Carlos Galguera Roiz
Pienso que un deber intelectual y moral, como comunicador en mi pequeña escala, debería ser intentar incrementar el pelotón, heterogéneo, aun escaso, de los que abandonan las viejas etiquetas; Derecha, Izquierda, incluidos numerosos mediopensionistas…, para definir sus posicionamientos sociopolíticos, porque todo está, en realidad, profusamente entremezclado…
Los numerosos sucedáneos de las dos líneas principales, derecha e izquierda, conforman una verdadera legión de siglas; liberales, conservadores, socialistas, demócratas, republicanos, laboristas, partidos del trabajo, verdes… que deberían colocarse en la amplia estantería que les corresponde, es decir junto a cascarones repletos de tópicos, vacíos de contenidos con calidad y que sirven, primordialmente, para las camarillas rotantes que se adueñan, intermitentemente, del Poder con sus poltronas, manejando caudalosos ríos de oro…
Incluimos en este triste panorama decadente, aparente paradoja, a algunos, recién incorporados al ruedo; se autodenominan, “renovadores” “salvadores”, los listos asamblearios de Universidad y barriada, dialéctica impregnada de venenos, paridos desde estrategias de marketing, algarabías callejeras y parlamentarias, no aportan nada, aparte de protestas y denuncias, muchas razonables debemos reconocer, pero no presentan soluciones, medianamente inteligentes, para horizontes de un futuro, con problemas de fondo, que nadie encara en profundidad y se nos acercan imparables, inquietantes…
Pues bien, ha surgido una chispa en Francia, veremos si prende, generando el necesario, deseable contagio para muchas Sociedades del mundo, tan necesitadas de nuevas luces…
Macron, desconocido personaje hace muy poco tiempo, arropado por una minúscula organización, 70.000 militantes, ha conquistado la presidencia de la república en Francia, indiscutible potencia mundial, con el respaldo de 20 millones de votos; está señalando nuevos caminos…
Emmanuel Macron dirige un equipo, desde la cúspide del poder, integrado por gente destacada, amplio espectro ideológico; características notables en todos los protagonistas de esta inédita aventura; valía personal importante y honradez contrastada. Posibilidad de “ovejas negras” nunca es descartable, pero siempre deberán ser rápidamente extirpables…
Fantástico el panorama político en el Mundo, que quizás se empieza a atisbar; la voz de las Sociedades quieren marcar los caminos y la inteligencia debe ser un ingrediente esencial para captar ese llamado y construir nuevos senderos, en los que caben infinidad de matices, a condición que no se vuelvan incompatibles entre sí; es preciso buscar puntos de encuentro que las ciudadanías intuyen posibles, pero las múltiples dirigencias actuales eluden, se resisten a perder las llaves del tesoro, es decir las cuotas de Poder que tienen o esperan conquistar…
No se puede seguir así, el panorama tiene que ser reacondicionado en profundidad, mientras esto no ocurra, unos u otros líderes se parapetan en sus trincheras; derecha, izquierda, centro ascendente, oblicuo perpendicular… todo cuadriculado para repartir el Poder, en definitiva ríos de Oro, procedentes de multimillonarios – en número – pequeños aportantes…
Se acabó, se va a terminar, el juego ha cambiado. La Izquierda, como la Derecha no existen más que como viejos carteles direccionales, útiles para las carreteras antiguas, las autopistas juegan con nuevos símbolos y usan otras máquinas para navegar…
Deberíamos ir entrando por nuevas sendas, con personajes valiosos, confiables, capaces de ver en la transversalidad, incorporando talentos disponibles, compartiendo con elites intelectuales y ciudadanos destacados, amplio espectro de colores…, consiguiendo así buenos niveles en el Puente de Mando, con un abanico de grandes valores, apuntando al futuro común…
Lo que planteo en estas líneas, es apenas un esbozo, absolutamente abierto, trato de sugerir pensamientos que superen las desgastadas, inutilizables ya, formulas para manejar el Poder empleadas hasta la fecha, con los viejos partidos como “fuente” de las sabidurías…
He meditado esto, y muchas más cosas, no como consecuencia de muchas y espesas lecturas, estudios…, no, básicamente he reflexionado por mi cuenta desde mis frecuentes escapadas por la grandiosa naturaleza donde sobrevivo, sufriendo muchas veces, horas, intentando entrever la salida a los laberintos…
Eliminemos los viejos partidos, proceso paulatino, bien meditado, y adaptemos, en su caso, a los nuevos, pilotados por “genios” – las comillas no implica que sean tontos – , proceso más difícil, porque reclaman, a todas horas, instaurar sus soluciones “milagrosas”, pero lo que quizás buscan, son las “viejas metas”, con sus abundantes oropeles, honores soñados al alcance…
Los nuevos signos de los tiempos parecen señalarnos algo, quizás estamos entrando en sendas que nos podrían lleva a la cumbre…, o no. En Francia ha aparecido una señal, piedras amontonadas, indican que la escalada va en la línea correcta; en cualquier caso la contaminación imperante nos aconseja no volver la vista atrás…
Lo que sí parece cada vez más claro; el futuro podría, por fin, estar en nuestras manos, pero no nos engañemos, no será pan comido…