viernes, marzo 29, 2024

CONCATENACIONES: Año de pérdidas

Fernando Irala

Transcurren los últimos días de un año terrible, tal vez más de lo que lo fue su antecedente, 2020, aunque probablemente no nos lo parezca así, porque el transcurso del tiempo opera como una especie de acostumbramiento a la calamidad.
El flagelo de mayor peso es desde luego la epidemia del Covid, la cual cobró a lo largo del año pasado más de 127 mil muertes en México, dos veces el nivel de catástrofe, según la definición en su momento inicial del doctor López Gatell.
Este año cerraremos con una cifra acumulada que roza los 300 mil fallecimientos, en los datos aportados día a día por las autoridades de Salud, aunque en paralelo otras cifras también oficiales muestran un exceso de mortalidad respecto a lo normal de más de 600 mil decesos. Hemos sumado en la pandemia cinco o diez catástrofes, como se quiera verlo, y a estas alturas todos guardamos recuerdos de amigos o familiares que murieron anticipadamente en esta etapa.
Y la tragedia se ha desbordado a otros ámbitos. La economía se ha contraído respecto al tamaño anterior a la pandemia. De hecho, hoy en casi todas las variables la producción nacional es menor al nivel que tenía en 2018.
Además, somos más habitantes ahora. Lo cual quiere decir que todos somos proporcionalmente más pobres. Con toda claridad, los datos de INEGI muestran que la pobreza extrema y la no tan extrema han crecido en los años anteriores.
Sin embargo, ni la parálisis económica ni las etapas de reclusión en casa han impedido que la violencia y la inseguridad continúen su imparable crecimiento. Desde la violencia doméstica hasta la derivada del crimen organizado han aumentado. En los pasados tres años han fallecido de manera violenta más de cien mil personas, la cifra más alta en lo que va del siglo.
En esa dinámica, el sistema de salud, que nunca mejoró, se hizo trizas con la pandemia, y hoy se encuentra en el peor nivel de muchas décadas.
El sistema educativo, entre la pandemia, la contrarreforma y las concesiones a corrientes sindicales extremistas y chantajistas, es igualmente zona de desastre, lo que ya indican algunas evaluaciones y se hará muy evidente en un futuro próximo.
Tal es el contexto al cierre de año. De las perspectivas para el siguiente hablaremos en breve.

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