HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
El Instituto Nacional Electoral dio anoche un severo golpe en el hígado al presidente Andrés Manuel López Obrador. Lorenzo Córdova y su compinche en el consejo general del órgano electoral, Ciro Murayama se salieron con la suya y lograron posponer la fecha de la consulta popular sobre la revocación de mandato, impulsada por el gobierno de la 4T y en especial con el tabasqueño.
La consulta que estaba programada para el 10 de abril del 2022, no se suspende, pero se retrasa y seguramente se judicializa, lo advirtió ayer en la mañana desde Tabasco, el presidente, acudirán al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y en última instancia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para tratar de revertir la decisión, lo que no evitará el retraso como lo pretenden Córdova y sus consejeros afines. Debe quedar muy claro que no está dada la última palabra.
López Obrador debe estar que no lo calienta ni el sol. Uno de los propósitos de la consulta sobre la revocación de mandato era medirle el agua a los camotes porque una arrolladora votación en favor de que presidente permanezca en la Presidencia, le dará argumentos para decir que el pueblo quiere que se quede, a pesar de que en reiteradas ocasiones ha dicho que no irá por la reelección.
El INE argumenta que no tiene los recursos suficientes para hacer un proceso de esa naturaleza, porque la Cámara de Diputados le recortó los recursos, es normal, están acostumbrados a realizar sus funciones cómodamente, con derroche, porque nadie puede negar que la democracia le cuesta mucho dinero a los mexicanos.
¿Cuál será la respuesta del presidente López Obrador? Virulenta como siempre, seguro se va ir con todo, no sólo ahora, sino en la conferencia mañanera del lunes, en contra de los consejeros que votaron a favor de posponer la consulta y en especial contra Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, sus principales impulsores.
Esto apenas empieza. El presidente no se quedará con el golpe, no lo dude.
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Germán Martínez Cázares está convertido en el apestado del senado, luego de sus posiciones en contra de Morena, partido que lo llevó a esa Cámara, según él por invitación del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero el michoacano tiene una larga historia de traiciones y fracasos. Muchos senadores pasan por su escaño y no lo saludan. Quién no recuerda el desastroso papel que jugó como presidente nacional del PAN, impuesto por su entonces amigo, Felipe Calderón. Los panistas perdieron la Cámara de Diputados en las elecciones del 2009. Otro fracaso de Martínez Cázares fue su designación como director del Seguro Social en donde no dio el ancho y tiró la toalla para regresar a su zona de confort en la sede senatorial de Paseo de la Reforma. El ex panista que formó esa entelequia llamada Grupo Plural, quiere que le den estatus de bancada para tener derecho a las prerrogativas que se otorgan a los grupos parlamentarios cuando son de un partido partido político y los cinco integrantes de ese grupo o no militan como es su caso, y el de Emilio Álvarez Icaza y de Madero y las otras dos senadoras vienen de dos partidos diferentes. Aunque no se sabe si renunciaron al partido que los llevó a la nómina senatorial.
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