antes la subdelegada Bertha Reyes, por sospechas de mantener vínculos con las bandas de drogas.
Lo que dejó en claro que existía corrupción dentro de la subdelegación a favor de la delincuencia organizada, situación que al parecer prevalece, puesto que, la “lluvia” de narcoavionetas continúa en la zona, sin importar los esfuerzo de militares y marinos, a la vez que continúan otros ilícitos del orden federal dentro de la entidad como extorsiones, secuestros y trata de personas.
En palabras de distintos expertos, incluso de la DEA, las aeronaves cargadas con toneladas de droga que llegan a México no son un fenómeno nuevo, pero el arribo de las mismas va en crecimiento, debido a la falta de controles efectivos y la carencia de instrumentos y herramientas necesarias, pues los radares no logran cubrir todo el territorio nacional, así como en la península no se cuenta ni con personal ni con aviones adecuados para las persecuciones.
NARCOJETS EN LA FRONTRA SUR DE QUINTANA ROO
A finales de este mes de julio se han reportado dos eventos relacionados con el traslado aéreo de droga. Tan solo el día de ayer, 28 de julio, se localizó un narcojet abandonado en la frontera entre Belice y Guatemala, el cual presuntamente fue usado para el transporte de droga, puesto que se encontraron en su interior bolsas utilizadas para su traslado, sin embargo, no se pudo detener a algún responsable.
Dos días previos se reportó el aseguramiento de una narcojet por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), el avión tipo Lear Jet transportaba 800 kilos de estupefacientes y sería propiedad del cártel de Caborca, mismo que fue identificado cuando se disponía a aterrizar en una comunidad de Othón P. Blanco, por lo que fue perseguido por avionetas de la Fuerza Áerea Mexicana.
El narcojet se vio en la necesidad de aterrizar en la comunidad de Benemérito de la Américas, Chiapas, donde los pilotos huyeron, presuntamente ayudados por los pobladores.
Se tiene conocimiento que en el año 2021, al menos unas 348 aeronaves traspasaron el territorio aéreo del estado, las cuales pasan desapercibidas por las autoridades, quienes son superadas en tecnología por los grupos criminales.
Continuamente, estas aeronaves son abandonadas y quemadas para evitar el rastreo de su origen por medio de su matrícula, la cual termina por revelar su paso por distintos aeropuertos nacionales e internacionales.
Tal es el caso registrado en septiembre de 2020, cuando por medio de investigaciones periodísticas de Sol Quintana Roo en torno a la aeronave Hawker 800, matrícula N796CH, la cual aterrizó en Bacalar, se identificó su itinerario y las empresas que habían sido dueñas, así como sus proyectos de viaje.
Esta aeronave había pasado por Ciudad del Carmen, Campeche, desde donde salió a Chetumal. Semanas antes voló de la Ciudad de México hacia Tampico Madero, Tamaulipas.
Y había pertenecido a cuatro empresas privadas, entre estas a Palmetto Aviation, James C. Richardson, Pierre Food y a Columbia Hilla Aviation, todas compañías norteamericanas.
Con lo que se explica el porqué del intento de desaparecer cualquier característica que pueda conducir a una identificación del vehículo, ya sea incinerándola o borrando la matrícula, incluso alterándolo para no ser localizada por los servicios de los aeropuertos.
En otros dos casos que van del presente año, el pasado 27 de junio se registró un aterrizaje en el distrito de Toledo, cerca del área de Sundaywood, Belice, donde únicamente se encontró la aeronave abandonada y quemada, sin que se pudiese identificar a los tripulantes, ni la cantidad de droga transportada.
Este se sumó al narcojet localizado el 3 de marzo tipo Grumman Gulfstream G-III, con matrícula N377LR cerca del Río Monkey, la cual habría sido usada para transportar aproximadamente una tonelada y media de cocaína, sin embargo, al momento de su localización se encontraba vacía y sin testigos del aterrizaje.
Los narcojet son utilizados para traficar droga, ya que son fácil de obtener, difíciles de rastrear y detectar por su vuelo raso, así como su mayor capacidad y combustible, lo que les da más autonomía de vuelo, además de ser más veloces que las avionetas.
