Por Gustavo Rentería*
Salvo honrosas excepciones los candidatos sorprenden al electorado. Somos, los mexicanos, aunque sea la primera vez que votemos (18 años de edad) viejos lobos de mar, es decir, conocedores expertos de nuestros políticos.
A veces, un buen desempeño en un debate, el trabajo de 18 horas diarias, o la empatía mostrada en campaña, logra que un elector cambie de parecer; es decir, que en un principio de la contienda iba a sufragar en favor de alguien, y en la intimidad de la urna vote por otro.Pero las mayorías ya conocemos a la mayoría de nuestros políticos, y los nuevos, no más no levantan.
Eso sí, los aspirantes a un puesto de elección popular creen que somos idiotas: que si votan por mí, habrá seguridad, empleo, agua y hasta llegarán las inversiones. O si me apoyan, los negocios florecerán, aparecerán universidades como hongos, y todas las calles estarán pavimentadas. Pamplinas, los idiotas son ellos, sin importar la ideología, o el partido, o la coalición que los postula.
En los spots y anuncios en espectaculares, se desnudan ante el electorado: se sobremaquillan, porque intentan tapar sus deficiencias de conocimientos; se peinan como artistas, porque la política la ven como un espectáculo grotesco para robar; y sonríen de más, porque saben que millones estamos encabronados por su falta de resultados, y su pasado corrupto.
Creen que con una entrevista en la radio, un minuto en televisión, o una mención en una columna en prensa, conquistarán el corazón de su pueblo, mientras los votantes, ya tienen muy definido su voto.
Así es, los mexicanos iremos a las urnas, y un mes antes de la jornada, ya tenemos muy definido nuestro sufragio; quien asegura que hay muchos indecisos, le sirve al segundo o tercer lugar, que va muy abajo del primero.
Que se cerró o cerrará la elección, que caballo que alcanza gana, que una encuesta que le mandó el compadre a un amigo (pero que es secreta y que se maneja en Palacio Nacional) dice esto y aquello. Que nadie se haga, usted que lee estas líneas, ya sabe por quién nunca votaría.
Hoy iremos a las urnas para destrozar a la 4T o para apoyar el movimiento de AMLO; claro, en el ámbito local, juegan otros elementos, porque conocemos el quehacer de los que buscan ser nuestros alcaldes y diputados locales, o de plano, no tenemos ningún conocimiento de ellos.
Por ejemplo ¿sabe quiénes aspiran a representarlo en los congresos federal y local? Seguramente no.
El futuro del país depende de cómo quede conformado San Lázaro en el próxima legislatura, y muy pocos saben quién quiere representar nuestro respectivo distrito sentado en una curul.
Tampoco que nadie se engañe: los indecisos en el último momento definirán los resultados. Falso. En muchas encuestas (las bien hechas claro, y no las de empresas que nacen y mueren durante los meses de elecciones) se deja claro que un muy buen numero personas no saldrá a votar, es decir que el abstencionismo podría rebasar una vez más el 55 por ciento.
Pero eso sí, los video-escándalos fundamentados cambian el rumbo de las elecciones. Por ejemplo, el candidato del PRI acusó que es una mentirosa la candidata de Morena en Nuevo León; ella siempre negó que conocía a un criminal, y millones vimos que era su ídolo. AMLO ya sabe que aquel gran estado del norte del país será para un partido distinto a la 4T.
Las preguntas que debemos hacernos -porque la tendencia está muy clara en todo el país (por ejemplo ya nadie le quita a el PAN la gubernatura de Querétaro con el candidato Kuri)- son ¿qué video nos faltan ver?
¿Hay más familiares recibiendo dinero? ¿Aspirantes conviviendo con narcos? ¿Casas o departamentos en Miami, cuando su bandera es la honestidad? ¿Estados de cuenta propias de magnates, cuando sus declaraciones patrimoniales hablan de pobreza inexplicable? ¿Más entrega de maletas?
La posible detención del gobernador de Tamaulipas (recientemente desaforado por la Cámara Baja, y apoyado por su congreso local) podría tener efectos rumbo al 6 de junio, al igual que más detenidos, por el caso Odebrecht. ¿Nos dirán la verdad sobre Ayotzinapa antes de las elecciones? ¿O acaso la oposición tiene una bomba nuclear contra AMLO? ¿El Gobierno de la República tiene una bomba atómica contra Va por México?
Si no sacan algo rápido y contundente claro -uno y otro bando- todo indica que las cosas serán como lo indican la mayoría de las encuestas.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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