CIUDAD DE MÉXICO, 14 de noviembre (AlMomentoMX).- El ingerir alimentos con calma es fundamental para la salud, revela un nuevo estudio presentado en California en la reunión anual de la Asociación de Cardiología de Estados Unidos.
De acuerdo con el documento, engullir la comida y devorarla con rapidez aumenta cinco veces el riesgo del llamado síndrome metabólico, un término genérico que describe enfermedades como obesidad, presión alta y niveles elevados de colesterol. Esto se debe a que al comer velozmente no damos a nuestro cerebro el tiempo suficiente para registrar que estamos satisfechos.
El estudio fue presentado por el cardiólogo Takayuki Yamaji, de la Universidad Hiroshima en Japón, quien siguió durante cinco años a más de mil personas (642 hombres y 441 mujeres) consideradas saludables.
Yamaji dividió a los individuos en tres grupos de acuerdo a la velocidad con que ingerían sus alimentos. Durante el período de cinco años, el 11.6% de los que comían más rápido desarrollaron síndrome metabólico.
El porcentaje fue considerablemente mayor que el registrado en los otros dos grupos. Entre quienes ingerían alimentos a velocidad media el riesgo fue de 6.5% y en el caso de los que comían más despacio el riesgo fue de apenas 2.3%.
Todo indica que “comer más despacio sería un cambio en el estilo de vida que es crucial para prevenir el síndrome metabólico”, destacó Yamaji, por lo que recomendó comer lentamente y sin distracciones y evitar sentarse en el almuerzo o la cena frente a la televisión.
“Cuando las personas comen muy rápido tienden a comer en forma exagerada porque no se sienten llenas”, agregó el científico nipón, quien además señaló que comer rápido causa fluctuaciones en los niveles de glucosa que pueden llevar a la resistencia a la insulina.
Un estudio anterior ya había señalado que comer despacio, percibiendo cada sabor, es una estrategia eficaz a la hora de perder peso.
La investigación, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, constató que las personas obesas que recibieron entrenamiento en prácticas de mindfulness o “atención plena” perdieron dos kilos en 15 semanas. Quienes siguieron comiendo velozmente perdieron en el mismo período 300 gramos.
“Nuestro estudio sugiere que existe una asociación entre el comer con atención plena y la pérdida de peso”, señaló la investigadora Carolyn Dunn, autora principal del estudio.
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