jueves, enero 16, 2025

CONCATENACIONES: Enojo social

Fernando Irala

Al enojo social se han referido, primero, el Presidente de la República, y más tarde, el precandidato de su partido que aspira a sucederlo.

Pero mientras el Presidente señala que esa irritación puede nublar la vista e impedir apreciar los avances y el desarrollo logrado, su hombre en campaña intenta explorar los orígenes del malestar, y asevera que éste se debe a la inseguridad y la corrupción.

Así, en tanto en un caso la recomendación es calmar la angustia y la preocupación para poder observar lo bien que va el país, a los ojos del abanderado priísta la situación requiere cambios críticos y urgentes, que incluso no pueden esperar los pocos meses que nos separan de la jornada electoral.

No es extraño que el diagnóstico coincidente derive en tratamientos diferentes. Peña Nieto debe suponer que todo se ha hecho bien en su gobierno, por lo que el enojo ciudadano es más bien un berrinche caprichoso que nos impide ver la realidad.

Para Meade, puesto ante el reto de capturar la confianza ciudadana y ganar la votación de julio próximo, resulta imperioso ubicar las causas e intentar una estrategia para revertir el rechazo a su partido adoptivo.

Quien se enoja pierde, reza el viejo dicho, pero lo cierto es que una ciudadanía disgustada emitirá un voto de castigo contra quien identifique como la raíz de su enfado. Y lo hará perder.

Una reflexión elemental alertaría a los votantes sobre el riesgo de definir su sufragio a partir de una exasperación irracional. Pero en tiempos de disputa electoral la racionalidad no siempre triunfa. Muchos expertos advierten que el voto popular se guía sobre todo por factores emocionales, y que su expresión puede ser literalmente visceral; en las urnas se manifiestan el corazón, el hígado o el estómago, o una mezcla de ellos. El cerebro puede quedar fácilmente en segundo plano.

Ni los consejos presidenciales de ver claro, o los del precandidato del PRI de promover cambios legales urgentes ahora que ya no hay tiempo, parecen un remedio viable frente al reto que tienen frente a sí, y que deberán resolver en los siguientes meses: cómo convencer a una ciudadanía agraviada, por estos días seducida por el viejo populista que promete volver al pasado de donde nunca debimos salir, o estupefacta ante el absurdo de que lo que resta de la antigua derecha se alía con lo que queda de una izquierda desdibujada.

Parece una tarea complicada, por decir lo menos.

Cuauhtémoc da un paso firme hacia la paz con nueva estrategia

Con acciones en seis frentes prioritarios, la iniciativa busca recuperar espacios públicos, fomentar la participación ciudadana y mejorar la seguridad a través de la proximidad policial y el combate a la extorsión.

Artículos relacionados