HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
¡Quéndese en casa! ¡Quédense en casa! Así lo expresó visiblemente preocupado, el sábado pasado, el vocero del gobierno federal para la emergencia Sanitaria, Hugo López Gatell. El mensaje no fue escuchado por un sector importante de la población que continuó saliendo de sus casas a pesar del peligro que corren de ser contagiados con el coronavirus, fatal en algunos casos. Hasta el día de ayer la movilidad era todavía importante en la Ciudad de México.
El problema es que a pesar de que López Gatell, o personal especilizado del sector salud, hablan ante los medios todos los días, que saben comunicar muy bien, pero que no estar en el lugar, ni tienen el tiempo para hablar con más detalle de los efectos de la pandemia.
Una conferencia de una hora de lunes a domingo es insuficiente para tener bien informada a la población que, en muchos de los casos, no ha entendido las dimensiones del problema que ahora es de emergencia nacional y que como dice López Gatell estamos todavía a tiempo para aplanar la curva ascedente como sucedió en China, Europa y Estados Unidos, los países más afectados.
Ya en otras ocasiones hemos comentado en este espacio que la conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional, que dura en muchas veces más de dos horas, no es suficiente para cubrir con eficiencia la comunicación social de un gobierno federal.
En el caso de la conferencia de las 7, que dando las 8 en punto, López Gatell dice hasta aquí y no hay poder humano que lo obligue a responder una más, las respuestas por lo regular son a problemas generales, es claro que si se tratan casos en particular nunca terminarían, pero hay dudas entre la población que pueden resolverse por otros medios de comunicar.
Un ejemplo a la gente se le dice que el uso del tapabocas no sirve para nada en las personas que no presentan los síntomas del Covid-19, sin embargo, eso tiene una explicación muy clara, el virus también puede penetrar por los ojos y esos no se pueden tapar, ¿usted lo ha escuchado? O por ejemplo nadie sabe para que sirven los ahora multicitados ventiladores. Tampoco sí la recuperación es hacia arriba o puede haber recaídas.
Detalles como esos son fáciles de explicar, sea por tripticos, mensajes a través de la televisión, sea con videos cortos, con infografías o desplegados en los diarios, así como spots en la radio. Pero además existe personal especializado que han resultado muy buenos comunicadores que pueden ser entrevistados en los medios, sobre todo los eléctronicos en donde se reciban preguntas del público.
¡Quédense en casa! ¡Sí pero informen bien!
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Qué el presidente haya saludado a la mamá de Joaquín Guzmán Loera en su gira de este domingo por Badiguarato, Sinaloa, por una razón humanitaria, no es cueationable, ¿pero la señora Consuelo Loera llegó al lugar expontaneamente? ¿la invitaron? Son preguntas que ayer me hicieron algunos amigos. Por cierto el hombre del sombrero que jaló del brazo al presidente y, que antes, un elemento de seguridad trató de apartar, sin ningún éxito, es José Luis González Meza, “El Marciano”, abogado originario de Ciudad Madero, Tamulipas que tuvo una estrecha relación con Joaquín Hernández Galicia, “La Quina, el fallecido cacique del Sindicato Nacional de Trabajadores Petróleros de la República Mexicana. González Meza fue coautor del libro “Un Asesino en Los Pinos” con el que “La Quina” quiso eliminar a Carlos Salinas de Gortari de la carrera presidencial en 1988. Ahora es el abogado de la familia Guzmán Loera.
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