jueves, marzo 28, 2024

Concatenaciones: Derrota anunciada

Fernando Irala

Sin conocerse con precisión los números finales de la elección en cuatro entidades este domingo, el balance que ya puede establecerse es el del retroceso del partido en el poder a un escenario que augura su inevitable derrota en 2018.

Aunque pudiera retener el estado de México, cuyos resultados apuntan a un empate entre priístas y morenistas que se decidirá en los tribunales, en Nayarit, Coahuila y Veracruz las primeras informaciones describen un avance consistente de los panistas, la fuerza que había caído hasta el tercer lugar en los pasados comicios presidenciales.

Como se quiera ver, no hay sorpresas. Sorprendente hubiera sido que el priismo no sufriera un voto de castigo, luego de que la población vive asolada por la inseguridad, la pobreza y la desigualdad económica.

En la entidad mexiquense la tragedia priista parece concentrarse. Pese al despliegue de recursos federales, éstos no fueron suficientes para hacer ganar con solidez al candidato del régimen.

Si Del Mazo ganará por un pequeño margen, sus adversarios, particularmente Andrés Manuel López Obrador, tienen una larga experiencia para la generación de un conflicto postelectoral que volverá imposible un gobierno acusado de origen por la sospecha de un fraude y una elección de Estado.

Si es Delfina quien ganase, así sea por unos pocos votos, la lógica imperará a la inversa: no habrá fuerza que le arrebate su triunfo, pues se asumirá que ha ocurrido pese a que el gobierno federal operó con dinero y programas para mantener el antiguo sistema.

Lejos está el escenario de hace seis años, cuando la fatiga por dos sexenios panistas de decepcionantes resultados, hizo crecer la figura de Enrique Peña Nieto como una carismático líder que encabezaría el retorno de quienes sí sabían gobernar.

Pero los que sabían ya habían muerto o se habían retirado y los jóvenes que asumieron el poder lo hicieron con una mezcla de torpeza en la estrategia, ambición de enriquecimiento personal y mala suerte en la geopolítica.

Hoy, la elección reciente ha marcado el final adelantado de una camada política que pudo haber hecho historia, pero que en conclusión sólo contribuyó al desencanto y el hartazgo de la ciudadanía.

Ni modo.

 

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