viernes, abril 19, 2024

Confirmado: NO existe el gen de la homosexualidad

CIUDAD DE MÉXICO, 30 de agosto (AlMomentoMX).— En 1993, una investigación publicada en la revista Science causó revuelo en la comunidad científica: vinculó la homosexualidad con una región del cromosoma X –el cromosoma que heredamos de la madre–. En esa ocasión, los  científicos analizaron 40 parejas de hermanos gemelos homosexuales y descubrieron que 33 tenían los mismos cambios en la parte final de su cromosoma, en el marcador genético Xq28. De esta forma se reforzaba la teoría de que los genes influían en gran medida en la conducta sexual.

Como ocurre con otros rasgos humanos, como podría ser la altura, la conducta sexual se explica como una compleja suma de varios factores

Sin embargo, ahora un equipo de científicos realizó el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre la influencia de la genética en el comportamiento sexual. Estudiaron a casi 500 mil personas, 100 veces más que el mayor trabajo previo. Y ha revelado que no existe un gen de la homosexualidad. “Nuestra investigación muestra que no hay un único gen gay, sino más bien muchísimos genes que influyen en la probabilidad de que una persona tenga parejas del mismo sexo, explica el genetista Brendan Zietsch, director del Centro de Psicología y Evolución de la Universidad de Queensland.

El estudio, el más amplio realizado hasta el momento en este campo y publicado en la revista Science, concluye que las variaciones genéticas explican solo una pequeña parte del comportamiento sexual entre personas del mismo sexo, poniendo de relieve la complejidad de la sexualidad humana. Por tanto, no sería posible predecir o identificar la conducta sexual atendiendo solo a estas variaciones en los genes.

Dos manos unidas

El Estudio

Para este estudio, los investigadores analizaron la información que 477 mil 522 personas —con un promedio de edad de 51 años— proporcionaron sobre su comportamiento sexual y la compararon con millones de marcadores de ADN de sus respectivos genomas, recogidos por el UK Biobank —biobanco del Reino Unido— y la compañía 23andMe,Inc.

Un equipo internacional de científicos ha estudiado a casi 500 mil personas, 100 veces más que el trabajo previo más amplio

En el caso de los participantes de Reino Unido, la pregunta que se les hizo fue: “¿alguna vez ha tenido relaciones sexuales con alguien del mismo sexo?” En cuanto a los participantes de EE UU, completaron una encuesta que incluía preguntas sobre identidad sexual, atracción, experiencia sexual y fantasías. En total, 26 mil 827 personas indicaron haber tenido relaciones sexuales con gente del mismo sexo (más de un 5% de la muestra). Los autores replicaron los análisis con información de tres bases de datos más pequeñas.

Los científicos descubrieron miles de marcadores genéticos  —fragmentos de ADN que varían de persona a persona— relacionados con este comportamiento, aunque solo cinco lo estaban más significativamente. Sin embargo, comprobaron que cada marcador tenía un efecto muy pequeño por sí solo, es decir, que cada uno contribuyó muy poco a la conducta sexual (menos del 1 por ciento, sumando los cinco marcadores).

Sobre los cinco marcadores genéticos identificados, uno de ellos está relacionado con la calvicie, lo que, según los autores, sugiere que la regulación de las hormonas sexuales (que tienen que ver con la pérdida del cabello) podría estar involucrada con este tipo de comportamiento sexual. Otro está vinculado con el olfato, importante para la atracción pero cuyo papel en la conducta sexual aún se desconoce. Sin embargo, ninguna de estas variantes genéticas está relacionada con el cromosoma X, refutando de nuevo la controvertida investigación de 1993.

Las variantes no definen el comportamiento

Es importante recordar que estas variantes genéticas por sí solas no definen el comportamiento sexual de alguien”, recalcan los autores. Como ocurre con otros rasgos humanos, como podría ser la altura, la conducta sexual se explica como una compleja suma de varios factores: cientos o miles de variantes genéticas (cada una con un efecto muy pequeño), el entorno y las experiencias vividas por una persona.

“Podemos decir con seguridad que no hay ni un solo determinante genético, ni un solo gen para el comportamiento o la orientación sexual hacia el mismo sexo”, apuntaron los científicos. Es decir, “es básicamente imposible predecir la actividad sexual o la orientación de una persona por su genética”. Así, factores como el ambiente, la educación, la personalidad, la crianza, son mucho más influyentes en la elección de una pareja sexual.

Los científicos confían en que, a partir de ahora, se pongan en marcha estudios con muestras de población más grandes que permitan comprender mejor la interacción entre el entorno y los genes, para obtener más información sobre la complejidad de la genética de la conducta sexual. “Esperamos que nuestros resultados ayuden a reformular la manera en que se mide el comportamiento sexual y que se haga en colaboración con la comunidad LGTB+ y los grupos de interés”, concluye le estudio.

Aquí el estudio en la revista Science 

AM.MX/dsc

Artículos relacionados