Dentro del estado de Quintana Roo se realizan recorridos terrestres por parte del ejército Mexicano para detectar el acondicionamiento de pistas y a aquellos que pudieran estar relacionados con la delincuencia organizada.
De igual forma se realizan esporádicos sobrevuelos de patrullaje, tanto en el día como en la noche, con la finalidad de interceptar vuelos que trafique droga y evitar que logren aterrizar en el territorio nacional.
Por otra parte, los grupos de inteligencia militar realizan labores de campo para ubicar refugios como ranchos o viviendas utilizadas por los narcotraficantes, en donde se ha revelado que tanto en la ribera del Río Hondo, como en la vía corta a Mérida; en el municipio de Bacalar, el Cártel de Sinaloa es el principal receptor de narcoavionetas traídas de Sudamérica.
Por medio de la atención a reportes de supuestos aterrizajes de avionetas con cargamentos de droga se han ocasionado enfrentamientos entre las fuerzas armadas y los grupos criminales, como el ocurrido el 5 de julio de 2021, cuando un helicóptero artillado de las fuerzas armadas disparó contra un Jet Hawker 700, el cual fue confiscado por la FGR.
CASOS EN BELICE
Sumado a los dos casos mencionados en 2022, el país de Belice durante 2021 registró una mayor actividad del tráfico aéreo de narcóticos, por ser un punto intermedio entre México y Sudamérica, para finalmente trasladar la droga a los Estados Unidos.
Entre los casos registrados el año pasado se encuentra, el registrado el 29 de enero cuando se realizó la detención de nueve personas, de las cuales seis eran elementos de la policía, quienes transportaban 25 paquetes de supuesta droga. La localización se realizó a 40 kilómetros de la comunidad La Unión, cerca de The Lemonal, Belice.
El 5 de febrero, un avión tipo Cessna se encontró quemado cerca de nuevo Tabasco, Bacalar, cerca de la zona limítrofe con Campece, el cual habría sido usado para transportar droga proveniente de Sudamérica.
Para el mes de marzo, se registraron 3 eventos relacionados con el transporte de drogas, el primero tuvo lugar el 4 de marzo en el distrito de Corozal, donde se aseguraron 700 libras de marihuana, estas se encontraron dentro de una camioneta abandonada y donde se confiscaron en su interior armas largas, así como municiones.
Para el 5 de marzo, una aeronave tipo Cessna T210 aterrizó de emergencia en la región de Blue Creek, distrito de Orange Walk, en donde se localizaron 0.6 gramos de cocaína, equipos de navegación satelital y bidones de gasolina, los dos tripulantes eran originarios de Uruapan, Michoacán, quienes fueron detenidos por las autoridades.
Mientras que el 7 del mismo mes, se halló otro avión tipo Baron Beechcraft en la zona de Pine Ridge, al sur de Belice, en lugar de encontraron únicamente 12 contenedores vacíos, por lo que se presume que se había descargado droga en el sitio.
Ya en junio se descubrió una nueva narcoavioneta en la zona de manglares de la aldea Monkey River, completamente abandonada y vacía, por lo que la droga, de nueva cuenta, fue descargada con éxito.
En el mes de octubre se tuvo el registro de un jet cerca de la villa Little Belice, la cual se encontró calcinada y sin indicios de los responsables ni de la materia transportada.
Durante noviembre al menos 3 eventos tuvieron lugar en el país caribeño, donde únicamente se logró el aseguramiento de la droga en el primero, este ocurrido en 4 de noviembre, cuando un jet bimotor aterrizó de emergencia en la Autopista Sur de Golden Stream Village, donde se confiscaron 22 fardos de cocaína que tenían como destino Estados Unidos.
Un avión más se quemó en la zona de Kanatik, distrito de Stann Creek, el 25 de noviembres; mientras que para el 27 del mismo mes se reportó el hallazgo de una narcoavioneta en el área de Hidden Valley de Mountain Pine Ridge, distrito de Cayo, en donde se detuvo a un policía de origen mexicano, quien habría participado en la actividad delictiva.