sábado, abril 20, 2024

CABEZA DE PLAYA: La verdadera Chispa

Carlos Galguera Roiz

Jesús despertaba confianza, admiración, esperanza… ó desprecio, indignación, incluso odio…nunca indiferencia.

Hay un pasaje en su historia que, para mí, es definitivo. Una mujer padecía flujo de sangre hacía mucho años, enfermedad que en aquella época era considerada impura, vergonzante…; despreciada, sola, dolorida, vivía encerrada en sus terribles miedos, la muerte le parecía una liberación…

Solo una llama diminuta la mantenía, había oído que Jesús curaba y empezó a albergar una secreta esperanza, una locura, ¿y si pudiera sanarla…?. Claro, no iba a abordarle, a contarle… se moriría de vergüenza; bastaba, pensó, con tocarle su manto…

Un día llegó el Profeta a su Comunidad, iba rodeado por una multitud de “seguidores”, agobiado por todos…le gente empujó a la mujer, le gritaron que se fuera, la pisaron, escapó a un lado del camino. Ya faltaba poco, dos metros, treinta centímetros, diez…, al fin tocó el manto del Maestro ¡¡¡Estaba curada!!!

El señor se detuvo, palideció, cerró los labios con fuerza, gritó con furia ¿Quién me ha tocado? Absurdo, todos le apretujaban, pero solo la Fe toca.

Buscó en su entorno y enseguida vio como una mujer postrada en el suelo empezó a gritar, una inmensa alegría le salía con fuerza de los ojos; hablaba atropelladamente, como hacen los tímidos en momentos especiales, contó todo, ya nada le importaba…

El gentío, de pronto, hizo un silencio impresionante. Jesús estaba radiante, con sus manos encallecidas levanto suavemente a la mujer. “Hija, vete en Paz”, ella salió caminando despacio, volteaba para ver una silueta que no olvidaría jamás…, había encontrado el Reino

Este relato sencillo, insignificante es, para mí, el gran secreto, la verdadera chispa, todo lo demás casi me sobra…

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