Carlos Galguera Roiz
Hace muchos años leí una novela; enunciado simple, escueto; “Justicia” era su título, me dejó una huella indeleble que voy a tratar de trasladarte con mi propio lenguaje, incluyendo el mensaje de fondo que pienso resulta, por lo menos, inquietante…
Veamos. Personaje de prestigio, potencia económica muy alta, reside en Suiza, país tranquilo, pacífico; nuestro protagonista tiene inquietudes intelectuales un tanto extrañas, sofisticadas podríamos decir, y recursos suficientes para rastrearlas.
Un buen día Lionel – es el nombre que me invento para mi relato – entra en un restaurante de lujo, donde era cliente reconocido, se acerca a una mesa donde estaban comiendo 6 personas; sin decir una palabra, ni mostrar ningún gesto saca una pistola de gran calibre que llevaba escondida bajo la chaqueta y descerraja un tiro mortal en la cabeza de uno de los comensales…
Lionel sale tranquilamente sorteando mesas, el estupor de todo el mundo era indescriptible, quedaron paralizados, afuera le esperaba un amigo diplomático, el chofer del suizo los lleva a los dos al aeropuerto, se despide del viajero, absolutamente ajeno a la tragedia…
Allí mismo, unos minutos después, el asesino es detenido, ninguna resistencia, sorprendente sonrisa en su rostro afable. Resulta que el hombre muerto era un profesor gris de la Universidad, sin relevancia ni mayores connotaciones…
Lionel ingresa de buen grado a la cárcel y allí pasa una breve temporada “descansando” y maquinando en una celda confortable, conexiones abiertas.
Después de muchas cavilaciones, localiza a un abogado del que tenía amplias referencias; personaje de portentosa inteligencia, sin arraigos, fracasado, bebedor, sin mayores vínculos terrenales… pero de una genialidad y dominio jurídico imbatibles.
Lionel le encarga su defensa, muchísimo dinero en la oferta, pero, sobre todo le plantea el reto enorme de burlar la Justicia…el abogado acepta el desafío, se concentra, deja sus hábitos y va armando, paso a paso, jugando con tiempos, testigo y circunstancias, perfectamente enlazado todo, una trama meticulosa, compleja sobre un suceso que aparentemente era demasiado simple, aparentemente de una evidencia culpable abrumadora…
En primer lugar no había apenas vínculos entre fallecido y matador, ninguna causa razonable para el hecho, así que el abogado empieza a
interrogar a testigos, camareros, recabando los datos que recordaban del agresor, habían pasado bastantes meses, todo cuidadosamente calculado…
Las pequeñas contradicciones van apareciendo, detalles, matices, dudas… todo magistralmente conducido por el genial abogado. Además, insistía el defensor, no había móvil para este asesinato, ni enemistades previas, ni pleitos, en realidad apenas se conocían.
Las pesquisas del letrado llegaron hasta poder localizar a un cercano comensal. Con el que el fallecido, parece ser había intercambiado, poco antes del suceso, palabras fuertes…
Bueno el núcleo de la novela está en el montaje de este entramado diabólico, al final el asesino es liberado por falta de pruebas, las implicatorias directas habían desaparecido…
El magnate suizo celebra su increíble triunfo sobre la Justicia por todo lo alto, en su avión particular da la vuelta al mundo, saboreando su Poder sin límites, más allá de la Justicia.
El abogado, muchos millones en su cuenta… está profundamente deprimido, vuelve a beber, ha triunfado, pero ha perdido algo más importante que le vida, el resto de Valores que le quedaban…
El millonario telegrafía a su abogado, le pide que vaya a recibirle a su hangar particular a la vuelta de su periplo celebrando la “victoria”; ha preparado un agasajo máximo, con regalos extra para su genial defensor.
El abogado, cara absolutamente patética, está al pie de la escalerilla esperando a su cliente, su “amigo”, este se acerca sonriendo para abrazar a su salvador, que en ese mismo momento abre su gabardina, aparece una pistola y el disparo a quemarropa retumba por los recintos…muere con el estupor reflejado en una mirada vidriosa…
Justicia, ahora…
Mucho tiempo me ha rondado esta historia espeluznante por mi subconsciente…y aun me ronda
