jueves, marzo 28, 2024

CABEZA DE PLAYA: Triste Panorama

Carlos Galguera Roiz

 

No aprender, si reforzar lo que se “sabe”, eliminando “residuos”

Humanos y humanoides huyen habitualmente de planteamientos que puedan poner en cuestión sus propias ideas establecidas, alterar la “paz” que conlleva su ignorancia y, por contra, se esfuerzan en seguir presentaciones que intenten fulminar, a los que consideran detractores de sus “verdades” e ignoran clamorosamente cuestiones que le exijan ciertas dosis de combustible neuronal…

Es el panorama que constato, sin más calificaciones, solo señalar que este escenario es el ideal para los manipuladores de turno, dominan técnicas ad hoc y proliferan en puntos estratégicos del escenario donde se representa la gran Comedia Humana…

Es mi afirmación, claro que mis impugnadores me pueden acusar de caer, exactamente, en el mismo vicio, pero jugando al otro lado de la mesa…; es posible, pero he de manifestar que deseo siempre participar en debates, abiertos, siempre que no se reduzcan, como suelen, a descalificaciones virulentas, desprecios sarcásticos, insultos… sin aportar argumentaciones de un peso, o grosor, mínimamente presentables…

Triste panorama. El caso concreto que me orilló a esta desoladora conclusión, ya largamente olfateada, fue una polémica entre Islam y Cristianismo, como focos de enfrentamiento, además con gente amiga, reconocidas luces intelectuales…

Yo me coloqué, como suelo, a contracorriente de los clamores al uso; uno de los participantes simplemente manifestó su declaración de fe en los parámetros cristianos, encontrando ventajas comparativas para su alternativa, a lo cual yo le respondí:  yo también comparto esta vía para llegar a Dios, es la que me han enseñado y la encuentro, una vez superados mil laberintos, que siempre surgen y cientos de matizaciones…, profundamente satisfactoria, aceptable, para mi intelecto, que llega donde llega, y sobre todo para mis más hondas intuiciones existenciales…

Otro contertulio ponía en evidencia la religión Islámica como alimentador virtual del terrorismo islámico…, así que no se pueden comparar Islamismo y Cristianismo…; Mi objeción, acuérdate siglos atrás, cuando matar a los infieles era un tinte de gloria, para los aguerridos cristianos de la época…

Además, traté de apostillar, el terrorismo no se puede apoyar en ninguna religión, es simple y llanamente una monstruosa degeneración, inducida, muy probablemente, por gente absolutamente alejada de Dios, en cualquiera de sus formatos de aproximación…; el terrorismo engendra Poder, es decir influencia terrible ante el pánico inducido…

Este debate terminó, a mi juicio, con una sentencia de origen francés, estamos en un “cul de sac”, callejón sin salida…

Tratando, previamente, de inducir alguna argumentación, puse sobre la mesa, virtual, una aportación de un Catedrático, experto en estos temas, sobre los que ha escrito libros y dictado conferencias por el mundo, dice lo siguiente:

La Sharia es la Ley Islámica, formada por el Corán (revelación) y la Sunna ( lo que dicen hizo y dijo Mahoma)

El Corán habla de amor…, pero, según el conocedor, respecto al cristianismo, me dice que no hay contradicciones de fondo, es más, el Islam tiene a Jesús como uno de sus profetas favoritos…

Debate perdido, no desde victoria o derrota, siempre posibles, sino que no fue posible celebrarlo, en su cabalidad…, retirada, prácticamente, del personal…

            Aquí enlazo con mi triste lamento del principio, no es posible establecer un intercambio intelectual constructivo, enriquecedor, si entre los participantes hay un ángulo de dispersión que supera, digamos los 30º…

Si, al menos para mí, triste, muy triste escenario…

Estoy aprendiendo a superar ciertos improperios que me llueven, cuando navego fuera de algunas corrientes de opinión aceptadas como “correctas”, digamos que ya no me hacen daño, aunque surcar mares en solitario es, a veces, duro, incluso para mi, que llevo  medio siglo por los Cantábricos del mundo, con un velero pequeño, algunas velas rasgadas…

Es mi vida, no me quejo, al menos muy frecuentemente…

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